Los musulmanes en Ramadán: Cómo son y cómo deberían ser

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Cuando uno reflexiona sobre la situación de los musulmanes hoy en día, encuentra que las características de muchos de ellos son contrarias a las que un musulmán debe poseer. Lo que sigue es una tentativa de destacar la realidad amarga de muchos de los musulmanes durante Ramadán. 
 
• Para muchos musulmanes, los actos de adoración se han convertido en un hábito. Muchos de ellos rezan habitualmente y ayunan porque la comunidad que los rodea lo hace. Tales personas no ayunan fielmente por Al-lah, ni lo hacen esperando Su recompensa, siendo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “A quien ayuna durante el mes de Ramadán con fe y esperando alcanzar la recompensa de Al-lah-lah, todos sus pecados anteriores le son perdonados”. [Al Bujari y Muslim]

• Él mes de Ramadán es un mes durante el cual la gente compite en la virtud y la realización de actos de obediencia. Desafortunadamente, hoy en día se ha convertido en un mes donde la gente compite en el número de platos que cocina y los varios tipos de entretenimientos cuestionables en los que participan. La gente abarrota los supermercados para comprar diversos suministros para Ramadán y esperan en largas filas para conseguir lo que quieren. De hecho, en algunos lugares el tráfico se congestiona como resultado de la presencia inusual de gente en las calles. Si damos un rápido vistazo dentro de los hogares musulmanes, veremos que las mujeres están ocupadas día y noche preparando diversas comidas, y que compiten en esto. 

• Muchos musulmanes pierden su tiempo durante Ramadán en actividades inútiles, y algunos incluso participan en actividades prohibidas. Por ejemplo, algunas personas se sientan a ver canales de cable, envenenándose con los programas satánicos que se están difundiendo. Los podemos ver cambiando de un canal a otro, de una película a otra, presenciando escenas impropias, absorbiendo ideas destructivas y escuchando música. Pasan largas horas así, faltan a los rezos del Tarawih (oraciones opcionales de la noche) y nunca recitan el Corán, y puede que algunos hasta pierdan la noche de Al Qader, cuya recompensa es superior a la mil meses. La preparación de algunos musulmanes para este mes se limita a alistar lugares donde poder hacer deporte y entretenerse. Muchos de ellos se reúnen a la hora del Iftar (romper el ayuno) y empiezan a perder el tiempo inmediatamente hasta la salida del sol y, consecuentemente, no realizan sus oraciones porque están durmiendo. És más, ni siquiera piensan en ocupar su tiempo en recitar el Corán, rezar o mencionar a Al-lah. 

Él tiempo es algo valioso en la vida de las personas; sin embargo, muchas de ellas lo pierden paseando en centros comerciales, incurriendo en actividades que no son del agrado de Al-lah. 

• No encuentran satisfacción espiritual al adorar Al-lah. A mucha gente los actos de adoración les resultan incómodos, y no encuentra ninguna alegría al realizarlos. Comparemos esto con la actitud (completamente opuesta) de algunos de los Salaf, como ‘Abdul Wahid Ibn Zaid, que Al-lah le Dé Su perdón, quien se lamentaba diciendo: “¡[Sólo] la muerte podría privar a la gente de la oración, el ayuno y de disfrutar sus actos de adoración!”. Én muchos casos, esto es debido a los muchos pecados que abruman los corazones de la gente. Le preguntaron a Wahib Ibn Al Ward, que Al-lah le Dé Su perdón: “¿Puede experimentar la dulzura de la adoración el pecador? Dijo: “No, y tampoco podrá hacerlo quien tiene la intención de pecar”.

 • Él objetivo del ayuno es que la gente reduzca sus hábitos alimenticios para así poder sentir lo que sienten los pobres, pero mucha gente actúa exactamente de forma opuesta a esto, siendo extravagantes durante este mes más que en cualquier otro mes del año, mientras que Al-lah dice (lo que se interpreta en español): {…Y comed y bebed con mesura, porque Al-lah no ama a los inmoderados…}[Corán 7: 31]

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