Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Su tío Abu Talib y su esposa Jadiyah, que Al-lah Esté complacido con ella, murieron el mismo año, lo que le causó gran tristeza al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Le apenaba haber perdido la protección que su tío le brindaba, la cual aprovechaba para divulgar el mensaje del Islam, y el alivio y la tranquilidad que su esposa le daba en su hogar. Su pena era evidente en su rostro. En cuanto al tiempo que duró su tristeza, no podemos definirlo; pues, al final, esto no afectó en nada el curso normal de la revelación y divulgación del mensaje.
(Es importante señalar que al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, lo apenaba también saber que su tío iría al Infierno por no haber aceptado su mensaje.)
Y Al-lah Sabe mejor.