Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero. Abu Talib seguía la religión de su gente, su padre y sus ancestros antes que el Profeta Muhammad fuera hecho Profeta, y se mantuvo en esta creencia idolátrica hasta su muerte. Aún así, él apoyó y defendió al Profeta, mostrando simpatía por el Islam en sus poesías y en todas las posiciones que asumió. Sin embargo, se mantuvo en la religión de su gente hasta que murió, tal y como se menciona en los libros de Sunnah y biografía. Y Al-lah Sabe mejor.