A la espera del huésped más valioso

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Las bendiciones de Ramadán nos llegan, por lo que nos hacen sentirnos apasionados y ansiosos por llegar a sus días agradables que terminan tan rápidamente antes de que nuestros anhelos se apaguen. Para recibir este mes noble con la buena acogida que merece, debemos prepararnos espiritual, psicológica, y conductivamente, así como preparar nuestras casas también para este gran suceso anual.

La preparación espiritual:

1.      Sentir los favores y las bendiciones de Ramadán a través de la lectura profunda acerca de ello.    

2.      Aumentar nuestro conocimiento de Al Fiqh acerca de los veredictos del Islam sobre el ayuno, además de confirmar las informaciones relacionadas con ello para que nadie de nosotros caiga en cualquier error o cometa algo prohibido por la ignorancia de estos juicios, o la confusión.    

3.      Élegir unos asuntos de Tafsir, Fiqh, Hadiz, y la cultura islámica en general, para estudiarlos durante el mes de Ramadán. Así pues; se puede determinar estos asuntos, y escribir sobre cada asunto, las referencias que se consultarán al respecto. Se prefiere que este estudio sea colectivo en una reunión familiar.   
 
4.      Revisar los objetivos que se trazaron en el pasado mes de Ramadán, como: terminar la lectura del Noble Corán dos veces, dar una limosna voluntaria diaria, realizar las oraciones nocturnas voluntarias diariamente leyendo una sección del Noble Corán, revisar la situación de los pobres del barrio y poner un plan de nuevas metas para el futuro mes de Ramadán.   
5.      Él arrepentimiento sincero y la insistencia en suplicar a Al-lah, Énaltecido Sea, para que le Ayude a lograr este arrepentimiento y que lo Acepte.    
 

La preparación psíquica:

1.      Preparar al alma para recibir las bendiciones de Ramadán procurando sentir afecto por este noble mes, alegrarse por su llegada y rememorar los buenos sucesos y las memorias bonitas que acompañaron a este mes en el año pasado o los años anteriores.    

2.      Prepararse para el ayuno ayunando algunos días del mes de Sha‘ban, además de equilibrarse al comer y al beber para que el ayuno no sea pesado y difícil, sobre todo durante los primeros días del mes.    

3.      Mejorar el ambiente en la casa y esforzarse en poner orden entre los individuos de la familia para que todos reciban Ramadán con almas puras.    

4.      Sentir la recompensa de la limosna voluntaria, y ahorrar lo máximo posible para cumplir los derechos de los pobres.    

5.      Pasar revista de la situación de los vecinos y hablar con ellos sobre cómo prepararse para recibir el mes de Ramadán, e intercambiar ideas y sugerencias al respecto.    

6.      Colgar pósters y objetos alusivos de Ramadán como: los farolillos, los adornos y las suplicas relacionadas. Se pueden colgar sobre las paredes de la casa para infundir la atmósfera alegre de Ramadán.    

7.      Hablar sobre las bendiciones y los favores de Ramadán durante la reunión familiar antes de la llegada del noble mes para preparar a todos los miembros de la familia espiritualmente para recibir al huésped más valioso.    

8.      Que todos los miembros de la familia participen en preparar la casa para recibir Ramadán, ya sea ordenando y limpiando, o colgando los pósteres y los carteles de Ramadán.    

La preparación en la conducta:    

1.      Ser sincero con uno mismo acerca de los defectos y los errores que se cometieron durante el año pasado, además de tener una intención sincera para arrepentirse de ellos y mejorarse.
 
2.      Que cada uno de los miembros de la familia pregunte al resto de los individuos de la familia sobre las cosas que cometió y que les hicieron enfadarse después del pasado mes de Ramadán, y que intente cambiar y evitar lo que molesta a los otros para que Ramadán llegue en una atmósfera familiar y conductiva agradable. 

3.      Determinar cierto objetivo en la conducta propia para lograrlo durante Ramadán, como: librarse de la dilación, aprovechar bien del tiempo, guardar la lengua y librarse del cotorreo, bajar la voz, o cooperar con los miembros de la familia. 

La preparación de la casa:

1.      Poner un plan para arreglar y limpiar la casa antes de Ramadán:

-       Clasificar las cosas que son innecesarias y sacarlas para donarlas como limosna voluntaria, como por ejemplo: la ropa, los utensilios de cocina y los materiales escolares. Lo ideal es que cada persona clasifique sus propios objetos, y procure para sí la recompensa por esa limosna.

-       Realizar las labores principales de limpieza durante tres días sucesivos, como: lavar las alfombras y limpiar las cortinas y las paredes.-       Ordenar los objetos personales de cada individuo, y mantener este orden según la medida de lo posible para reducir los esfuerzos y el tiempo del trabajo de casa diario.

-       Limpiar el cuarto de baño y la cocina durante dos días, y poner papel térmico sobre la cocina para no lavarla excepto una vez semanalmente, además de reordenar la cocina, para poner los utensilios más usados al alcance de la mano. 

-       Añadir simples toques decorativos en la casa como flores sobre las cortinas, cambiar los manteles pequeños puestos sobre las mesas o la televisión y el video, o aquellos que están puestos en los sofás del cuarto de estar para dar a la casa un nuevo aire.

-       Hacer una lista con las tareas diarias para limpiar y ordenar la casa, y distribuir estas tareas a los miembros de la casa de una manera voluntaria y mediante el diálogo y la consulta. Además de determinar un premio para darlo al final de Ramadán a la persona que mejor cumplió y perfeccionó sus tareas.

-       Preparar el lugar de la reunión familiar que se celebra antes de romper el ayuno o en el tiempo que acuerden todos. Pues se prepara según un plan atractivo y decorativo que atraiga a los hijos a esta reunión. 

-       Comprar los artículos necesarios de Ramadán y ponerlos en sus lugares adecuados para evitar la confusión y el desorden. Ünos de estos artículos son: los dátiles, los regalos para felicitar a los vecinos por Ramadán, las tarjetas postales y libritos educativos.
       
-       Preparar los alimentos que se pueden preparar anticipadamente para reducir el tiempo de la preparación de las comidas.

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