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Él sistema social en el Islam (parte 2 de 2)

El sistema social en el Islam (parte 2 de 2)

La característica única del Islam


El Islam nació con la característica única de unir lo secular con lo religioso, los asuntos de esta vida con los de la otra vida, y con un claro acercamiento a los asuntos socio-económicos y un bien definido sistema administrativo.
La famosa orientalista italiana, la Dra. Laura Veccia Vaglieri, sostuvo lo siguiente: “Con el Islam, el espíritu fue liberado de los prejuicios, la voluntad del hombre fue liberada de los lazos que lo mantenían atado a la voluntad de otros hombres, u otras supuestas fuerzas escondidas; sacerdotes, falsos guardianes de misterios, vendedores de salvación, y todos aquellos que pretenden ser mediadores entre Dios y el ser humano y, por consecuencia, creían que tenían autoridad sobre la voluntad de otras personas, cayeron de sus pedestales.
El ser humano se convierte en siervo únicamente de Al-lah, y sus obligaciones hacia otros hombres son solamente las que tiene un hombre libre hacia otro hombre libre. Mientras que los seres humanos sufrían de las injusticias de las diferencias sociales, el Islam proclamó igualdad entre la humanidad. Cada musulmán se distingue de otro musulmán únicamente por su temor a Al-lah, sus buenas acciones, su moral y cualidades intelectuales”. [Apología del Islamismo. Pág. 33-34]
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre [Adán] y una mujer [Eva], y [de su descendencia] os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Al-lah es el más piadoso. Ciertamente Al-lah es Omnisciente y está bien informado de lo que hacéis.} [Corán 49:13]
El principio más importante y fundamental en el Islam es la doctrina del Monoteísmo. El Monoteísmo en el Islam no es sólo un principio teológico, sino que es la piedra angular de la epistemología islámica y el principio más básico de la metodología del Islam y todos los estudios islámicos. De acuerdo a este principio, la autoridad, juicio y poder le pertenecen a Al-lah. Esta doctrina libera a la humanidad entera de toda clase de dominio y toda clase de mediación u opresión, y provee al musulmán de un fuerte sentido de independencia. Esta doctrina, unida al principio islámico del “deber de ordenar, difundir y alentar lo bueno y prohibir lo malo”, otorga al musulmán una justificación legal, espiritual, social, teológica y ética para establecer un orden divino. El Islam nunca aprueba el imperialismo, la dictadura, el colonialismo, la opresión, la tiranía, el poder político, el autoritarismo, el totalitarismo, la teocracia, la oligarquía ni la monarquía.


Los principios más importantes de la forma de administración del Islam


1. La característica más sobresaliente de la administración islámica, es que sus súbditos deben tener una fe implícita en Al-lah y que debe quedar bien claro que el Gobierno no tiene poder absoluto sobre ellos, y que tampoco son sus esclavos.
2. El principal objetivo de la administración islámica es establecer y promover las virtudes aceptadas por Al-lah como buenas, así como prevenir y suprimir las acciones o actitudes que Le desagradan. Es por esta razón que la obediencia y el respeto por Al-lah deben ser exhibidos en la cabeza del gobierno islámico. Los empleados del gobierno, los jueces y los oficiales del ejército deben empaparse de este espíritu y, como consecuencia, infundirlo en la sociedad musulmana.
3. El reglamento de la ley es indispensable para la existencia de un orden social islámico. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue enviado con el Libro, la Constitución de una comunidad musulmana, el balance y el estándar divino, conforme al cual la autoridad pone en práctica el Libro para la subsistencia de la gente mediante la absoluta justicia. Nadie puede estar por encima de la ley en una sociedad musulmana, ni transgredir sus límites. El cumplimiento de la ley será obligatorio para todos, sin discriminación alguna, las cortes están libres de presiones externas. La historia ha sido testigo de que la mayoría de los califas musulmanes se han constituido en los mejores ejemplos al adherirse a estos principios. A pesar de haber disfrutado de más poder que los reyes del pasado y los presidentes del presente, ellos se apegaban estrictamente a la ley. La amistad y el nepotismo nunca los indujeron a ignorar los reglamentos y regulaciones prescritos, ni tampoco su desagrado personal fue causa para dañar a nadie yendo en contra de los preceptos de la ley islámica.


El ser humano hace su propia historia y es responsable por su propia condición, tanto individual como colectiva


1. La justicia y el reglamento de la Ley son los principales artículos de la constitución islámica, ellos recaen sobre los individuos para obedecer al gobierno, ya que el Islam se opone estrictamente a la anarquía y al desorden social. Esto, sin embargo, no significa que los individuos deben obedecer a sus gobernantes en todas las instancias. Se reportó que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “No existe obediencia en el pecado…” [Abu Dawud] Pero la falta de obediencia no significa que sea necesario estallar en una revolución en contra del gobierno; sino que esto significa que los musulmanes de una comunidad son responsables de su propia felicidad y salvación. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {…Sabed que Al-lah no cambia las gracias que concedió a un pueblo, mientras ellos no cambien lo que hay en sí mismos [eligiendo la incredulidad]…} [Corán 13:11] El ser humano hace su propia historia y es responsable de su condición, tanto individual como colectiva; por lo tanto, el buen concejo y la exhortación deben venir siempre primero.
2. Otro artículo importante en esta constitución, es el establecimiento de un sistema de gobierno consultivo. El consejo de la gente de conocimiento, los piadosos, los expertos en diferentes áreas y la gente de buen juicio que cuentan con la confianza del pueblo, siempre debe ser buscado. Por su parte, se espera de estas personas que se manifiesten abiertamente y que se expresen según les dicta su conciencia, con precisión e integridad. Este sistema consultivo es de tal importancia para la comunidad musulmana, que Al-lah se refiere a la primera y ejemplar comunidad musulmana diciendo (lo que se interpreta en español): {Obedecen a su Señor, practican la oración prescrita, se consultan en sus asuntos…} [Corán 42:38], elogiándola de esta manera. Esta importancia se hace más clara cuando tomamos en consideración que esta primera comunidad estaba liderada por el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mismo, quien fue descrito por Al-lah en el siguiente versículo (que se interpreta en español): {Ni habla de acuerdo a sus pasiones. Él sólo trasmite lo que le ha sido revelado.} [Corán 53:3 y 4].
Al-lah denota nuevamente la importancia que Le da al sistema consultivo ordenándole a su amado Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, buscar el consejo de sus discípulos. Aún después del revés que los musulmanes sufrieron en la batalla de Uhud, debido a la desobediencia a las órdenes del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, por parte de algunos soldados musulmanes, Al-lah lo Ordena. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y sus bien guiados sucesores, nunca evitaron el consejo y la consulta cuando fue necesario. Así, la consulta es uno de los pilares fundamentales de un gobierno islámico.
3. En el Islam muchos asuntos son resueltos a través de la consulta. Un juez soluciona, mediante la consulta, un caso en el que no puede alcanzar un veredicto basándose exclusivamente en el Corán y la Sunnah; entonces, consultar, como en el Iytihad (la opinión jurídica de los eruditos sobre temas que no han sido especificados en las dos fuentes anteriores) y la analogía, es una manera de alcanzar un veredicto. También, cualquier castigo de naturaleza secundaria, y que no ha sido especificado en el Corán y la Sunnah, puede ser decretado por el juez después de consultar con juristas reconocidos.
En el Islam, toda la soberanía le pertenece a Al-lah y el pueblo es Sus representante, quienes cumplen Sus mandamientos en la tierra. Ellos deben seguir y obedecer las leyes reveladas por Al-lah a través de Su Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. El gobierno está sometido a la Ley Divina, y aplica su autoridad según los textos revelados por Al-lah y dentro de los límites establecidos por Él.
A pesar que un sistema de sultanato reemplazó a este sistema ideal después de la renuncia de Husein, el hijo de 'Ali Ibn Abu Talib, que Al-lah Esté complacido con ambos, la mayoría de los líderes musulmanes se mantuvieron fieles y obedientes a la Ley y dictámenes del sistema constitucional islámico. Finalmente, y a través del sistema de consulta, los eruditos representantes del pueblo deben hacer que el gobernante abdique cuando se desvía del camino recto.
5. Otro artículo de la constitución garantiza la libertad de opinión. El fomento y promoción de la virtud y la supresión de la maldad, siempre ha sido uno de los principales mandatos del Islam, no sólo como un derecho exclusivo de los musulmanes, sino como su deber esencial. La libertad de conciencia y opinión es el eje sobre el que giran en la dirección correcta, tanto la sociedad islámica como la administración. La gente tiene la libertad de criticar a la más prominente autoridad musulmana cuando se desvía, y tienen el derecho de dar su opinión sobre todos los asuntos, de manera tal que no dé pie a un mal mayor. Una manera de evitar un mal mayor, es conocer la conducta o la forma de promover el bien y prohibir el mal, tanto con los gobernantes como con los gobernados.
6. El último artículo de la constitución islámica, es que el tesoro público es propiedad de Al-lah y un derecho de los musulmanes. Nada debe ser recibido sino de fuentes legales, y nada debe ser entregado sino con un propósito legal. La jurisdicción que posee el gobernante sobre el tesoro público, es como la que posee el tutor de un menor huérfano. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Observad a los huérfanos hasta que alcancen la pubertad [la edad del matrimonio]. Cuando los consideréis ya capaces y maduros, entregadles sus bienes. No los consumáis pródigamente, antes de que alcancen la mayoría de edad. El rico que se abstenga, y el pobre que los utilice con mesura. Cuando les entreguéis sus bienes, hacedlo ante testigos. Al-lah basta para ajustar cuentas.} [Corán 4:6]
7. El gobernante debe rendir cuentas por los ingresos y egresos del tesoro público, y los musulmanes tiene todo el derecho de exigirle un recuento detallado de ambos.

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El sistema social en el Islam (parte 1 de 2)

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