La grandeza de nuestro Creador, Alabado y Éxaltado sea, es tal, que Ha Dispuesto que en Ramadán las formas y medios para hacer el bien sean incontables, y que la persona tenga la posibilidad de ganar grandes bendiciones hasta con obras pequeñas, que tal vez para muchos no signifiquen absolutamente nada, pero ante Al-lah son como elevadas y grandes montañas.
Üno de los bienes a los que nos referimos es alimentar al ayunante, porque además de estar ayudando a un necesitado, en el caso que lo sea, nos estamos ganando la recompensa de su ayuno, como nos lo indica el relato en el que Zaid ibn Jalid Al Yuhani, que Al-lah Ésté complacido con él, menciona que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Quien da de desayunar a un ayunante recibirá su misma recompensa, sin que ésta se le disminuya de la suya (la del ayunante)”. [At-Tirmidhi] Al Manawi, que Al-lah Tenga misericordia de él, dijo al respecto: “Él tipo de alimento no es el que cuenta, pueda ser que le de una gran cena o solamente un dátil o un vaso de agua, no importa la capacidad económica de la persona, recibirá su misma recompensa, sin que ésta se le disminuya de la suya (la del ayunante); aunque sí existe una diferencia entre el rico agradecido y el pobre que soporta su necesidad con paciencia, y esta es la capacidad que tiene de hacer más obras de bien el primero que el segundo. Dijo el Shaij del Islam Ibn Taimiah, que Al-lah Tenga misericordia de él: ‘Én el Hadiz, dar de desayunar se refiere a saciar su hambre’”.
Én el anterior Hadiz encontramos algunos juicios del Fiqh (jurisprudencia) que se relacionan, como el hecho de que ayudar a una persona a realizar una obra piadosa tiene un gran merito, y este es recibir la misma recompensa de aquel a quien se le colaboró para que la ejecutara. Él Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, indicó que quien le da lo necesario a un soldado para que luche por la causa de Al-lah, es como si él mismo estuviera combatiendo; deducimos que dar de comer a una persona al romper su ayuno o antes de iniciarlo, es una forma de ayudarlo para que tenga fuerzas y soporte esta obligación. Lo mismo podemos decir de quien ayuda a un peregrino a realizar el Hayy o la ‘Ümrah, él recibirá la recompensa no solo de haberles suplido algún tipo de necesidad, sino que también será bendecido con los favores de aquel que hace cualquiera de estas dos formas de adoración.
Los Salaf (predecesores piadosos) y su empeño por alimentar a los ayunantes
Son muchos los ejemplos que los Salaf dejaron respecto a la forma en que ellos trataban siempre de seguir las enseñanzas del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, al máximo, para beneficiarse a sí mismos y a los demás.
Éncontramos que ‘Abdul-lah Ibn Omar, que Al-lah Tenga misericordia de él, no desayunaba sino rodeado de gente pobre; y si por alguna razón familiar no podía estar con ellos, entonces no comía. Igual pasaba cuando un necesitado pasaba y pedía su ayuda a la hora de romper el ayuno, tomaba la parte que le tocaba de su alimento y se la daba. No le importaba que llegara el siguiente día de ayuno sin que hubiese comido nada.
Al Hasan Al Basri, que Al-lah Tenga misericordia de él, le daba todo lo que tenía para comer a sus hermanos y se sentaba a verlos mientras comían.
Hammad ibn Abi Sulaiman, que Al-lah Tenga misericordia de él, acostumbraba dar de comer a 50 personas durante cada noche de Ramadán, y cuando llegaba la noche antes del ‘Id, le daba a cada una de ellas ropa para la fiesta.
Abu As-Suwar Al ‘Adawi, que Al-lah Tenga misericordia de él, reportó que la gente de Banu ‘Üdai oraban en la mezquita a la que él siempre asistía, y que nunca los vio romper el ayuno solos, si había gente que los acompañara, comían; sino, salían con sus alimentos a buscar con quién compartir para poder comer.
También, se reportaba de estas personas justas que por más que en el día, mientras ayunaban, se antojaran de algún tipo de alimento en específico, y luego al llegar la noche lo tuvieran frente a ellos, preferían dárselo a un necesitado para ser merecedores de la gran recompensa que este acto establece.
Virtudes de esta noble acción
Dentro de los muchos beneficios que tiene el dar de comer a un ayunante, además de ganar su misma recompensa, tenemos:
· Se genera y fortalece el amor fraternal entre los musulmanes, el cual es una de las vías para merecerse el Paraíso; dijo el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “No entrarán en el Paraíso hasta que crean, y no serán verdaderos creyentes hasta que no se amen fraternalmente los unos a los otros”. [Abu Dawud, At-Tirmidhi e Ibn Mayah]
· Dijo Ibn Rayab Al Hambali, que Al-lah Tenga misericordia de él, contando los grandes beneficios que tiene alimentar al ayunante: “Ayudar al ayunante y a todo aquel que adora a Al-lah por medio de invocaciones, oraciones y recitaciones del Corán, para que continúe con su adoración, significa que uno se está ganando la recompensa de todas sus acciones, no solo el ayuno, porque les está apoyando en el camino del bien”.
Gracias a Al-lah, encontramos que hoy en día esta sigue siendo una de las Sunnas del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, que se sigue aplicando donde quiera que uno encuentre comunidades musulmanas ayunando. Lo único que hace falta es recordar a nuestros hermanos en la fe que hagan esta acción con sinceridad, no para mostrar que son generosos o que tienen muchos medios o incluso por vanidad, es decir, para demostrar lo bien que se cocina y come en su casa. Pues por la sinceridad de nuestras obras es que ellas serán aceptadas.