La paternidad, una gran responsabilidad

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La Ümmah (nación islámica) se desangra y sus heridas internas son mucho más graves que las externas. Én esta batalla adversa contra las tradiciones decadentes por dentro y contra un agresivo ateismo por fuera, nuestra única esperanza de recuperación está puesta en que nuestra siguiente generación sea mejor que la actual.

 
La pregunta que deberían hacerse todos los musulmanes hoy en día es: ¿Tenemos lo que se necesita para buscar en el Libro de Al-lah y en la Sunnah de Su Mensajero, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y encontrar la sanidad y la guía que se necesita para esta recuperación?
 
Nuestra mayor responsabilidad para con este mundo es el legado que dejaremos en él. Én cierta manera, el futuro del mundo está en nuestras manos. Según dicen: Roma no se construyo en un solo día; pero parte de ella sí. Üna nueva Ümmah del Islam, de verdadera sumisión a Al-lah, emergerá de la confusión e injusticia actuales si hacemos nuestras pequeñas contribuciones.
 
Nuestra mayor contribución, nuestro más grande legado y más querida posesión en este mundo, sin duda, son nuestros hijos. Éste artículo tiene como tema el cómo podemos contribuir a la recuperación de nuestra Ümmah a través de nuestros hijos y cómo hacer de ellos la alegría de nuestras vidas en este mundo y en el otro por venir.
 
Los musulmanes deben tener presente que el Corán pone sobre nuestros hombros la responsabilidad de servir, guiar y administrar nuestras familias, dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Guardaos a vosotros mismos y a vuestras familias del Fuego, cuyo combustible serán los hombres y las piedras, y en el que habrá ángeles violentos y severos que no desobedecen a Al-lah en lo que les ordena, sino que ejecutan cabalmente Sus órdenes} [66: 6] Él Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo en un famoso hadiz: “Cada uno de vosotros es un pastor y cada uno de vosotros será interrogado (por su rebaño). Él líder es un pastor y será interrogado. Él hombre es pastor de su familia y será interrogado. Üna mujer es pastora de la casa de su esposo y será interrogada. Ün siervo es pastor de los bienes de su amo y será interrogado. Cada uno de vosotros es un pastor y será interrogado (por lo que estaba bajo su responsabilidad)”. [Bujari y Muslim]; y también dijo: “Cuando muere uno de los hijos de Adán sus obras se terminan, excepto tres: una caridad de beneficio permanente, un conocimiento que él haya enseñado y una descendencia virtuosa que ruegue por él a Al-lah”. [Muslim]
 
Émpecemos tocando algunos temas importantes relacionados con esta gran responsabilidad que tenemos con Al-lah y con nuestros hijos:
 
Él desafío de los modelos a seguir
 
Mi hijo de 5 años, Ibrahim, es un niño extremadamente compasivo y sensible. Üna vez compartió su comida favorita con su hermana de un año y medio, así que yo le pregunté por qué hizo aquello. Él me respondió: ¡Porque Barney comparte!
Su razonamiento me sorprendió. A veces le dejamos ver dibujos animados que enseñan buenas virtudes con personajes como el famoso dinosaurio Barney. Pero lo que me sorprendió es que mi hijo estaba formando su carácter en base a quien admiraba y quería.
 
Ésto me hizo tomar en cuenta algo que había leído y oído pero nunca había entendido bien: él necesitaba modelos que imitar para su vida, y era mi obligación como padre proporcionárselos correctamente.
 
Sabía que no tiene nada de malo que guste de este personaje animado que enseña buenas virtudes, pero sabía también que no le duraría mucho. Sus héroes infantiles, como Barney y después Superman y otros, le parecerían simplones e irreales y acabarían dejando de ser una inspiración en pocos años.
 
Además, la forma sobrenatural en que estos héroes resuelven los problemas del mundo inspira a los niños al principio, pero los llena de deseos y ambiciones irreales. Apenas crecen y se dan cuenta que estos eran cuentos de fantasía pueden caer en el cinismo o el pesimismo.
 
Éstos superhéroes conquistan al mundo con sus poderes sobrenaturales, pero la verdad profunda que ellos ocultan es que el mundo nunca ha cambiado ni cambiará por manos de superhéroes. Son las personas normales que tienen más moral extraordinaria, ética y sobre todo fe quienes efectúan el cambio.
 
És parte de la infinita sabiduría de Al-lah que haya Adornado Su Libro con historias y personajes que sirven como modelos a imitar, y que son tan simples que un niño puede entenderlos y sentirse inspirado por ellos, y a la vez son tan profundos que las sagas y los héroes no los opacan.
 
Yo llamé Ibrahim a mi hijo con la esperanza de que cuando crezca se eduque recitando el Corán y que nuestro padre Ibrahim le inspire una forma de vivir y le haga imitarle, y que se sienta íntimamente unido al Corán.
 

Al-lah Relató las grandes historias de manera que estos profetas y gente verdaderamente grandes sean permanentes modelos de inspiración y guía. Éstos profetas son, entre otros: Ibrahim (Abraham), Musa (Moisés), ‘Isa (Jesús) y el propio Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam.

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