La vida de Omar ibn ‘Abdul ‘Aziz (Parte 3)

22/04/2012| IslamWeb

Cuando Omar ibn ‘Abdul ‘Aziz, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, asumió el liderazgo de la nación musulmana, él, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, trató de corregir todos sus errores anteriores. Una vez, mientras caminaba por Medina, siendo apenas gobernador y no el califa, su ropa arrastraba por debajo del hueso del tobillo, y Muhammad ibn Ka’b, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, lo vio y le dijo: “¡Oh, Omar! El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos informó que la parte del vestido que cae por debajo del hueso del tobillo será (la causa de que esa parte del cuerpo de quien la viste) sea castigada en el Infierno”. Omar que Al-lah lo tenga en Su misericordia, se enojó con esta reprensión pública y respondió de manera dura, pero cuando se convirtió en el califa, y su poder para tomar venganza había aumentado considerablemente, actuó de manera distinta, y comenzó a buscar a este hombre sincero que lo había aconsejado por la causa de Al-lah. Se le informó que se había ido, luchando en la Yihad, de modo que le envió un mensaje al líder militar de la época, ordenándole que lo enviara de regreso tan pronto como terminara su servicio. Cuando Muhammad, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, regresó y se presentó ante Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, él dijo: “¡Oh, Muhammad! Pide que se me perdone por la dura respuesta que te di cuando me aconsejaste”, entonces lloró hasta que su barba estuvo empapada, por lo que Muhammad, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “¡Oh, Líder de los Creyentes! Que Al-lah te perdone”, y comenzó a observarlo, lo que hizo que Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, le preguntara: “¿Por qué me miras de ese modo?” Él respondió: “Estoy atónito con el cambio en tu apariencia, ¿qué le pasó al color de tu cara y a tu hermoso cabello?” ¿Engañaron estas palabras a Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, o lo hicieron sentir orgulloso de su evidente ascetismo? ¡Nunca! Él respondió diciendo: “Si me vez tres días después de mi muerte y observas que mis ojos se han hundido en mi cara y cómo mi nariz y mi boca se han llenado de gusanos, entonces estarás aún más atónito de lo que estás ahora”.
Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, nunca fue un tirano ni un opresor, incluso cuando era joven, contrario a lo que alguna gente pueda creer; pero el efecto de su riqueza era muy evidente en él al punto de que algunas personas pensaban que era arrogante. Era conocido por ser sincero sin importarle las consecuencias, y en una ocasión el califa Al Walid lo llamó y le preguntó mientras un guardia esperaba de pie con la espada desenvainada: “¿Cuál es tu decisión respecto a la persona que calumnia al califa, no debería morir?” Dijo esto como si pretendiera obligarlo a fallar de una forma específica. Al oír esto, Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, se mantuvo en silencio, de modo que el califa le preguntó de nuevo, diciendo con dureza: “¿Por qué te quedas callado?” Él, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, continuó en silencio, hasta que el califa le repitió la pregunta, a lo que Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, respondió: “¡Oh, líder de los creyentes! ¿Acaso aquel que es calumniado por el califa debería matarlo por ello?” El califa respondió: “No, pero él calumnió al califa”. Entonces, Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Creo que debe ser castigado con severidad, pero la sentencia no debe ser la muerte, puesto que él no mató a nadie”. Después de escuchar su respuesta, el califa apoyó su opinión.
Él, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, solía aconsejar a los califas y darles recordatorios; una vez estuvo con Sulaimán ibn ‘Abdul Malik durante el viaje del Hayy y en el camino cayó un aguacero con tormenta eléctrica que se extendió hasta atemorizarlo, de modo que el califa le preguntó a Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia: “¿Habías experimentado antes una noche tan horrible como esta?” Omar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, respondió: “Este es el sonido de la misericordia de Al-lah, puesto que la lluvia desciende como una misericordia para la gente; pero, ¿cómo te sentirías si escucharas el sonido del castigo de Al-lah (es decir, en el Infierno)?”.

La vida de Omar ibn ‘Abdul ‘Aziz (Parte 1)

La vida de Omar ibn ‘Abdul ‘Aziz (Parte 2)

La vida de Omar ibn ‘Abdul ‘Aziz (Parte 4)
 

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