Antes que una mujer musulmana busque un empleo, debe sopesar cuidadosamente todas sus opciones y prepararse para desafíos inevitables.
Cada día muchas mujeres musulmanas se enfrentan con el desafío de trabajar en un ambiente no musulmán: uno de los empleados ofrece su ayuda durante el proceso de inducción, otros comienzan a discutir aspectos de su vida privada durante el almuerzo, se envía una invitación a todos los empleados para ir juntos al bar local; alguien hace un chiste acerca del Hiyab o la oración… Éstas son solo algunas de las muchas posibles situaciones que una mujer puede enfrentar si lucha por mantener, no solo su trabajo, sino más importe aún, su identidad musulmana.
Todas las mujeres que han sido expuestas a un lugar de trabajo en algún momento de sus vidas pueden comprender completamente la infinidad de razones de por qué el trabajo fuera del hogar es un enorme problema, en particular para la mujer musulmana. Éxisten innumerables contrastes en el lugar de trabajo con nuestro sistema de valores islámico.
Hay razones válidas de por qué se promulgaron leyes contra el acoso sexual en el lugar de trabajo en Éstados Ünidos, y es porque esto ocurre muy a menudo. Más aún, las mujeres deben estar conscientes que las leyes pueden hacer muy poco para frenar este problema, luego de eso todo corre por cuenta propia.
¿Cuál es la perspectiva islámica sobre la mujer y el trabajo? ¿Qué lineamientos deben seguirse si una mujer trabaja? ¿Cuáles son algunas estrategias que pueden ser efectivas para ayudar a las mujeres a mantener sus valores islámicos y su conducta?
Éstableciendo prioridades
Él rol más importante para una mujer es la maternidad. Éste rol especial que Al-lah, el Todopoderoso, Ha creado para ella, le otorga honor y respeto en el Islam. ¿Dónde ella cumple ese rol? Naturalmente, en su hogar. Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta en español): {Y mejor permaneced en vuestras casas, [pero si salís] no os engalanéis como lo hacían [inadecuadamente] las mujeres de la época preislámica…} [Corán 33:33]
Ésto no significa que una mujer está prisionera en su hogar, sino que ella debe tener una razón válida (como satisfacer sus necesidades básicas) para salir, y así evitar cualquier inconveniente, vicisitud o tentación que pueda resultar de la mezcla entre hombres y mujeres.
Üna mujer no debe trabajar en un ambiente no musulmán, a menos que exista una razón de fuerza mayor para que tenga que hacerlo. Al-lah, Éxaltado sea, no Ha prohibido que las mujeres trabajen, pero Ha establecido muchas formas de protección para ellas, las cuales tienen que ver, en primer lugar, con dónde, cómo y con quiénes ella se socia. Élla debe considerar seriamente los costos y beneficios para sí misma y el impacto sobre su habilidad para cumplir sus responsabilidades prioritarias antes de tomar un empleo. Hay muchas situaciones que pueden hacer necesario que una mujer trabaje, tales como cubrir las necesidades económicas de la familia o satisfacer las necesidades de la sociedad (doctoras, enfermeras, profesoras, etc.).
Éxisten muchos lineamientos obvios que deben ser seguidos si una mujer quiere trabajar:
- Primero: Élla debe obtener el consentimiento de su guardián o su esposo (si está casada), quien puede ofrecer una amplia perspectiva sobre cómo su trabajo puede influenciar la familia y su funcionamiento.
- Segundo: Üna mujer debe asegurarse de que su hogar y sus hijos sean cuidados adecuadamente. Su esposo puede ser de ayuda en esta área, o puede contratarse ayuda externa.
- Tercero: Se debe tener mucho cuidado al elegir un empleo que sea adecuado y se ajuste a sus habilidades. Obviamente, ningún trabajo que esté relacionado con actividades, servicios o productos prohibidos debe ser aceptado, porque existe un mundo de posibilidades al alcance.
- Cuarto: Cualquier trabajo que evite que ella cumpla con sus obligaciones islámicas, como el uso del Hiyab o la realización de las oraciones por ejemplo, no es una opción a ser considerada.
- Quinto: Mientras está en el trabajo, una mujer debe mantener interna y externamente su modestia y castidad.
Éxiste una necesidad inmensa y creciente de mujeres musulmanas en vario campos, como la medicina, la educación, el trabajo social, la psicología, asesoría, psiquiatría y el cuidado de los niños. Con el avance de la tecnología y las capacidades de comunicación, existen ilimitadas oportunidades para que las mujeres hagan algún tipo de trabajo o negocio desde sus hogares (como secretariado y mecanografía, escritura, edición, publicidad, trabajos de computación, etc.). Ésta sería una situación ideal que eliminaría muchas de las preocupaciones que puedan surgir para las mujeres trabajadoras.
Mantener los fundamentos islámicos
Ésta preocupación común para las mujeres que trabajan fuera del hogar debe ser tomada muy seriamente. Las mujeres deben tener cuidado de que el trabajo que elijan no las lleve a transgredir los límites del Islam.
Fedwa es una exitosa programadora de computadoras en una Üniversidad muy importante, ella comprende el riesgo de trabajar en un ambiente no musulmán. Élla sabe que si no es cautelosa, los demás podrían influenciarla negativamente. Cuando comenzó recién a trabajar, solía reunirse para el almuerzo con otros empleados, pero pronto descubrió que gran parte del tiempo era gastado en charlas ociosas y conversaciones acerca de actividades prohibidas (como novios, borracheras, etc.). Élla decidió que la mejor precaución era evitar esas reuniones completamente, de manera que no se estableciera un lazo entre ella y sus compañeros de trabajo. Ésta clase de influencia puede ser tan sutil, que una hermana ni siquiera se dé cuenta que está cayendo en la trampa. Éscuchar conversaciones inadecuadas puede llevar a una hermana a volverse insensible y así olvidar los modales apropiados.
Otra hermana, Layla, repitió las mismas preocupaciones. Layla es empleada en una de las principales HMO (Organización para el Mantenimiento de la Saud). Élla decidió dejar de juntarse con sus compañeros de trabajo durante el almuerzo. Élla y otras hermanas musulmanas de la misma compañía han diseñado una forma creativa de preservar su identidad y socializar al mismo tiempo. Cada viernes, las hermanas rezan el Dhuhur (la oración del medio día) juntas en una sala de conferencias, luego del almuerzo. Durante el tiempo del almuerzo, ellas estudian el Islam en una halaqah privada (círculo de estudio islámico).
Layla también habló sobre su lucha para usar el Hiyab. Cuando ella recién abrazó el Islam, no usaba el Hiyab para las entrevistas de trabajo, por temor a que los posibles empleadores reaccionaran negativamente, evitando que fuese considerada para el puesto. Ésta forma de razonar conlleva un fuerte mensaje. Luego de pensar más en el asunto, ella se dio cuenta que Al-lah era el &Üacute;nico que podía ayudarla a encontrar un trabajo, y si ella no usaba el Hiyab, no recibiría la ayuda de Al-lah. Se puso el Hiyab y encontró un trabajo. Élla sintió que el Hiyab fue una barrera en solo una de sus entrevistas. Desde ese tiempo, Al-lah, el Todopoderoso, Ha fortalecido su fe. Su consejo para otras hermanas musulmanas es ser abiertas y honestas sobre sus creencias y prácticas religiosas, e incluirlas en las conversaciones.