Ramadán es un campo de juego nivelado en el que las personas compiten entre sí en buenas obras y benevolencia. Durante este mes bendito, las almas se entrenan en virtud y se acostumbran a la dignidad, aprenden a despreciar los vicios y los pecados, y a adquirir todos los atributos buenos.
Quien sea testigo de este mes sin obtener ninguna de sus recompensas, es realmente pobre y nada lo paraliza más que la negligencia, la pereza, la dilación y las falsas esperanzas.
Sin embargo, es espantoso ver a algunos de los que fueron guiados a hacer buenas obras y aprovechar las virtudes durante este mes, destruyendo rápidamente lo que habían construido y reemplazando el bien con el mal. Este es un error grave y un acto vergonzoso en el verdadero sentido de la palabra, y ningún remordimiento ni disculpa lo revocará cuando te pares frente a tu Señor Único.
Le preguntaron a Bishr, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, acerca de las personas que son diligentes solo durante el mes de Ramadán y él contestó: “Son gente abominable porque solo conocen a Al-lah Todopoderoso durante el mes de Ramadán. Los verdaderamente virtuosos son aquellos que adoran a Al-lah Todopoderoso con diligencia durante todo el año”.
Le preguntaron a Ash-Shibli, que Al-lah lo tenga en Su misericordia: “¿Qué es mejor: Shaabán o Rayab?”, su respuesta fue: “Sé un adorador de Al-lah Todopoderoso en lugar de ser un adorador de Shaabán”.
Le preguntaron a Aisha, que Al-lah esté complacido con ella: “¿El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, eligió algunos días especiales (para ayunar)?”. Ella respondió: “No, pero solía ser constante (en su servicio de adoración)”. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nunca realizó más de once rakas (unidades de oración), sea en Ramadán o en cualquier otra época del año.
Invitamos sinceramente a esas personas que reconsideren con temor su estilo de vida y se autoanalicen, y que piensen sobre su condición antes de que sea demasiado tarde. Les aconsejamos que no permitan que las apariencias, su fuerza, su salud y su juventud las engañen. Esto debido a que todo ello no es más que un espejismo que uno puede ver como agua, pero al alcanzarlo no encuentra nada. La salud será seguida por la enfermedad, la juventud por la vejez, y la fuerza finalmente se volverá debilidad. Entonces, ¡despierta y pon atención! La vida es corta aún si parece larga, y la felicidad terminará sin importar cuánto dure.
Esas personas deben saber que la perseverancia y la adhesión al camino correcto y a la obediencia a Al-lah Todopoderoso son de las mayores señales de la aceptación de las buenas obras que uno realiza. Al-lah Todopoderoso dice: {Y adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza} [Corán 15:99].
En consecuencia, las almas deben permanecer adheridas al camino recto y a la guía, tal como lo hicieron durante el mes de Ramadán. La guía no se limita a ciertos momentos y actos de adoración, y la adoración a Al lah Todopoderoso no está limitada al mes de Ramadán.
Al Hasan Al Basri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Al-lah no ha establecido un final para la labor de los creyentes diferente a la muerte”. Y luego recitó: {Y adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza (la muerte)} [Corán 15:99].
De hecho, Ramadán ha terminado, pero aún tienes varias momentos especiales para la adoración. Las cinco oraciones diarias están entre las mejores y más elevadas buenas obras, y la oración es lo primero sobre lo que uno será interrogado en el Día del Juicio, cuando se encuentre frente a Al-lah Todopoderoso.
Si el ayuno de Ramadán ha terminado, nos quedan ayunos y ocasiones voluntarios tales como los seis días de Shawal, los lunes y jueves, los días blancos, el décimo día de Muhárram, el día de Árafah, etc. Si la oración nocturna de Ramadán (Tarawih) ha terminado, debes saber que la oración nocturna puede ser ofrecida todas las noches: {Dormían poco por las noches} [Corán 51:17].
Si el tiempo del Zakat ul Fíter ha terminado, entonces está el azaque (Zakat) obligatorio además de las formas incontables de dar caridad voluntaria.
Querido hermano musulmán, debes saber que uno de los atributos de los siervos de Al-lah Todopoderoso es que realizan buenas obras constantemente, como dice Al-lah:
{Aquellos que son perseverantes en la oración} [Corán 70:23].
{Y cumplen con sus oraciones} [Corán 23:9].
Si aspiras a saber cómo salvarte de esta trampa y cómo realizar buenos actos con regularidad, debes hacer lo siguiente:
1. Debes estar sincera y firmemente decidido a hacer buenos actos constantemente en todas las circunstancias y condiciones. Esto requiere mantenerse alejado de la debilidad y la pereza. Es por esto que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, solía buscar refugio en Al lah Todopoderoso de la incapacidad y la pereza, dadas sus terribles consecuencias. Por lo tanto, debes buscar la ayuda de Al-lah Todopoderoso y seguir adelante.
2. La moderación es muy importante, y nunca debes sobrecargarte, como dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Haz las obras que puedas hacer fácilmente, ya que Al-lah no se cansará (de dar recompensas) hasta que te aburras y te canses (de realizar actos de adoración)” (Al Bujari y Muslim).
Debes recordar que hay bendiciones en la perseverancia. Por ejemplo, quien lea un yuz (porción) del Corán todos los días, leerá el Corán entero en un mes; y quien observe el ayuno por tres días cada mes, será recompensado como si hubiera ayunado durante todo el año. Del mismo modo, a quien observe doce rakas voluntarias todos los días, Al-lah Todopoderoso le construirá una casa en el Paraíso, etc.
3. Debes saber que es inaceptable que quien practica una buena acción la abandone. Está narrado que Abdul-lah Ibn Amr Ibn Al Aas, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me dijo: ‘¡Abdul-lah! No seas como Fulano que solía levantarse en las noches (para realizar oraciones voluntarias), pero luego lo abandonó’” (Al Bujari y Muslim).
4. Querido hermano, recuerda lo que solían hacer nuestros predecesores. Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, dijo que cada vez que nuestro amado Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, perdía una oración nocturna por enfermedad o por sueño, rezaba doce rakas al día siguiente (Muslim).
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, también perdió una vez el ‘Itikaf (el retiro en la mezquita) y lo compensó en Shawal. Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, dijo que el Mensajero de Al lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le dijo a Bilal, que Al-lah esté complacido con él: “¡Bilal!, cuéntame sobre el acto más esperanzador (es decir, uno que consideres el que Al-lah recompense más) que hayas hecho desde que aceptaste el Islam, porque he escuchado el sonido de tus zapatos frente a mí en el Paraíso”. Bilal, que Al-lah esté complacido con él, le dijo: “No considero ningún acto más esperanzador que cuando hago ablución (o tomo un baño) a cualquier hora de la noche o del día, y realizo la oración durante el tiempo en que estaba destinado que yo orara” (Al Bujari y Muslim).
Sin embargo, lo más sorprendente es aquello que Ali Ibn Abi Tálib, que Al-lah esté complacido con él, solía hacer en respuesta al consejo que le dio el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, cuando una vez lo visitó y lo encontró durmiendo con su esposa Fátima, que Al-lah esté complacido con ella (hija del Profeta). Ali dijo: “El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, puso su pierna entre Fátima y yo y nos enseñó qué decir cuando vamos a la cama, diciéndonos: ‘Cuando vayan a la cama reciten treinta y tres veces Subhan Al-lah (Gloria a Al lah), treinta y tres veces Alhamdu lil-lah (todas las alabanzas son para Al-lah), y treinta y cuatro veces Al-lahu Akbar (Al-lah es el Más Grande)”. Ali agregó: “Por Al-lah, jamás he abandonado esta práctica por el resto de mi vida”. Un hombre le preguntó: “¿Ni siquiera en la Batalla de Siffín?”. Le contestó: “Sí, la observé incluso durante la Batalla de Siffín” (Al Hakim: Sahih).
Es sorprendente la persistencia en hacer buenas obras, incluso en tiempos de guerra y derramamiento de sangre, que observamos en esta narración. Nada distrajo a Ali de implementar el consejo del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sobre lo que debía decir al irse a dormir. Tales historias y narraciones deberían hacernos persistir en hacer buenas obras e intentar imitar el ejemplo de nuestros predecesores virtuosos.