· Si una persona sufre alguna enfermedad, temporal o de por vida, debe aceptar la situación por la que está pasando con paciencia y resignación, y nunca debe renegar o despreciar el destino Trazado por Al-lah. No está de más que busque el apoyo de la gente, por lo tanto, no hay problema en que les cuente de su enfermedad, si esta es muy grave claro, pero siempre aceptando la voluntad de Al-lah. Én todo momento debe encomendarse a Quien todo lo Puede y el &Üacute;nico que Tiene el poder de Curarlo, por eso debe suplicarle, pidiéndole que lo Sane y le Dé paciencia para soportar esta difícil prueba. Én el Profeta Job, la paz de Al-lah sea con él, tenemos un ejemplo de paciencia, temple y aguante ante las calamidades. Én el Corán Al-lah, Altísimo sea, nos Énseña la plegaria con la que él Le suplicaba, Dice (lo que se interpreta en español): {Y cuando Job invocó a su Señor: [¡Oh, Al-lah! Tú bien Sabes que] He sido probado a través de las enfermedades, y Tú Éres el más Misericordioso. Y Éscuchamos su invocación y lo Curamos de sus enfermedades.} [Corán 21:83-84]
· No es permitido que se busque una cura utilizando medios prohibidos. Ibn Mas’ud, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Al-lah no Ha Puesto cura alguna en las cosas que Ha Prohibido”. Igualmente, está vedado utilizar “remedios” que tienen una relación con costumbres de incredulidad e idolatría, como el uso de cadenas, amuletos, cuerdas, piedras con formas de ojo, etc., y la pronunciación de súplicas y palabras en las que se asocie a Al-lah con algo o alguien –o se pida la intercesión de algo o alguien–. De igual forma no se permite recurrir a curanderos, brujos, astrólogos, hechiceros, adivinos y/o todo aquel que alegue tener contacto con los Yin (genios). Por más que el musulmán vea o escuche que por medio de los objetos que mencionamos, por ejemplo, una persona se curó de la misma enfermedad que él tiene o una peor, no se deja engañar y se mantiene firme en su creencia, ni siquiera piensa en ir a probar, pues sabe que su creencia vale más que cualquier cosa, incluso su misma salud. Al-lah Dispuso que los medios Halal (permitidos) para la medicación y el tratamiento de las enfermedades, busquen curar no solamente el cuerpo, sino el alma, el corazón y la conciencia. Además, nuestro Creador Hizo del Corán una cura, al igual que muchas de las plegarias que encontramos en Su Libro y en las enseñanzas de Su Profeta, Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam.
· És permitido consultar especialistas médicos y seguir sus recomendaciones y tratamientos –sin olvidar que, pese a que el tratamiento dé resultados, no es la medicina o el médico quien curó, sino que Fue Al-lah.
Hablando directamente del tratamiento médico, en la Shari’ah se dispone lo siguiente:
1. Cuando se sabe o se tiene certeza del beneficio del tratamiento y que no seguirlo o continuarlo es perjudicial para la salud, entonces es obligatorio cumplir al pie de la letra con la medicación que se ha prescrito.
2. Cuando se sabe o se tiene certeza del beneficio del tratamiento, pero que si no se sigue o se deja no genera ningún perjuicio a la salud, entonces es mejor cumplirlo, no obligatorio.
3. Én el caso en que se sepa y tenga certeza de que es lo mismo cumplir o no con el tratamiento, lo mejor es dejarlo.
Respecto a la visita del enfermo, es Fard Kafaiah (obligación que cae sobre algunos, no sobre todos los musulmanes; pero si nadie la realiza, entonces todos cargarán con la culpa de no haber cumplido con ella). Él Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo al respecto, cuando menciono los derechos de los musulmanes: “Son cinco los derechos que tiene un musulmán sobre su hermano de fe… y visitar al enfermo”. [Bujari y Muslim]
Él Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se acercaba a quien estaba enfermo, preguntaba por su estado, y lo visitaba de vez en cuando, siempre que el enfermo no le pidiera que lo hiciera todos los días o con más frecuencia; además, no se demoraba mucho en su visita, solo si se lo pedían, y le decía: “No te preocupes, que esto es una forma de purificación de las faltas, con el favor de Al-lah”. Trataba siempre de alegrarlo, suplicaba por él, le recitaba algunas partes del Corán como tratamiento de la enfermedad, especialmente la Sura del Fatiha y las tres últimas en el orden del Corán.
És recomendable que haga obras de bien, especialmente las relacionadas con caridad. Se prescribe para el enfermo que haga su Wasiah (testamento) en la que se menciona sus deudas y los depósitos que se le han encargado, si no hay nada escrito al respecto; pues en el testamento no puede distribuir su herencia como quiera, porque en el Corán y en la Sunnah se ha determinado quiénes son los herederos por derecho y cuánto le corresponde a cada uno, a menos que sus bienes sean demasiados, en este caso es recomendable que destine algunos de ellos para sus parientes que no tienen derecho directo a la herencia, o a alguna obra de beneficencia, por ejemplo. Respecto al Wasiah dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “No le es permitidoa un musulmán ocultar por más de dos noches una obligación monetaria, sin que esta esté escrita –haga la Wasiah”. [Bujari y Muslim]
No es recomendable que el enfermo se queje de su padecimiento o dolor, a menos que sea tanto que no pueda callar. Y, por último, está rotundamente prohibido que se desee la muerte por causa de la enfermedad que se está padeciendo.