A pesar de los obstáculos, el Islam continúa creciendo

21/04/2009| IslamWeb

Desde el advenimiento del Islam, como mensaje final para la humanidad, y hasta nuestros días, sus adversarios no han desaprovechado una sola oportunidad para reducirlo y disminuir el número de sus seguidores. Desde el primer día, hicieron su mejor esfuerzo por extinguirlo, aún estando en su etapa embrionaria, utilizando diferentes métodos.

 
Debido a que esta nueva religión sostiene que todas las personas son iguales en cuanto a sus derechos, deberes, valor humano, etc., independientemente de sus antecedentes étnicos, sociales o económicos, los líderes y magnates de la Meca, temiendo perder su prestigio y riquezas, se opusieron duramente al aquel entonces naciente mensaje. Trataron de poner diferentes tipos de obstáculos para detener la expansión del Islam, en un desesperado intento por mantener sus estatus y prevenir cualquier amenaza a sus intereses.
 
En su guerra contra el Islam, utilizaron muchas armas: tortura física, sanciones económicas, falsa propaganda y sobornos, ninguna de las cuales funcionó.
 
Con la ayuda de Al-lah, el Exaltado, y luego con la gran fuerza de voluntad, paciencia y perseverancia del Profeta Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, y sus fieles compañeros, que Al-lah Esté complacido con ellos, el Islam pasó exitosamente todas esas duras pruebas, sobrevivió todas las dificultades y se expandió más allá de la Península Arábiga.
 
En el siglo X, el Islam se convirtió en la principal religión o, por lo menos, en la religión de la mayoría de las naciones en un área que cubría más de la mitad del mundo civilizado, extendiéndose por tres continentes, desde los Pirineos y Siberia en el oeste y norte de Europa, hasta el más lejano punto de Asia, incluyendo China y Nueva Guinea en el este y Marruecos en el norte de África hasta el extremo sur del continente, cubriendo dos tercios del mismo.
 
Se considera la rápida expansión del Islam como uno de los más impresionantes hechos de la historia humana, pues no le tomó más de tres siglos abarcar tan extensa área. Más impresionante aún es el hecho de que medio siglo después de la Hiyrah (la migración del Profeta Muhammad, sallallaahu alayhi wa sallam, de Meca a Al Madinah), el Islam ya había conquistado todo el norte de África, desde Egipto hasta Marruecos, todos los territorios del Medio Oriente, del Yemen al Cáucaso y de Egipto a las tierras más allá de Transoxiana (la porción de Asia central que corresponde aproximadamente con el Uzbekistán moderno y el suroeste de Kazajistán).
 
¿Qué hace que el Islam se expanda?
 
Existen muchas razones por las que las naciones han estado, tanto en el pasado como en el presente, tan deseosas de abrazar el Islam. Leopold ‘Muhammad’ Weiss, un converso judío al Islam, mencionó las más importantes:
 
"El Islam me parece una obra perfecta de arquitectura. Todas sus partes están armoniosamente concebidas para complementarse y ayudarse entre sí sin que le falte nada, dando como resultado un absoluto balance y solida compostura. Todas las enseñanzas y postulados del Islam están en el lugar propicio" (Islam at the Crossroads. p.5).
 
Muchos de los escritores occidentales, especialmente aquellos influenciados por las enseñanzas de la Iglesia, han acusado al Islam de haberse difundido con la espada. La causa de este prejuicio reside principalmente en el hecho que la expansión del Islam ha ocurrido frecuentemente a expensas del cristianismo. Mientras que el Islam por siglos ha conseguido numerosas conversiones del cristianismo sin mucho esfuerzo o esfuerzos misioneros organizados, el cristianismo nunca ha podido alcanzar numerosas conversiones del Islam a pesar de lo sofisticado de sus medios y bien organizadas actividades misioneras, en este sentido siempre ha estado en desventaja en su competencia con el Islam, por catorce siglos.
 
Esto ha desarrollado en los misioneros y en muchos de los orientalistas un complejo que se manifiesta en su forma de presentar al Islam como una religión atrasada y vulgar, de gente salvaje. Si fuésemos a leer la historia con ojos objetivos, tales alegatos serían fácilmente rechazados.
 
Otros factores responsables de la expansión del Islam son el estilo de vida ejemplar y los incansables esfuerzos del individuo musulmán de transmitir el mensaje del Islam por todo el mundo, constituyéndose en la raíz misma de la conquista islámica de corazones. El universalismo islámico está íntimamente asociado con el principio de ‘ordenar el bien’, ya que el Islam debe ser difundido por los musulmanes por el mundo en base a este principio. Este principio busca hacer llegar el mensaje del Islam a todos los seres humanos y establecer una comunidad mundial islámica ejemplar.
 
Uno de cada cuatro seres humanos en el mundo es musulmán. La cantidad de musulmanes ha aumentado en casi un 235% en los últimos cincuenta años, para alcanzar aproximadamente los 1.700 millones. En comparación, el número de cristianos ha aumentado solamente el 47 %. El Islam es el segundo grupo religioso más grande en Francia, Gran Bretaña y los EEUU.
 
Las siguientes estadísticas muestran el crecimiento del Islam en el mundo en el periodo de 1989 a 1998:
 
Norte América: 25%   
         
África: 2.15%
 
Asia: 12.57%
 
Europa: 142.35%
 
América Latina: 4.73%
 
Australia: 257.01%
 
Los medios de comunicación en Occidente desataron una fiera e intensa campaña contra el Islam y los musulmanes, en especial después de los ataques del 11 de septiembre. Los medios parcializados, en especial en los EEUU, se metieron de lleno en una febril competencia por presentar al Islam como una religión basada en salvajismo, la intolerancia y la sed de sangre.
 
Los musulmanes no fueron acosados únicamente por los medios de comunicación en los EEUU, Gran Bretaña, Australia y otros países europeos, sino que hasta fueron atacados físicamente en sus hogares, en las calles, en los lugares públicos, en las mezquitas, centros islámicos, etc. Lamentablemente, se mantuvo la misma actitud con el Noble Profeta del Islam, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, y el Noble Corán.
 
La islamofobia alcanzó su punto más alto cuando un periódico danés publicó unas atroces caricaturas que presentaban al Profeta, sallallaahu alayhi wa sallam, como un terrorista. El Noble Corán también fue desecrado en los EEUU y otros países, lo cual indica su profundo odio hacia el Islam y los musulmanes. 
 
Se han impuesto inflexibles regulaciones y procedimientos extremistas contra los musulmanes en los EEUU y algunos países europeos, bajo el pretexto de su “guerra contra el terrorismo”. A muchos estudiantes musulmanes se les prohibió terminar sus estudios, muchas familias fueron expatriadas, las actividades islámicas fueron limitadas o detenidas, los hombres y mujeres musulmanes fueron sujetos a sofisticados chequeos y revisiones en los aeropuertos, mujeres con velo y hombres con barba ridiculizados en público o acosados, etc. En resumen, el musulmán se ha convertido en sinónimo de “sospechoso”.
 
A pesar de todo esto, después de los eventos de septiembre, una ola de personas abrazó el Islam en todo el mundo. En los EEUU solamente, más de 30.000 personas abrazaron el Islam. Se calcula que para el año 2020, el Islam será la mayor religión del mundo.
 

Resumiendo, a pesar de todos los febriles intentos de los adversarios del Islam, nuevos y viejos, el Islam aun está expandiéndose por todo el globo con facilidad y en paz, conquistando e iluminando las mentes y corazones, sin importar lo difíciles e intrincadas sean las conspiraciones en su contra. Al-lah, el Exaltado, Dice en el Corán (lo que se interpreta en español): {Él es Quien Envió a Su Mensajero con la guía y la religión verdadera para hacerla prevalecer sobre todas las religiones, aunque esto disguste a los idólatras.}[Corán 9: 33]

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