“Bienvenido a la mentalidad del nuevo mundo”. ¿Y qué significa eso? Bueno, significa que todo está bien. Tú estás bien: lo que sea que sientas o hagas está bien. És correcto; es normal.
Si sientes que quieres alejarte de tus padres porque ellos parecen no entenderte, eso está bien porque… ¿qué saben ellos de lo que tú quieres?
Si sientes que estás enamorado de alguien de tu mismo sexo, está bien, no tienes por qué avergonzarte de ello.
Si quieres tener sexo con tu novio para saber si realmente es el indicado, está bien; así lo entenderás mejor.
Si quieres sentarte en ese llamativo bar y echarte unos cuantos tragos, está bien, porque un poquito de alcohol no te va hacer nada, ¿verdad?
Así que aquí estamos hoy. Cuando todo de pronto es bueno y no hay nada de qué avergonzarse. És la época en que podemos enorgullecernos de hacer lo que queramos, lo que nuestros deseos nos pidan, y luego saber que, en algún lugar del mundo, habrá por lo menos una persona que te apoye. Tal vez no te siga, pero de seguro te apoyará. Así que todo se ha hecho muy fácil. Consigue lo que quieras, haz lo que te venga en gana, porque ese psicólogo o tutor te va a decir que está bien, entonces está bien.
¿Te sientes con ganas de sacar provecho de ese plan de ahorro con interés usurero del banco? ¿Te gustaría andar por ahí con una pañoleta que deje ver tu peinado sensual y exhibir tu apretada camiseta y tus pantalones a las caderas? ¿Te gustaría mirar películas que bordean la pornografía? ¿Fumar un paquete o dos de cigarros? ¿Bailar con alguna rubia? ¡Hey! Todo eso está bien: está bien sentirse así, desearlo. Pero, ¿realmente está bien?
Sabes muy bien, que eso no está bien. Nunca estuvo y nunca estará bien. És verdad que no somos ángeles quienes, a diferencia de nosotros, fueron creados sin deseos ni pasiones. Pero Al-lah, en Su infinita misericordia, nos concedió la capacidad de discernir entre el bien y el mal.
Podemos formarnos opiniones y elegir lo que queramos. Así que: si todo fuese aceptable no sería necesario que usemos nuestro criterio ni nuestro libre albedrío Éntonces, ¿por qué lo tenemos? És tan fácil errar, y eso es lo que inconscientemente tratamos de hacer.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Que por cierto creamos al hombre, y éste deberá soportar las adversidades [de esta vida y la otra].} [Corán 90:4]
No te engañes a ti mismo diciendo que está bien engañar en ese examen o fumarse sólo un poco de marihuana. Todos tenemos una cierta tendencia hacia el mal. No es correcto que la aceptemos y sigamos nuestra vida. Debemos entender eso. Porque si no lo entiendes andarás deambulando por la vida como un borracho al borde de la acera. Puede que se haya divertido, se haya emocionado; pero la resaca de la mañana lo va a dejar insatisfecho, enojado y detestándose así mismo. Ahí es donde él verá que no era bueno para él hacer lo que hizo la noche anterior y se va a lamentar por siempre. Sin embargo, si él no conoce nada mejor, en un par de noches lo verás nuevamente allí postrado junto a la acera.
Pero este no debes ser tú. Tú eres un musulmán y sabes que eso no es correcto. No está bien que tu mente vaya donde no debe estar o que tus hormonas se aceleren o que tu cuerpo cometa faltas. Asume la responsabilidad. Luego haz algo al respecto. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Pero, si se enmiendan, sepan que Yo soy Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 27:11]
Que no te tiente la idea de que no hay conflicto entre el bien y el mal, de que todo es sólo una zona confusa donde tú estás y todo da igual. Sólo porque las confusiones pueden cambiar, no significa que lo que Al-lah Declaró como lícito (Halal-bueno-OK) deje de serlo. Como tampoco significa que lo que Al-lah Prohibió (Haram) deje de ser ilícito.
Ahora, mientras no reconozcamos nuestra enfermedad, nunca podremos encontrar el remedio. Así que, olvídate de ese consejo de: “¡És un golpe a tu autoestima!”, que te da el sicoanalista. Mira en tu corazón. Levanta tus manos al cielo y llora si debes llorar. Admite que no está bien. Pide perdón a Al-lah. Decídete a cambiar de una vez, haz lo correcto.
Éntonces, recuerda que cuando alcances las puertas del Paraíso recién allí realmente estará todo bien.