Cree en la llegada inminente del Día del Juicio
La verdadera musulmana de fe sincera, percibe la vida tal como realmente es: un lugar de examen cuyos resultados serán evaluados el Día que indudablemente llegará. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español):
· {Bendito sea Aquél en Cuyas manos está el reino, y tiene poder sobre todas las cosas. &Éacute;l es Quien Creó la muerte y la vida para probaros y distinguir quién de vosotros obra mejor. &Éacute;l es Poderoso, Absolvedor.} [Corán 67:1-2]
Ése Día el hombre será compelido a dar testimonio de sus actos. Si éstos fueron buenos, será bueno para él, pero si éstos fueron malos, será malo para él también. No habrá la más mínima injusticia. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Hoy cada alma será juzgada por lo que haya realizado [en la vida mundanal]. Hoy no se cometerá injusticia alguna. Én verdad, Al-lah es rápido en ajustar las cuentas.} [Corán 40:17]
La balanza (en la cual serán pesadas las acciones del ser humano) medirá todo con la máxima precisión, ya sea a favor o en contra de la persona. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Quien haya realizado una obra de bien, por pequeña que fuese, verá su recompensa. Y quien haya realizado una mala obra, por pequeña que fuese, verá su castigo.} [Corán 99:7-8]
Nada podrá ocultarse del Señor de la Gloria en ese Día, ni aunque fuese tan insignificante como una semilla de mostaza. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y dispondremos la balanza de la justicia [para juzgar a los hombres] el Día del Juicio, y nadie será oprimido. Y todas las obras, aunque sean tan pequeñas como el peso de un grano de mostaza, serán tenidas en cuenta. Ciertamente Somos suficientes para ajustar las cuentas.} [Corán 21:47]
No hay duda alguna de que cuando la verdadera musulmana examine el significado de estas aleyas reflexionará sobre aquel Día crucial, y se volverá hacia su Señor en obediencia, arrepentimiento y gratitud, buscando realizar tantos actos honrados como fuera capaz de hacer, preparándose así para la vida en el más allá.
Acepta la Voluntad y el Decreto de Al-lah
La musulmana obediente al mandato de su Señor, acepta naturalmente Su Voluntad y Decreto, porque ése es uno de los más grandes signos de la fe, obediencia, taqua y rectitud en una persona. Por tanto, la musulmana guiada por las enseñanzas del Islam siempre aceptará todo lo que suceda en su vida, sea bueno o malo, porque esta aceptación es beneficiosa para ella en todas las situaciones, así como el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo explicó: "¡Cuán asombrosa es la condición del musulmán! Sus situaciones son todas buenas. Si experimenta tranquilidad, él está complacido, y eso es bueno para él. Si experimenta privaciones, las enfrenta con paciencia y perseverancia, y eso también es algo bueno para él".
La musulmana está convencida de que cualquier cosa que le suceda en la vida, no podría haber sido evitada; y que cualquier cosa que no le haya sucedido, no podría haber ocurrido. Todas las cosas acontecen de acuerdo a la Voluntad y el Decreto de Al-lah, Alabado sea; por ello, sus asuntos son todos buenos. Si algún bien le acontece, ella expresa su alabanza a Al-lah, el Magnificente Dispensador, y se convierte en una mujer agradecida, obediente y exitosa; si algo malo le acontece, ella lo enfrenta con paciencia y entereza, por lo cual ella es una mujer perseverante, redimida y victoriosa.
Con esta profunda fe, la mujer musulmana enfrenta los trastornos y calamidades de la vida con un alma en calma, que acepta la Voluntad y el Decreto de Al-lah, Alabado sea. Élla procura Su ayuda con paciencia y oración, y espera, por otro lado, la retribución de Al-lah, Alabado sea. Éxpresa su alabanza a Al-lah por lo que &Éacute;l ha decretado y dispuesto, tal como lo hizo Al Jansa' el día en que escuchó las noticias sobre la muerte de sus cuatro hijos, y dijo: "Alabado sea Al-lah, Quien me ha honrado con el martirio. Me aferro a la esperanza de que Al-lah me reunirá con ellos bajo Su Misericordia".
Busca la ayuda de Al-lah con paciencia
La musulmana va a los lugares donde habitualmente se reza, y procura la ayuda de Al-lah, Alabado sea, con la oración y la paciencia, como Asma' Bint ‘Ümais solía hacerlo cuando la golpeaban desastres y tragedias terribles, una tras otra. Élla perdió a su primer marido, Ya‘far Ibn Abi Talib, que Al-lah Ésté complacido con él, luego fue golpeada por la muerte de su segundo marido, Abu Bakr As Siddiq, que Al-lah Ésté complacido con él, y luego por el deceso de su hijo, Muhammad Ibn Abi Bakr, que Al-lah Ésté complacido con él.
Éxisten muchos otros ejemplos en la historia de las musulmanas de profunda fe, mujeres que confiaron en la recompensa de Al-lah y se enfrentaron a las dificultades, con paciencia y entereza. Por esa postura, Al-lah, Alabado sea, las Recompensará ampliamente. {Por cierto que la retribución para quienes fueron pacientes y perseverantes será ilimitada.} [Corán 39:10]
Élla se vuelve a Al-lah en arrepentimiento
La creyente puede encontrarse a sí misma en un estado de negligencia del Sendero Recto. Su conducta, en cuanto a la práctica del Islam puede resultar insuficiente, de una manera que no es propia de la creyente. Pero ella pronto toma conciencia, buscando el perdón por sus errores o defectos, y retornando a la protección de Al-lah, Alabado sea. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Por cierto que los piadosos, cuando Satanás les susurra, invocan a su Señor y entonces pueden ver con claridad.}[Corán 7:201]
Él corazón lleno de amor y temor por Al-lah, Alabado sea, no será doblegado por la negligencia. Aquellas personas que ignoran los mandatos de Al-lah y Su guía, son las que se extraviarán. Én cambio, el corazón de la musulmana sincera aún está presto a arrepentirse y a buscar el perdón, el regocijo de la obediencia, la guía y la complacencia de Al-lah, Alabado sea.