Al-lah es el nombre propio del Único y Verdadero Dios. Nadie más puede llevar ese nombre. Esta palabra no tiene plural ni género, lo cual muestra su singularidad comparada con “dios”, que puede ser plural (dioses) o femenino (diosa). Es un hecho que cada lenguaje tiene un término o más que se utilizan en referencia a Dios, y a veces a otras divinidades menores. Este no es el caso con “Al-lah”.
Algunas de las confusiones que muchos no musulmanes tienen sobre el Islam tienen que ver con la palabra “Al-lah”. Por varias razones, muchos creen que los musulmanes adoran a un Dios diferente del de los cristianos o judíos. Esto es completamente falso, ya que “Al-lah” es simplemente la palabra árabe para Dios –y hay un solo Dios–. Sin embargo, es cierto que los judíos, cristianos y musulmanes tienen un concepto diferente de Dios, Glorificado sea. Por ejemplo, los musulmanes, como los judíos, rechazan el dogma cristiano de la Trinidad o la encarnación divina; pero esto no implica que cada una de las religiones adore a un Dios distinto, ya que hay un solo Dios Verdadero. El judaísmo, el cristianismo y el Islam son clasificados como “monoteístas”, pero el Islam nos enseña que las otras religiones, de una forma u otra, distorsionaron y anularon una creencia pura y apropiada en Dios al rechazar Sus verdaderas enseñanzas y mezclarlas con ideas creadas por el hombre.
El Único y Verdadero Dios es un reflejo del concepto particular que el Islam asocia con Dios. Para un musulmán Al-lah es el Todopoderoso, Creador y Sustentador del universo, Aquel a quien nadie se asemeja ni se compara. Le preguntaron al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sobre Al-lah, y la respuesta vino de Al-lah mismo en forma de un capítulo corto del Corán, considerado como la misma esencia y consigna del monoteísmo. Es el capítulo 112, el cual dice: {Di: “Él es Al-lah, Uno. Al-lah es el Absoluto. No engendró ni fue engendrado. Y no hay nada ni nadie que sea semejante a Él”} [Corán 112:1-4].
Algunos no musulmanes alegan que Dios en el Islam es severo y cruel, que exige ser obedecido por completo, que no es amoroso o amable. Nada podría estar más alejado de la verdad que eso. Es suficiente con saber que con la excepción de uno solo, cada uno de los 114 capítulos del Corán comienza con las palabras: “En el Nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso”. En una narración del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, se nos informa que: “Al-lah tiene más amor y es más amable que una madre con su amado hijo”.
Sin embargo, Al-lah es también Justo. Por ello, todos los malhechores y pecadores deben recibir su castigo, y los piadosos recibirán Su recompensa y favor. Aquellos que sufren toda su vida mientras buscan la recompensa de Al-lah no pueden tener el mismo trato de parte de su Señor que quienes oprimen y explotan a otros durante toda su vida. Esperar que ambos tengan el mismo trato es contrario a la mismísima creencia en la rendición de cuentas del ser humano en el Más Allá, lo cual removería todo incentivo por luchar para lograr una vida moral y virtuosa en este mundo.