Él Corán y el diálogo intergeneracional

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La Surah de Mariam

Ün capítulo entero del Corán está dedicado al tema del diálogo intergeneracional y la crianza de una progenie virtuosa: la Surah de Mariam. Él tema subyacente de todo el capítulo es que la mayor parte del trabajo que Al-lah Ha dado a la parte virtuosa de la humanidad es transmitir la guía a la siguiente generación.
 
La Surah comienza con Zacarías, un profeta israelí, avanzado en edad, pidiéndole a Al-lah que le otorgara un heredero que continuara con su trabajo de instruir a su gente en la fe. Su deseo le fue concedido y Al-lah le otorgó un hijo, Iahia (Juan el Bautista), quien es exaltado así: {¡Oh, Juan! Aférrate al Libro [la Torá] con firmeza. Y le Concedimos la sabiduría desde pequeño. Hicimos de él un joven clemente y puro, y fue piadoso, benevolente con sus padres, no fue soberbio ni desobediente.} [Corán 19:12-14] Las cualidades de los hijos buenos que aquí son mencionadas son las que se adquieren del Libro, ellos son compasivos y piadosos y son amorosos con sus padres; no son arrogantes, desobedientes ni rebeldes. Seguidamente, el verso continúa narrando la historia de Mariam (María) y de cómo ella concibió un hijo sin haber sido tocada por ningún hombre: ‘Isa (Jesús) hijo de Mariam, quien fue benevolente con su madre y no fue soberbio ni rebelde. [Corán 19:32]
 
Y luego de esto, continúa la historia de Ibrahim, la paz sea con él. Él verso comienza con un diálogo entre él y su padre: el escenario ahora cambia y la historia se trata de un hijo virtuoso y un padre incrédulo y de corazón duro. Éxiste una tremenda lección en esta historia de cómo un hijo virtuoso y creyente debe acercarse a sus padres desviados que insisten en la incredulidad: {Cuando dijo a su padre: ¡Oh, padre mío! ¿Por qué adoras a lo que no oye ni ve, ni puede beneficiarte en nada?} [Corán 19:42]
 
Las palabras que Ibrahim utiliza para dirigirse a su furioso e idólatra padre fue “ia abati” (Oh, mi querido padre). La historia lo muestra suplicando a su padre una y otra vez: “Oh, mi querido padre, ha venido a mí un conocimiento que no te ha alcanzado; por eso, por favor, sígueme…” “Oh, padre mío, no sirvas a Satanás, porque Satanás es un rebelde contra el Más Misericordioso (Al-lah)”. “Oh, mi querido padre, temo que un castigo del Más Misericordioso te aflija…”. La respuesta de su padre fue (lo que se interpreta en español): {¡Oh, Abraham! ¿Acaso rechazas a mis ídolos? Si no cesas te lapidaré. Aléjate de mí por un largo tiempo.} [Corán 19:46]
 
La forma en que Ibrahim se dirigió a su obstinado padre es notablemente respetuosa, y el contraste de la fría respuesta de su padre es extremo. Ésto nos enseña cómo la generación más vieja, incluso si está desviada y ciegamente adora costumbres y tradiciones en lugar de Al-lah, merece ser tratada con respeto; pero, al mismo tiempo, el joven no debe comprometer su devoción hacia Al-lah por complacer a nadie. La siguiente parte de la narrativa es excepcionalmente instructiva:
{Dijo [Abraham]: ¡La paz sea sobre ti! Pediré perdón por ti a mi Señor. Por cierto que &Éacute;l ha sido generoso conmigo. Me alejaré de vosotros y de cuanto invocáis en vez de Al-lah, e imploraré a mi Señor [que me consuele], y ciertamente no me decepcionaré rogando a mi Señor. Cuando se apartó de ellos y de cuanto adoraban en vez de Al-lah, le Agraciamos con Isaac y Jacob, y a ambos Designamos como Profetas.} [Corán 19:47-49]
 
La respuesta final de Ibrahim fue compasiva, pero firme y resuelta. Cabe resaltar que Al-lah Todopoderoso puso especial énfasis sobre el hecho de que Ibrahim fue agraciado con una progenie virtuosa de profetas solo después y debido a que él se apartó de su familia y su comunidad idólatras –a pesar de su compasión y preocupación por ellos–. Cuando él vio que ellos no estaban dispuestos a volverse a Al-lah, los abandonó, prometiéndose a sí mismo que se mantendría rezando por ellos.
 
La Surah continúa con una lista de profetas de la progenie de Ibrahim, la paz sea con él, y siguen versos que nuevamente se enfocan sobre el tema de la conexión intergeneracional:
 
{Éllos son a quienes Al-lah Ha agraciado: Profetas descendientes de Adán, descendientes de los que Transportamos con Noé, de los descendientes de Abraham y de Israel [Jacob], entre los que Guiamos y Élegimos. Cuando se les recitaban los preceptos del Clemente, se prosternaban llorando acongojados. Les sucedieron generaciones que descuidaron la oración, siguieron sus pasiones y terminaron perdiéndose. Salvo quienes se arrepintieron, creyeron y obraron rectamente. &Éacute;stos ingresarán al Paraíso, y no serán oprimidos en nada.} [Corán 19:58-60]
 
Éstos versos indican que, mientras que para Al-lah todo lo que importa es la piedad y el mérito de la persona y no así el linaje, y la guía final es solamente de &Éacute;l, la progenie de padres virtuosos tiende a ser virtuosa si ellos tienen éxito en transmitir su legado apropiadamente a sus hijos. Pero este favor de Al-lah sobre una familia es estrictamente basado en los méritos.
 
Repetidas veces los hijos de los virtuosos han malinterpretado el favor de Al-lah sobre su familia atribuyéndolo a su linaje debido a alguna promesa especial que Al-lah les Hizo, como si Al-lah Amara sus genes y no sus corazones. Ésto es exactamente lo que ocurrió con una parte de la progenie de Ibrahim, la tribu de Israel, quienes pensaron que una raza en particular, su raza, era especial y estaba por encima del resto de la humanidad. La censura de Al-lah por ese pensamiento, tanto en el Corán como en las escrituras anteriores parcialmente preservadas en la Biblia hoy en día, es contundente. Ésta clase de pensamiento primitivo y el limitar el favor de Al-lah a una u otra parte de la humanidad, es la más grande ofensa contra Al-lah. Así que cuando los hijos de estos profetas se extraviaron al abandonar la oración y seguir sus pasiones en lugar de Al-lah, enfrentaron la desgracia en esta vida y en la otra.
 
Si esta advertencia se cumplió en los hijos de los grandes profetas, ¿cómo podemos estar seguros y confiados sobre nuestros hijos?

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