El Sistema Moral en el Islam
14/03/2011| IslamWeb
El Islam ha establecido los derechos universales fundamentales para la humanidad, los cuales deben ser observados y respetados bajo todas las circunstancias. Para poder hacer efectivos esos derechos el nuestra vida social cotidiana, el Islam provee tanto seguridad legal, como un sistema moral muy efectivo. En resumen, cualquier cosa que mejore el bienestar de un individuo o de una sociedad, es moralmente buena; y cualquier cosa que dañe el bienestar es moralmente mala.
El Islam otorga una gran importancia al amor a Al-lah y a la humanidad, y desalienta el formalismo excesivo. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {La piedad no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente, sino que consiste en creer en Al-lah, el Día del Juicio, los Ángeles, el Libro, los Profetas, hacer caridad, a pesar del apego que se tiene por los bienes, a los parientes, huérfanos, pobres, viajeros insolventes, mendigos y cautivos, hacer la oración prescrita, pagar Az-Zakah , cumplir con los compromisos contraídos, ser paciente en la pobreza, la desgracia y en el momento del enfrentamiento con el enemigo. Esos son los justos, y esos son los temerosos de Al-lah} [Corán 1:177].
Estos versos nos dan una hermosa descripción del individuo virtuoso y comprometido con la religión. El creyente debe obedecer las regulaciones beneficiosas y mantener su mirada fija en el amor a Al-lah y el amor a la humanidad. La fe de un individuo debe ser verdadera y sincera, y debe estar preparado para demostrarla en actos de caridad hacia otras personas y viviendo como un buen ciudadano, partidario de organizaciones sociales. Finalmente, la fe del individuo debe permanecer firme e inconmovible en todas las circunstancias.
Este es el patrón mediante el cual una particular forma de conducta puede ser clasificada como buena o mala. Esto también provee el núcleo alrededor del cual el código moral de un individuo y de una sociedad debe girar. Antes de establecer cualquier norma moral, el Islam busca implantar firmemente en el corazón del hombre la convicción de que todos sus asuntos están relacionados con Al-lah, Quien lo Observa en todo momento y en todo lugar. Mientras que puede esconderse de otros o engañarlos, no puede hacer lo mismo con Al-lah.
El Islam enseña que el objetivo de nuestra vida, es vivir una vida que agrade a Al-lah. Para poder hacer posible esta meta, el Islam ha dotado a la humanidad con los más altos posibles estándares de moralidad. Este código moral, que es directo y práctico, provee al individuo con innumerables caminos para abordarlo y así continuar el camino de la evolución moral. Al hacer de la Revelación Divina la principal fuente de conocimiento y sabiduría, los estándares morales se hacer permanentes y estables. Sin embargo, esto no los hace inflexibles, sino que existe un espacio para el ajuste y adaptación razonable cuando es necesario. El peligro del relativismo moral, tan extendido ahora en muchas sociedades, es de ese modo evitado.
Otro beneficio es la internalización gradual de estos estándares morales, para quien busca obedecerlos voluntariamente para complacer a Al-lah, no porque algún gobierno o persona le diga que tiene que hacerlo. Cuando la creencia en Al-lah de un individuo, incluye la creencia en el Día del Juicio, se convierte un factor motivador muy poderoso para vivir una vida altamente moral.
El Islam no busca minimizar la importancia de las normas morales tradicionales y comúnmente aceptadas, o dar una exagerada importancia a algunas y descuidar otras.
El código de moral islámico incorpora todas las virtudes morales comúnmente aceptadas, y así las dota con un sentido de balance y proporción, asignando a cada una un lugar y una función adecuada en el esquema de la vida. Esto ensancha el alcance de la vida del hombre, tanto individual como colectiva, en lo referente a sus asuntos domésticos, conducta cívica y sus actividades en las áreas política, económica, legal, educativa y social. Esto cubre su vida desde el hogar hasta la sociedad, desde el comedor hasta el campo de batalla y las conferencias de paz. En resumen, desde el nacimiento hasta la muerte, porque ninguna esfera de la vida está exenta de la aplicación universal y comprensiva de los principios morales del Islam. Esto hace que la moralidad gobierne, y asegure que los asuntos de la vida estén regulados por normas morales, y no dominados por deseos egoístas o intereses mezquinos.
La principal meta del Islam es proveer a la humanidad con un práctico y realista sistema de vida, mediante el cual pueda conducir su existencia. El Islam llama a las personas, no solamente a practicar la virtud, sino también a estabilizarla y erradicar todo lo que es dañino. Busca la supremacía de la conciencia en todos los temas, para que así lo que es dañino no pueda ganar espacio en la vida de los individuos ni en la sociedad. Aquellos que responden a este llamado son conocidos como musulmanes, lo cual literalmente significa “aquellos que se han sometido a Al-lah”. El único objeto de la comunidad resultante de musulmanes, o la Ummah, es emprender un esfuerzo organizado para establecer lo que es bueno y luchar por erradicar lo que es malo y dañino.
Algunas de las enseñanzas morales básicas del Islam están dadas a continuación. Ellas cubren en amplio espectro de la conducta moral personal de un musulmán, así como también sus responsabilidades sociales.
La conciencia de Al-lah:
El Islam menciona el ser concientes de Al-lah como una elevada cualidad del musulmán; Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {En verdad, el más honrado de vosotros ante Al-lah es el más piadoso} [Corán 49:13].
La humildad, la modestia, el control de las pasiones y deseos, la veracidad, la integridad, la paciencia, la determinación y el cumplimiento de las promesas, todos estos valores morales son mencionados muchas veces en el Corán: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español):{Al-lah Ama a los perseverantes.} [Corán: 3:146].
El Corán también le dice a los musulmanes: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español):
● {Y apresuraos a alcanzar el perdón de vuestro Señor y un Paraíso tan grande como los cielos y la Tierra, reservado para los piadosos. Quienes hacen caridad, tanto en los momentos de holgura como en la estrechez, controlan su cólera y perdonan a los hombres, sepan que Al-lah Ama a los benefactores} [Corán 3:133-134].
● {Haz la oración, ordena el bien y prohíbe el mal y sé paciente ante la adversidad. Ciertamente esto es parte de lo que Al-lah Prescribió y requiere entereza. No vuelvas tu rostro a la gente [con desprecio] y no andes por la Tierra con arrogancia. Ciertamente Al-lah no Ama a quien es presumido y engreído. Sé modesto en tu andar y no levantes tu voz, que ciertamente la voz más desagradable es la del asno} [Corán 31:17-19].
La siguiente enseñanza del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, resume la conducta moral de un musulmán comprometido: “Mi Sustentador me Ha dado nuevemandatos: permanecer conciente de Al-lah en privado y en público, hablar justamente tanto en la ira o en la complacencia, demostrar moderación en la pobreza o en la riqueza, restaurar la amistad con aquellos que la hayan roto conmigo, dar a aquellos que me rechazan, que mi silencio sea ocupado con la reflexión, que mi observación sea una exhortación, y que debo ordenar el bien”.
Las responsabilidades sociales:
Las enseñanzas del Islam relacionadas con las responsabilidades sociales están basadas en la bondad y la consideración por los demás. El Islam enfatiza específicos actos de bondad y define las responsabilidades y derechos que pertenecen a las diferentes relaciones sociales. Nuestra primera obligación es hacia nuestra familia inmediata – los padres, la esposa o esposo y los hijos – luego hacia los otros parientes, vecinos, amigos y conocidos, huérfanos y viudas, los necesitados de la comunidad, nuestros correligionarios, nuestros prójimos y los animales.
Los padres:
El respeto y el cuidado por los padres es una parte muy importante de la fe de un musulmán. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Tu Señor Ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño} [Corán 17:23-24].
Otros parientes:
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Ayuda a los parientes, también al pobre y al viajero insolvente, pero no des desmesuradamente} [Corán 17:26].
Los vecinos:
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “No es un creyente quien come hasta que se llena mientras que su vecino está hambriento”; y también dijo: “No es un creyente aquél cuyos vecinos no están a salvo de su conducta perjudicial”.
De acuerdo con el Corán y la Sunnah (tradiciones y acciones aprobadas por el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam), un musulmán debe cumplir con su responsabilidad moral, no solamente para con sus padres, parientes y vecinos, sino también para con toda la humanidad, los animales, las plantas y árboles útiles. Por ejemplo, no está permitida la caza de pájaros y animales por deporte. Igualmente, la tala de árboles y plantas que producen frutos está prohibida, a menos que exista una necesidad apremiante de hacerlo.
Así, en el plano de la moral básica, el Islam provee a la humanidad con un elevado sistema de moralidad, el cual puede ser utilizado por un individuo para comprender su máximo potencial. El Islam purifica el alma de los intereses egoístas, de la tiranía, el libertinaje, el desenfreno y la carencia de disciplina. El Islam forma hombres temerosos de Al-lah, quienes son fieles a sus ideales, motivados por la piedad, abstinencia y disciplina, quienes no hacen ningún compromiso con falsedad. Crea responsabilidad moral y promueve la capacidad de autocontrol. El Islam genera bondad, generosidad, misericordia, amabilidad, paz, buena voluntad, justicia escrupulosa y veracidad hacia todas las criaturas en todas las circunstancias. Nutre las cualidades nobles de las cuales sólo se puede esperar lo mejor.