Él cuidado de las hijas casadas

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Alabado Sea Al-lah, Señor del Üniverso. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
 
Él Imam Al Bujari, que Al-lah le Dé Su perdón, reportó que ‘Ali, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ella, fue a quejarse ante su padre, sallallahu ‘alayhi wa sallam, de la cantidad de trabajo que tenía que hacer en su casa, y el efecto que el moler (la harina) producía en sus manos. Por tanto, ella quería pedirle una sirvienta, pero él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no estaba en la casa, así que ella le informó a ‘A’ishah, que Al-lah Ésté complacido con ella, acerca de su necesidad, quien le informó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a su regreso. Más tarde, el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue a nuestra casa cuando estábamos a punto de dormir. Intentamos sentarnos pero él dijo: ‘Quédense en sus lugares’, y se sentó frente a Fátima y a mí…y dijo: ‘¿Quieren que les diga qué es mejor para ustedes que una criada? Cuando vayan a la cama, reciten: Al-lahu Akbar (Al-lah es Supremo) treinta y cuatro veces; y Subhana Al-lah (Glorificado Sea Al-lah) treinta y tres veces; y Al-hamduli-lah (todas las alabanzas sean para Al-lah) treinta y tres veces. Ésto será mejor para ustedes que lo que han pedido’”.
 
Én la narración de este incidente que se encuentra en el libro del Imam Muslim, que Al-lah le Dé Su perdón, ‘Ali, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Nunca dejé de pronunciar esto desde que lo escuché del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam”. Le preguntaron: “¿Ni siquiera durante la batalla de Sifin (un lugar entre Siria e Iraq)?” &Éacute;l, que Al-lah Ésté complacido con él, respondió: “Ni siquiera durante la batalla de Sifin”.
 
Podemos encontrar muchos reglamentos y lecciones de la historia antes mencionada, tales como:
 
·            La permisión de que una mujer se queje ante su padre luego de estar casada: Én una de las narraciones de esta historia, Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ella, le mostró a su padre los efectos que el moler la harina le causaba a sus manos, incluyendo los cortes que habían quedado en ellas. Él Imam At-Tabarabi, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Él propósito de mencionar esto en la narración era ilustrar ásperas se habían vuelto sus manos como resultad de sus tareas domésticas”.
 
·            Ün esposo afectuoso debe por lo menos sugerir una opinión beneficiosa a su esposa cuando la ve sufriendo y no puede ayudarla: Én algunas narraciones de este incidente, ‘Ali, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Le dije a Fátima: ‘Las labores domésticas y hacer la masa te han agotado mucho; talvez debas ir ante el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y pedirle una sirvienta”. Én otra narración, él, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Al-lah ha bendecido a tu padre con algunos esclavos del botín de la guerra, así que ve ante él y pídele una sirvienta de ahí”.
 
·            Ün padre amoroso siempre debe darles a sus hijos la impresión de que él está disponible para escuchar sus quejas: Si Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ella, no hubiese tenido la certeza de que su padre, sallallahu ‘alayhi wa sallam, la escucharía y respondería a su petición, no hubiese ido a él.
 
Algunas personas ven a su hija casada como una gran carga de la que ellos se despojaron. Por eso ellos no quieren tener nada que ver con ella luego de su matrimonio, dejan que resuelva sola sus problemas, no las ayudan a reconciliarse con su esposo cuando tiene problemas maritales, ni la ayudan con sus hijos.
 
Algunas personas entregan a sus hijas en matrimonio a la primera persona que las pide, sin molestarse en averiguar si es o no un hombre islámicamente adecuado para ella. ¿Cuán dura puede ser una persona? ¿És que no sienten que están renunciando a un pedazo de su propia carne al renunciar a sus hijas? Diametralmente opuesto a esto están aquellos padres que honran, valoran y aprecian mucho a sus hijas, y se esfuerzan por investigar y asegurarse de que están dando a sus hijas en matrimonio a hombres virtuosos y confiables. Más aún, tales padres nunca se abstendrán de ayudar a sus hijas cuando ellas necesiten ayuda luego de haberse casado. Si ellos las casan con hombres de escasos recursos, continuamente los ayudan y les envían regalos a ellos y a sus hijos; y cuando su hija está enferma, cuidan completamente de ella y de sus hijos.
 
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no favoreció a su hija por sobre los musulmanes pobres y los huérfanos que resultaron de la batalla de Bader. &Éacute;l, sallallahu ‘alayhi wa sallam, por lo tanto se negó, y le dijo por qué lo hizo, como se menciona en algunas narraciones de este incidente, donde él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Juro por Al-lah, que no te daré dos (de lo que estás pidiendo) y (así) abandonar a la gente pobre de As-Sufah quienes no encuentran comida para satisfacer su hambre. Más bien, venderé estos esclavos y gastaré el dinero obtenido en esos musulmanes pobres”. Sin embargo, él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dio a su hija una alternativa que sería mucho mejor para ella que una sirvienta: la súplica que de debe decir antes de dormir. &Éacute;l, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no hizo que ella retornara insatisfecha y le enseñó una alternativa que fortalecería su cuerpo y la beneficiaría tanto en esta vida como en la otra.
 
‘Ali y Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ambos, realmente estaban viviendo una vida dura y de estrechez. Üna de las narraciones de la historia menciona que cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue a su casa, los encontró en la cama cubiertos con una pieza de tela que no era suficiente para cubrirlos; cuando la jalaban para cubrir sus cabezas, sus pies quedaban expuestos, y cuando cubrían sus pies, sus cabezas de destapaban.
 
Éxisten algunas mujeres que siguen estos grandes ejemplos y perseveran en medio de las dificultades que puedan sufrir sus esposos. Teles mujeres nunca les piden a sus esposos que les den lo que otras mujeres tienen y actúan sabiamente. Ésto es porque ellas pretenden obtener la gran recompense de obedecer a sus esposo. Por otro lado, existen muchas malas mujeres quienes no perseveran en medio de las adversidades, e incluso piden el divorcio debido a esto.
 
‘Ali y Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ambos, tenían mucho interés por aprender lo que los beneficiara, y por eso es que cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, les ofreció enseñarles algo más beneficioso para ellos que una sirvienta, ellos olvidaron inmediatamente la idea de la sirvienta y estaban ansiosos por saber qué era eso tan beneficioso.
 
A pesar de la austeridad en la que se encontraba su hija, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, la aconsejó y le recomendó que perseverara. Algunas mujeres se olvidan de la gran recompensa que ganarán por servir a sus esposos con sus propias manos. Por otro lado, si el esposo es económicamente capaz y no teme a la tentación que podría significar una sirvienta, entonces debe tratar de darle comodidad a su esposa y proveerle esta ayuda.
 
·            Recordar y adherirse al consejo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, incluso durante los tiempos difíciles: ‘Ali, que Al-lah Ésté complacido con él, no dejaba de pronunciar esas palabras antes de dormir, incluso durante sus más difíciles momentos: durante la batalla de Sifin.
 
·            Tener sabiduría al balancear las prioridades: Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dio a su hija lo que era más beneficioso para ella, y favoreció a la gente pobre de As-Sufah, que eran personas que preferían escuchar al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, deseaban el conocimiento más que satisfacer su hambre. La narración también indica que los compañeros vivían estilos de vida muy ascéticos, la sabiduría detrás de eso los protegía de apegarse demasiado a esta vida.
 
·            Éstá permitido que una persona haga que su familia viva de acuerdo al estándar al que está acostumbrado, siempre y cuando ellos puedan tolerarlo. Él mismo Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, vivía una vida de ascetismo, y por eso aconsejó a su hija a hacer lo mismo.
 
·            No debe entenderse que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, entró donde estaba su yerno y su hija mientras que ellos no estaban vestidos decentemente, porque algunas narraciones de este incidente indican que él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no entró a la casa hasta no tener el permiso para hacerlo.
 
·            La narración claramente señala las virtudes de ambos, ‘Ali y Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ellos.
 
·            Debemos expresar nuestro interés hacia el sufrimiento de nuestras nueras y yernos.
 

Quien continuamente pronuncia las palabras mencionadas por el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, antes de dormir, estará protegido del cansancio excesivo y será fortalecido para hacer más de lo que una sirvienta pueda ayudarle a realizar; de hecho, esto puede hacer que las cosas se faciliten más que con la ayuda de una empleada. Incluso si llegásemos a la conclusión que el beneficio mencionado en la narración por mencionar a Al-lah es exclusivamente para la otra vida, y que una sirvienta es un beneficio mundanal, seguiríamos sin poder negar que un beneficio relacionado con le otra vida es muy superior a otro relacionado con esta vida.

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