Él cariño del Mensajero como padre

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 Él sentimiento de paternidad es algo innato en los padres para con los hijos, pero son pocos los padres que han llegado a su perfección. Nuestro Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pudo llegar a la perfección tanto en ello como en todas sus cualidades.

Üno de los aspectos más destacados que expresan este sentimiento es el tener misericordia y compasión con los niños. Éste aspecto aparece claramente en la vida del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pues tenía misericordia y compasión tanto con los hijos de los musulmanes en general, como con sus propios hijos.

Ésto indica  la fuerza y pureza de la paternidad del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pues quizá el hombre tenga misericordia y compasión con sus hijos en especial, y así, ellos consuman toda la energía de su cariño, compasión y piedad, y no quede nada para los demás; mientras que  la paternidad del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, era perfecta y completa, pues rodeó de piedad, cariño y compasión a todos los hijos de los musulmanes, que estaban contentos de esa paternidad y se beneficiaban de ella.
 
Éra una paternidad generosa, dadivosa, pía y cariñosa, y enseña a los padres cómo se expresa la piedad, la misericordia y el cariño, más bien, les enseña cómo se expresa la paternidad.
 
 Las imágenes de esa paternidad completa y perfecta, que se registraron en los Hadices auténticos, quedarán como líneas de luz que guían a la humanidad hacia la Sunnah de la mejor criatura, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
 
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recibía con mucha alegría el nacimiento de los infantes de los musulmanes, y suplicaba a Al-lah que les Diera bendición, y sentía alegría cuando venían a él llevando los recién nacidos para que les hiciera Tahnik  y les diera sus nombres. Además, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, aclaraba a los musulmanes la manera de recibir a sus niños, les incitaba a estar alegres y contentos de su nacimiento, les llamaba a hacer Al ‘Aqiqah por el recién nacido en el séptimo día de su nacimiento, y asistía a Al ‘Aqiqah para llamar la atención a la importancia de hacerla y al valor de esta ocasión de festejo.
 
Asma’ bint Abi Bakr, que Al-lah Ésté complacido con ella, narró que ella estaba embarazada de ‘Abd Al-lah ibn Az-Zubair, que Al-lah Ésté complacido con él, en la Meca, diciendo "Salí a Medina mientras estaba en los últimos días de mi embarazo, residí en Qiba’ y  me sobrevino el parto allí mismo. Después de dar a luz, vine al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y puse a mi niño en su regazo. &Éacute;l, sallallahu ‘alayhi wa sallam,  pidió un dátil, lo masticó y lo introdujo en la boca del niño, así que lo primero que entró en su estómago fue la saliva del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Luego, masajeó su boca con un dátil, suplicó a Al-lah por él y le bendijo. Fue el primer bebé que nació después de la llegada del Islam." Narrado por Al Bujari y Muslim, que Al-lah les Dé Su perdón.
 
Son innumerables los Hadices que indican que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, hizo lo mismo con otros niños, además de ‘Abd Al-lah ibn Az-Zubair. Los Compañeros, que Al-lah Ésté complacido con ellos, supieron que al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le gustaba y le alegraba hacer esto con los recién nacidos, por eso, le prestaban mucha atención. Además, encontraron que esto era beneficioso y bendecía a sus hijos. Lo que confirma eso  es lo que fue narrado bajo la autoridad de Anas, que Al-lah Ésté complacido con él, quien dijo: "Üm Sulaim, la esposa de Abu Talhah y la madre de Anas, dio a luz a un niño, entonces, Abu Talhah le dijo: "No le haga comer nada, hasta que lo lleves al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam". Luego, Üm Sulaym envió dátiles con el niño. Él Profeta, sallallahu ‘layhi wa sallam, le tomó y preguntó: "¿Acaso tiene algo para comer?" Dijeron: "Sí, tiene dátiles". Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, los tomó y masticó, y luego, los puso en la boca del niño, y le llamó ‘Abd Al-lah" Narrado por Al Bujari y Muslim, que Al-lah les Dé Su perdón.  
 
Abu Musa, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: "Tuve un recién nacido. Cuando lo llevé al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le llamó Ibrahim, le hizo Tahnik con un dátil, lo bendijo, y luego, me lo dio. Ibrahim fue el mayor hijo de Abu Musa Al Ash‘ari." Narrado por Al Bujari y Muslim, que Al-lah les Dé Su perdón.  
 
Éste acto era bien conocido por los musulmanes, pues fue narrado que ‘A’ishah, que Al-lah Ésté complacido con ella, dijo: "Él Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recibía los recién nacidos para bendecirlos  y hacerles Tahnik." Narrado por Muslim, que Al-lah le Dé Su perdón.
 
Üno de los aspectos de la paternidad cariñosa del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue tratar  con los niños delicadamente  y bromear con ellos. Pues la misericordia que tenía el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, con los infantes de los musulmanes no se limitaba a hacerles Tahnik, bendecirlos, y darles nombres, sino que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, bromeaba y trataba delicadamente con ellos, y les hacía sentir alegría. Fue narrado que la madre de Jalid bint Jalid ibn Sa‘id, que Al-lah Ésté complacido con ella, quien dijo: "Fui al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, con mi padre, llevando una ropa amarilla. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "¡Qué buena ropa!" Luego, yo empecé a jugar con el sello de la Profecía, pero mi padre me prohibió eso enfáticaemnte. Éntonces, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: "déjala". Y suplicó a Al-lah que me Diera una vida larga." Narrado por Al Bujari, que Al-lah le Dé Su perdón. ‘Abd Al-lah ibn Al Mubarak, que Al-lah le Dé Su perdón, que narró este Hadiz, dijo: “Élla vivió  una vida muy larga, de tal modo que la gente hablaba de su longevidad.”
 
Én cuanto a su paternidad hacia sus propios hijos y nietos, sin duda, era más fuerte y más perfecta, pues es algo innato que el hombre ame más a sus propios hijos y familiares que a los de los demás, cualquiera que sea la inmensidad de su amor y sentimiento. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no hacía  distinciones de trato entre sus hijos e hijas, pues daba a sus hijas sus derechos del amor y del respeto. &Éacute;ste era su método en una época en que la sociedad dura de la Yahiliah necesitaba de quien le enseñara esta lección práctica. Én esa sociedad, había personas cuyos sentimientos se endurecieron, la fuente del cariño en sus corazones se secó, y su Fitrah se invirtió, de tal modo que enterraban a sus hijas vivas. Al-lah Dice (lo que se interpreta asi en español): {Y cuando a alguno de ellos se le anuncia el nacimiento de una hembra su rostro se ensombrece y tiene que contener la ira. Se esconde de la gente a causa del mal de lo que se le anunció pensando si se quedará con ello a pesar de la vergüenza o lo enterrará. ¿Acaso no es malo lo que juzgan?} [Corán 16:58-59]
 
Üna vez, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llevó a Ümamah bint Abi Al ‘As sobre su hombro durante la oración, poniéndola en el suelo al prosternarse, y llevándola al levantarse.
 
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mimaba a Zaynab, la hija de Üm Salamah, que Al-lah Ésté complacido con ella, cuando estaba en el regazo de su madre, diciéndole: “¡Oh Zunab!”
Concedió la protección a Abu Al ‘As cuando su hija Zaynab le pidió eso. Antes, cuando su hija Zaynab, que Al-lah Ésté complacido con ella, envió su collar para rescatar a su esposo, Abu Al ‘As, que fue cautivado en la batalla de Badr, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le devolvió su collar y liberó a su esposo.
 
No necesita aclaración, ni confirmación el amor del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, hacia Fatimah (Fátima), que Al-lah Ésté complacido con ella, su cuarta hija después de Zainab, Ümm Kulzum y Ruqaiiah, que Al-lah Ésté complacido con ellas.
 
Ésta paternidad nunca desapareció,  a pesar de la multitud de tareas y preocupaciones que tenía el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam; como realizar la Yihad, enviar tropas, enviados y mensajeros y enseñar y comunicar la religión.
Üna vez, cuando una delegación  vino al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, su jefe, Al Aqra‘ ibn Habis Al-Tamimi, vio al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, bromeando con Al Hasan, que Al-lah Ésté complacido con él, y besándolo. Éntonces, dijo sorprendido: "Tengo diez hijos, y nunca he besado a ninguno de ellos."
 
Son muchas las narraciones que confirman la paternidad cariñosa, la suavidad y la piedad del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, hacia los niños. Üna de ellas es la narración que mencionó Muslim, que Al-lah le Dé Su perdón, en su Sahih, pues narró que Anas, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: "Nunca vi a nadie que tuviese más piedad hacia los niños que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam; pues cuando su hijo Ibrahim era lactante y estaba en los suburbios de Medina, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, iba a ese lugar lejano, y nosotros estábamos con él, para que  besara a su hijo, y luego, volvía."
 
También, fue narrado que ‘A’ishah, que Al-lah Ésté complacido con ella, dijo: "Üsamah tropezó en el umbral de la puerta, y se hizo una herida en la cara. Dijo el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam: "Limpia su herida". Pero yo sentí repugnancia de ello, y entonces, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, chupó la sangre, escupiéndola lejos de la cara de Üsamah. Luego dijo: "Si Üsamah hubiera sido chica, la haría llevar joyas y buenas ropas, hasta que los hombres desearan casarse con ella" Narrado por Ibn Mayah, que Al-lah le Dé Su perdón. Al Hafidh Al ‘iraqi, que Al-lah le Dé Su perdón, lo consideró Sahih.
 
Además, hay muchas narraciones que indican lo siguiente:
 
1-      Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cargaba a Al Hasan y Al Husain, que Al-lah Ésté complacido con ellos, y una vez, descendió del almimbar a causa de uno de ellos.
2-      A veces, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, alargaba la prosternación porque Al Hasan estaba sobre su espalda.
3-       Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, visitaba mucho a Fatimah, que Al-lah Ésté complacido con ella, para gozar de ver a Al Hasan y Al Husain y cuidarlos.
4-      Cuando nació su hijo Ibrahim, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sintió alegría y mucho amor. Cuando Ibrahim murió, se puso triste por su muerte.

Así,  el Profeta, Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, el último Profeta, y el Mensajero de Al-lah a todo el mundo, tenía este gran sentimiento  paterno. ¡¿Acaso los musulmanes comprenderán esa grandeza, tomarán al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como modelo, y seguirán su camino comunicando el mensaje de Al-lah?! Pues si lo hacen, se difundirán la misericordia y el bien, y la gente será feliz.

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