Alabado sea Al-lah, Quien Énnobleció al ser humano, lo Colocó en una posición privilegiada sobre todas las demás criaturas y creaciones, y Bendijo con una legislación única, que le asegura el éxito y felicidad en esta y la Otra Vida, siempre y cuando cumpla con sus disposiciones.
Al-lah, Altísimo sea, nos Favoreció al Éstablecer dos tipos de vestimenta, el uno interno y el otro externo, para engalanarnos. Con el primero adornamos nuestro corazón y el segundo cubre nuestra desnudez, la Taqwah (piedad, temor a Al-lah) embellece nuestro corazón, y miles de materiales y texturas embellecen nuestros cuerpos. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¡Oh, hijos de Adán! Os Hemos Provisto con vestimentas para que os cubráis y os engalanéis con ellas. Y [sabed que] es mejor engalanar vuestros corazones con la piedad. Ésto es un signo de Al-lah para que recapaciten.} [Corán 7:26]
La piedad y el temor a Al-lah genera en nuestro ser el rechazo por la indecencia provocada por el descubrimiento parcial o total de las partes del cuerpo que deben ser cubiertas. Üna persona que no tiene Taqwah, no le importa exhibirse ante los demás y no tiene pudor, recato ni decoro. Al-lah Previno al hombre de seguir las insinuaciones de Shaitan (Satanás) y seguir sus pasos y los de sus seguidores, quienes buscan borrar cualquier vestigio de vergüenza en la persona y el comportamiento, disfrazando la desnudez y la inmoralidad con términos como: elegancia, buen gusto, distinción, modernidad y, el que reúne todos los significados anteriores, moda. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¡Oh, hijos de Adán! Que Satanás no os seduzca como lo hizo con vuestros padres [Adán y Éva] haciendo que saliesen del Paraíso y fuesen despojados de las prendas que les cubrían. &Éacute;l [Satanás] y sus secuaces os acechan desde donde vosotros no los veis. Por cierto que Hicimos que los demonios fueran los aliados de los incrédulos.}[Corán 7:27]
Cualquier persona que eche un vistazo a lo que está pasando en la actualidad, se dará cuenta de que mucha gente se ha dejado engañar por estas palabras cuyos significados son muy bonitos, pero que son más peligrosas que flechas envenenadas. La elegancia y el buen gusto se han utilizado para hacer que el Haram (pecado, vedado, prohibido) se haga Halal (permitido), se desperdicie el tiempo y se malgaste el dinero. Él grupo de personas que más afectadas se han visto por este tipo de ideas son las mujeres, no solo porque son las que más gastan y están al pendiente del último grito de la moda, sino porque los modelos de vestidos que se lanzan solo tienen un propósito: desvestirla, hacerla más atractiva a los ojos de los hombres, y convertirlas en maniquís, que se puede usar para lo que sea…
La moda que tanto aprecian y defienden muchas ha hecho que muchas de nuestras mujeres e hijas usen vestidos que exhiben sus espaldas, pechos, vientres y demás partes de su cuerpo. Lamentablemente, vemos cómo se ha hecho común que muchas hermanas usen vestidos cortos, ceñidos al cuerpo y hasta transparentes. Aunque no estén completamente desnudas, la tentación que generan es mayor a la que pudieran producir si lo estuvieran (no queremos que estas palabras se mal interpreten y se usen para afirmar que estamos tratando a la mujer como la causante de la tentación de los hombres y que ellos son unas pobres victimas, pues ellos, los hombres, son los responsables de dejar que sus hijas, esposas, hermanas, y/o madres, estén hundidas en esta perdición, y así no sean las que están bajo su responsabilidad quienes usen este tipo de vestimenta, el hombre debe andar con su mirada abajo, y no debe frecuentar los lugares donde el mal esté a pedir de boca. Además, el hombre, aunque no debe cubrir todo su cuerpo como la mujer, tampoco puede exhibirse ni usar ropas ceñidas al cuerpo para llamar la atención de las mujeres). Éste tipo de ropa es Haram, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Dos clases de personas serán arrojadas al fuego y yo no las veré: aquellos que fustigan a la gente con látigos, y mujeres que vestían pero seguían estando desnudas y que se movían con sensualidad. Éstas no entrarán al Paraíso ni podrán sentir su aroma”. [Muslim]
Otra de las agravantes de la moda es el hecho de que mucha de la ropa que se diseña no respeta las características y particularidades de la masculinidad ni de la feminidad propia de cada sexo; es decir, que se pretende hacer parecer a las mujeres como hombres y viceversa. Los peinados, cortes de cabello, tratamientos, e incluso productos exclusivos para uno de los sexos en particular, no respetan los lineamientos de personalidad propios de los hombres o las mujeres. (La cantidad de hombres que hoy en día frecuentan los salones y centros de belleza para hacerse tratamientos que les corresponden únicamente a las mujeres, es impresionante; se maquillan, se depilan las piernas, pecho y espalda, en fin…). Ibn ‘Abbas, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Él Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, maldijo a los hombres que buscan asemejarse a las mujeres, y a las mujeres que se quieren parecer a los hombres” [Bujari], y Abu Hurairah, que Al-lah Ésté complacido, dijo también: “Él Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, maldijo al hombre que usa ropas de mujer, y a la mujer que usa la de los hombres”. [Abu Dawud]
Los modelos que una persona sigue y se impone a sí misma la pueden llevar a actuar de una manera contraria a sus creencias y valores, generándole grandes problemas de personalidad y un sinnúmero de complejos. Él usar ropa que no cumple con el código de vestimenta del Islam, lleva al musulmán a asemejarse a los no musulmanes o a personas, que aún siendo de origen musulmán, se comportan de una manera reprobable; dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Quien imita a un pueblo (sus costumbres) es de ellos”. [Ahmad y Abu Dawud] Él problema no se limita a que estas personas se parecen o imitan exteriormente a gente de dudosa moral o incrédulas, lo más dañino es que la personalidad misma adquiere matices del comportamiento de los modelos que imitan. Además, muchos han llegado hasta el grado de la ridiculez, vemos unos trajes, vestidos, peinados y cortes de cabello, que más que mostrar lo que se debe cubrir, o seguir cualquier parámetro de estética, son horribles, sin gusto y extravagantes. Algunos musulmanes y musulmanas que se han sumido a sí mismos en estas olas de “modernidad” argumentan que el hecho de que ellos vistan como lo hace gente que sigue otra creencia o cuya moral es dudosa, no quiere decir que sean iguales que ellos, pues lo importante es lo que está en el corazón; pero se olvidan que la fe no es solamente algo interno; sino que para que esta sea veraz y compruebe efectivamente que existe, hay que exteriorizarla por medio de lo que se dice y hace, es decir, apegándose a las normas de comportamiento general del Islam, ni más ni menos.
Otras personas no solamente imitan costumbres ajenas a las suyas, sino que buscan con ello llamar la atención. Hay gente que le gusta ser el centro de interés donde quiera que esté, ser famosa, que todas las miradas se concentren y dirijan hacia ella, por eso busca vestir de una forma “única y exclusiva”, que muestre la posición social y económica a la que pertenece; pero lo único que demuestra una persona con esta conducta es que tiene grandes problemas psicológicos, de autoestima y afectivos; además, se expone al castigo mencionado por el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, en el relato transmitido por ‘Abdul-lah ibn Omar, que Al-lah Ésté complacido con él y su padre, en el que encontramos: “Quien use un vestido para ser el centro de atención de la gente en esta vida, Al-lah le Hará vestir un traje de humillación el Día de la Resurrección, el cual Hará que arda en fuego”. [Abu Dawud e Ibn Mayah]