La fiel mujer musulmana, siempre tiene presente las palabras de Al-lah:
{Ün verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Al-lah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Al-lah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente.} [Corán33:36]
La obediencia a Allah , Subhanahu wa ta‘ala, y a Su Mensajero es mucho más importante que los propios caprichos y deseos de una persona, ya que viene antes del placer y de la elección individual. Zainab Bint Yah-sh, que Al-lah esté complacido con ella, estableció el mejor ejemplo de obediencia a los mandatos de Al-lah y Su Mensajero, cuando el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le pidió que se casará con su esclavo liberto e hijo adoptivo Zaid Ibn Harizah. Éste casamiento logró dos propósitos legislativos:
(1) Alcanzar la igualdad total entre la gente: La hermosa mujer de la tribu de Quraish, una de las hijas nobles de ‘Abd Ash-Shams y prima del Profeta, se casó con un esclavo liberto. Los esclavos libertos eran la clase baja de la población; en realidad las diferencias entre clases eran tan grandes y profundas, que nada podía abolirlas excepto un acto público decisivo por parte del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, al que la comunidad musulmana habría de tomar como ejemplo, para que esas barreras sean derribadas y la gente no sea vista como superior o inferior, salvo, en términos de su nivel de taqwa.
(2) Abolir la costumbre de la adopción, la cual estaba extendida en la época de la Yahiliiah. De allí que el Profeta se casó con Zainab, después de haberse divorciado de su hijo adoptivo Zaid, para demostrar en términos prácticos, que si Zaid hubiera sido su verdadero hijo, Al-lah no le habría ordenado en el Corán que se casara con Zainab.
La elección recayó en Zainab, la prima del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, a fin de lograr estos dos objetivos legislativos dentro del ambiente de la familia del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y para que la gente pueda aceptarlos en obediencia al mandato de Al-lah y Su Mensajero, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Cuando él la escogió para ser la esposa de Zaid Ibn Hârizah, a ella no le agradó la idea, y dijo: "¡Oh, Mensajero de Al-lah! Nunca me casaré con él, pues soy una noble de la tribu de ‘Abd Ash-Shams." Él Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le replicó con calma pero firmemente: "Tienes que casarte con él" Mientras estaban discutiendo el asunto, Al-lah reveló a Su Mensajero, sallallahu ‘alaihi wa sallam, lo siguiente:
{Ün verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Al-lah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Al-lah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente.} [Corán 33:36]
Éntonces Zainab, aceptó la orden de Al-lah y Su Mensajero, y dijo: "No desobedeceré a Al-lah ni a Su Mensajero, y me entregaré en matrimonio a él."
Posteriormente, las diferencias entre Zainab y Zaid los condujeron al divorcio. Cuando Zainab completó su ‘Iddah, Al-lah reveló la siguiente aleya (que Al-lah esté complacido con él (que se interpreta en español):
{Y recuerda [¡Oh, Muhammad!] cuando dijiste [a Zaid Ibn Harizah] a quien Al-lah había agraciado [con el Islam], y tú habías favorecido [liberándolo de la esclavitud]: Quédate con tu esposa, y teme a A-llah; ocultaste así lo que Al-lah haría manifiesto porque temiste a lo que diría la gente, pero Al-lah es más digno de ser temido. Cuando Zaid termine con el vínculo conyugal [y su ex esposa haya concluido con el tiempo de espera luego del divorcio], te la concederemos en matrimonio para que los creyentes no tengan ningún impedimento en casarse con las ex esposas de sus hijos adoptivos si es que éstos deciden separarse de ellas, y sabed que esto es un precepto de Al-lah que debe ser acatado.} [Corán 33:37]
Él Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, recitó esta aleya sonriendo, luego dijo: "¿Quién irá hacia Zainab y le comunicará las buenas nuevas? Pues Al-lah ha dispuesto mi casamiento con ella desde el cielo."
Fue como si Al-lah hubiera premiado a Zainab por su absoluta obediencia a Al-lah y a Su Mensajero. Élla había aceptado la decisión de casarse con Zaid, y luego se convirtió en la esposa del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, por el mandato de Al-lah en una aleya que los musulmanes siempre recitarán cuando rindan culto a Al-lah, ya que seguirán recitando el Corán hasta el final de los tiempos. Éste honor le fue conferido solamente a Zainab, quien fue la única de entre las esposas del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, que recibió tal gracia. Élla estuvo orgullosa del favor de Al-lah hacia ella, y acostumbraba a ufanarse ante las otras esposas del Profeta diciendo: "Vuestras familias arreglaron vuestros matrimonios, pero Al-lah dispuso mi casamiento desde arriba de los siete cielos."