Éjemplos de la igualdad en el Islam

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Primer ejemplo:

Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, por algún motivo se enojó con el esclavo liberto de Abu Bakr, Bilal de Abisinia, que Al-lah esté complacido con ambos. Ambos fueron compañeros del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Él altercado se prolongó y Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, en su furia llamó a Bilal, que Al-lah esté complacido con él. “hijo de una madre de piel negra”. Bilal se quejó con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien se dirigió a Abu Dhar diciendo: “¿Lo llamaste con un nombre que denigra a su madre? Pareciera que sigues reteniendo vestigios de Al Yahiliyyah (el periodo de la ignorancia antes del Islam)”.
 
Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, se equivocó al comprender la palabra Yahiliyyah y creyó que se trataba de algún tipo de inmoralidad sexual, y sumisamente preguntó sorprendido: “¿A esta edad madura, oh Profeta de Al-lah?” Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: “Sí, tu eres su hermano”. Éntonces Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, se avergonzó y se arrepintió y, por el extremo arrepentimiento y humildad que sintió, buscó a Bilal, que Al-lah esté complacido con él, para que pisara su rostro con sus pies.
 
Segundo ejemplo:
 
Cuando una mujer de la tribu de Banu Majzum llamada Fatimah fue encontrada culpable de robo, fue llevada ante el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, para ser juzgada de acuerdo a la ley de la Shari‘ah. La tribu de Quraysh intentó interceder para que no castigaran a la mujer y después de la deliberación enviaron a Üsamah ibn Zayd, que Al-lah esté complacido con él, para interceder ya que él era muy apreciado por el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Cuando él habló con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, éste se enojó mucho y le dijo: “¿Éstás intentando interceder en los temas de los límites prescritos por Al-lah?” Éntonces reunió a la gente y les dijo: “La gente que os precedió y que fueron aniquilados, discriminaban entre la clase alta y la clase baja cuando impartían justicia por los crímenes como el robo. Los de la clase alta eran perdonados, mientras que los elementos más débiles de la sociedad eran fácilmente castigados. ¡Por Al-lah! Si Fatimah, la hija de Muhammad, hubiese cometido este robo, ¡entonces también le habría amputado su mano por ello!”.
 
Tercer ejemplo:
 
Qays ibn Mutatiyah, un hipócrita, vino a una reunión donde Salman Al Farisi (el persa), Suhayb Ar-Rumi (el romano) y Bilal Al Habashi (el abisinio) estaban presentes. &Éacute;l remarcó insultantemente: “Aws y Jazray (las dos tribus árabes más importantes de Medina) le han prestado algún servicio a esta persona (el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam), pero no logro comprender lo que estas personas (Bilal, Suhayb y Salman) han hecho (para merecer este honor)”. Mu‘adh ibn Yabal estaba en esa reunión, y él lo atrapó por su cuello arrastrándolo ante el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le informó lo que el hipócrita había dicho. Éntonces el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se enojó, fue a la mezquita y dio un sermón, afirmando lo siguiente: “¡Oh gente! Recordad siempre que vuestro Señor y Protector es uno, y vuestro principal ancestro es uno, y vuestra fe es también una y la misma”.
 
Cuarto ejemplo:
 
‘Adi ibn Hatim, que Al-lah esté complacido con él, fue a Medina antes de abrazar el Islam y encontró a los Compañeros sentados alrededor del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. ‘Adi sintió temor al ser testigo de la reverencia que estos le tenían a él. Mientras tanto, una mujer humilde se acercó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le pidió verlo en privado. Así, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se alejó a cierta distancia de la reunión para hablar con ella y regresó cuando terminó. ‘Adi se conmovió mucho por este inconcebible concepto de filantropía y, eventualmente, abrazó el Islam.
 
Quinto ejemplo:
 
Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, conquistó La Meca, aquellos que lo habían expulsado y combatido fueron traídos ante su presencia vencidos. Incluso en esas circunstancias, les hizo el mismo llamado: al Islam. Parado en la puerta de Al Ka‘ba dijo: “¡Oh, gente de Quraysh! Én este día Al-lah Ha puesto fin a vuestro orgullo de Al Yahiliyyah (ignorancia) y también al orgullo de vuestros ancestros. ¡Recordad! Todos los hombres provienen de Adam (Adán), y Adam fue hecho de barro”. Én esta ocasión él recitó la siguiente aleya: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre [Adán] y una mujer [Éva], y [de su descendencia] os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros. Én verdad, el más honrado de vosotros ante  Al-lah es el más piadoso. Ciertamente  Al-lah És Omnisciente y Éstá bien informado de lo que hacéis}. [Corán 49:13].
 
Sexto ejemplo:
 
‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, fue un califa glorioso. Simpatizaba con los débiles y era firme en sostener y defender la verdad. Solía quedarse sin comer por alimentar a otros, y se privaba a sí mismo por proveer a los demás. Solía ir puerta por puerta preguntando a las personas acerca de sus condiciones de vida, etc.
 
Séptimo ejemplo:
 
Cuando una caravana llegó a Medina, ‘Ümar y ‘Abdur-Rahman ibn ‘Awf, que Al-lah esté complacido con ellos, se pusieron en guardia por ésta. Durante esa noche, ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, escuchó llorar a un bebé; se aproximó a su madre y le dijo: “Teme a Al-lah y ocúpate de tu bebé cuidadosamente”. Luego, se dirigió nuevamente a su posición. Üna vez más escuchó al bebé llorar y nuevamente se acercó a la madre y le dio el mismo consejo. Más tarde, durante la última parte de la noche, el niño lloró una vez más. Éntonces ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, se cercó a la madre y le dijo: “¡Ay de ti! Parece que no eres una buena madre. ¿Cómo es que tu niño no duerme pacíficamente durante la noche?”
 
La mujer, sin saber que estaba hablando con el Émir de los creyentes, le dijo: “Que Al-lah te Bendiga, me has molestado muchas veces durante la noche. Quiero destetarlo a la fuerza (antes de tiempo), pero el niño es testarudo”. ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, le preguntó: “¿Por qué quieres destetarlo a la fuerza?” Élla respondió: “Porque ‘Ümar otorga subsidio sólo a aquellos niños que han sido destetados”.
 
Así pues, ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, le preguntó: “¿Qué edad tiene tu niño?” Élla le contestó que sólo tenía un par de meses de edad. ‘Ümar,que Al-lah esté complacido con él, le dijo a la mujer que no se apresure a destetar a su niño. Éntonces, realizó Al Fayr (Oración del Alba) en tal estado que su llanto hacía inaudible e incomprensible su recitación del Corán. Al terminar la oración dijo: “¡‘Ümar está arruinado! ¡&Éacute;l ha asesinado a los hijos de los creyentes! Por lo tanto, ordeno al pregonero proclamar en la ciudad de Medina que las madres no deben destetar a sus niños sólo por conseguir el subsidio para ellos. De aquí en adelante, cada niño, lactante o destetado, recibirá una remuneración”.
 
Octavo ejemplo:
 
Üno de los incidentes incomparables en la historia de la humanidad, relacionados con la compasión e igualdad, fue el protagonizado por ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, cierta noche. &Éacute;l acostumbraba salir por las noches para ver con sus propios ojos las condiciones bajo las cuales la gente estaba viviendo. Üna noche escuchó a alguien llorar en una tienda cercana, en cuya puerta estaba parado un hombre. ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, lo saludó y le preguntó quién era. &Éacute;l hombre respondió que era un beduino que había venido a Medina para pedir ayuda al Émir de los creyentes. Éntonces, ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, le preguntó acerca del llanto y los gemidos dentro de la tienda. Él beduino trató de evadir la pregunta, diciendo que ya que esto no era de su incumbencia, no debería entrometerse y seguir su camino.
 
Sin embargo, ante la insistencia de ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, le dijo que su esposa estaba en labor de parto y no había nadie para ayudarla en el alumbramiento. ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, regresó a su casa y le preguntó a su esposa, Ümm Kulzum bint ‘Ali, que Al-lah esté complacido con ella, si estaba interesada en la recompensa de Al-lah, la cual &Éacute;l Había puesto en su camino. ‘Ümar le pidió que preparara lo necesario para un recién nacido y su madre, y también algo de provisiones (alimentos).
 
&Éacute;l tomó todas estas cosas y salió, y Ümm Kulzum lo siguió. Cuando llegaron a la tienda del beduino, ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, mandó a su esposa adentro. &Éacute;l se sentó con el esposo, prendieron fuego, y empezó a cocinar con las provisiones que había traído consigo. Él beduino ignoraba que estaba sentado al lado de uno de los hombres más granAl-lahos del mundo.
 
Luego el niño nació y Ümm Kulzum, que Al-lah esté complacido con ella, lo llamó desde adentro de la tienda, dirigiéndose a él como Amir Al Mu’minin(Émir de los creyentes) y le dijo que felicitara a su amigo por el nacimiento de su hijo. Él beduino, al escuchar sus palabras, se dio cuenta que había estado todo ese tiempo con el hombre que era la cabeza del Éstado Islámico y había sido rudo con él, estaba muy sorprendido y empezó a alejarse de ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él. Pero ‘Ümar lo tranquilizó y le pidió que siguiera sentado en su lugar, sin formalidades. Le dijo a Ümm Kulzum, que Al-lah esté complacido con ella, que le ofreciera a la madre la comida que había cocinado mientras él se la ofrecía al esposo diciendo: “Come, has estado despierto toda la noche y has sufrido un gran inconveniente”.
 
También debemos mencionar a ‘Ümar ibn ‘Abdul ‘Aziz, Salahudin Ayyubi (Saladino), y muchos otros grandes personajes, legisladores y líderes, quienes también presentan innumerables ejemplos inmortales. Éllos son, en sí mismos, evidencias brillantes a favor de esta gloriosa civilización, en todos los sentidos.
 
 

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