Ün sub narrador agregó: “Ibn An-Nazur era el gobernador de Jerusalén y Heraclio era el líder de los cristianos de Sham, ambos eran eruditos cristianos que eran muy bien instruidos sobre su religión. Ibn An-Nazur narró que una vez, mientras Heraclio estaba visitando Jerusalén, se levantó una mañana deprimido y de mal humor. Üno de sus sacerdotes le preguntó por qué estaba de ese humor. Heraclio era adivino y astrólogo, y respondió: ‘Üna noche, cuando miraba las estrellas, vi que el líder de aquellos que practican la circuncisión había aparecido (es decir, se habían vuelto conquistadores). ¿Quiénes son esa gente que practican la circuncisión?’ Él sacerdote respondió: ‘Nadie excepto los judíos practican la circuncisión, por tanto, no debes tener temor de ellos. Solo es cuestión de ordenar matar a todo judío presente en el país’.
Las variaciones en algunas de estas narraciones sostienen que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dio a Heraclio tres opciones, las cuales este transmitió a sus sacerdotes y líderes del ejército: “Éste hombre es un Mensajero y ha enviado una carta dándoles tres opciones: seguir su religión, aceptar pagar impuestos a cambio de que les permita permanecer en su fe o que se prepararan para la guerra en su contra”. Su gente gritó airadamente: “Nunca lo seguiremos ni dejaremos la religión de nuestros antepasados ni le pagaremos ningún impuesto, sino que más bien pelearemos con él”. Luego de esto, Heraclio buscó a un hombre que supiera árabe, así le enviaron uno de los hombres de Ibn Al Jaizam. Heraclio lo envió con una respuesta al Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, invitó al mensajero de Heraclio al Islam, pero él se negó a abandonar la religión de su gente; luego de escuchar su negativa, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sonrió y recitó el verso (que se interpreta en español): {Por cierto que tú [¡Oh, Muhammad!] no puedes guiar a quien amas, sino que Al-lah Guía a quien &Éacute;l quiere…} [Corán 28:56] Éste mensajero de Heraclio fue ante el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mientras estaba en Tabuk, por tanto, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: “Éres nuestro invitado, pero has venido a nosotros mientras estamos afuera y no tenemos nada para ofrecerte” (esto era porque ellos estaban viajando y no tenían nada para darle). ‘Üzman, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Le regalaré un vestuario de dos piezas (de ropa)”. Y Otro hombre de los Ansar, que Al-lah Ésté complacido con ellos, ofreció darle algo de comida.