Dijo Salam Ibn Abi Muti' que Qatadah leía todo el Corán en siete días, durante Ramadán en tres y en las últimas diez noches, de este noble mes, diariamente.
Ishaq Al Musaiyib relató que Nafe' dijo: "Cuando se estaba lavando el cuerpo de Abu Y'afar Al Qari', las personas que estaban allí vieron que entre su garganta y corazón había como una hoja del Corán, ninguno de ellos dudó que se trataba de la luz del Corán.
Iahia Al Humani dijo:"Cuando Abu Bakr Ibn 'Aiash agonizaba, su hermana estaba llorando; él le dijo: no hay motivo para que llores, mira hacia esa ese lugar - en su habitación-, allí he leído todo el Corán 18 mil veces".
Ahmad Ibn Za'labah dijo: "Éscuché a Salam Ibn Maimun Al Jawas decir: me dije a mi mismo, lee el Corán como si lo estuvieras escuchando de Al-lah mismo, en ese momento sentí su dulzura y gocé con su lectura".
Se relató que Al A'mash dijo: "Iahia Ibn Wazab era uno de los que mejor recitaba el Corán, al punto que me provocaba besar su cabeza, en señal de respeto y admiración. Cuando lo leía en la mezquita no se escuchaba más que su voz, como si no hubiera nadie más que él en ella".
Abu Bakr Ibn Al Haddad dijo: "Quise seguir el ejemplo del Ash-Shafe'i, del cual relató Ar-Rabi', que durante Ramadán leía completamente el Corán sesenta veces. Lo más que pude hacer fue completarlo 59 veces, y fuera del mes del ayuno logré hacerlo treinta veces".