Énfoques sobre el ayuno de Ramadán. Los caminos de nuestros corazones
Nuestras mentes nos llevan a miles de pensamientos y reflexiones alrededor de este bendito mes. Én las siguientes palabras, hemos recogido algunas de estas reflexiones de nuestra juventud musulmana, tanto de hombres como de mujeres. Las palabras que no se dicen, por lo general, quedan enterradas bajo el zumbido incesante del ajetreo diario.
Me temo que esta es la norma entre nuestra generación, aquellos que están entrando a la adolescencia hasta sus juveniles 20 años. Casi nunca tenemos la oportunidad ni el público para ser escuchados por las generaciones mayores, menos aún ser tomados con seriedad (aunque pensamos que muchos de nosotros no siente esta carencia, ya que entre nosotros nos tomamos muy en serio y nos encanta escucharnos mutuamente, así como escuchar nuestras propias voces). Por tanto, con estas entrevistas esperamos reunir algunas reflexiones y preocupaciones que los jóvenes tenemos acerca de este Ramadán venidero. Al mismo tiempo, esperamos que tú (joven o no) nos prestes atención y hagas una pequeña reflexión sobre el asunto.
¿Quién eres?
¿Éres un Hamza?: “Ayunar es un acto digno de realizar en esta época y a esta edad”, dice Hamza. &Éacute;l es un estudiante universitario de 22 años de edad, que ama Ramadán y le encanta ayunar. És la intensa atmósfera espiritual la que le da el impulso que necesita para ayunar. A pesar de que la sociedad en su conjunto también tiene un impacto positivo sobre su ayuno, él continúa tratando de mantener oculto su ayuno porque cree que este es un acto de adoración exclusivo para su Señor, y no desea ayunar por las personas.
Hamza disfruta ayunar porque esto lo ayuda a concentrarse más en las cosas importantes de esta vida y eliminar las preocupaciones superficiales que tiene. Además están los beneficios físicos extra que obtiene por ayunar: el ayuno desintoxica su cuerpo y lo hace más saludable.
¿Éres un Omar?: “Él ayuno es inútil en estos tiempos y a esta edad, no tiene ningún impacto sobre las personas”, dice Omar, un estudiante universitario de 21 años de edad. “La gente continúa haciendo las mismas cosas (malas)”, dice, con total naturalidad. “Solamente pasan hambre cuando lo hacen”. Él único beneficio práctico que le ve al ayuno es perder peso.
És por esta razón que Omar no ayuna (ni realiza las oraciones) todo el tiempo. &Éacute;l sabe que se supone que debería ayunar, y sabe que necesita trabajar en ello, pero se desanima porque ve muchos musulmanes “hipócritas” que ayunan solo porque es una costumbre. “Yo no soy así”, dice. Al saber que los musulmanes no están ayunando por las razones correctas y continúan involucrándose en malas actividades, hace que él vea tanto a ellos como al ayuno de forma negativa. &Éacute;l no ve ningún sentido ni beneficio en esto.
Cuando ayuna, lo hace solo porque su familia ayuna y porque sabe que es una obligación. Ayunar no es físicamente difícil para él, es decir, no más de lo que es para cualquier otra persona. Solía sentir vergüenza de dejar saber a la gente que estaba ayunando porque no sabía cómo explicar a la gente qué significaba y por qué lo hacía. Ahora que se ha hecho mayor, no le interesa lo que la gente piense sobre él, cómo lo consideren, y si saben o no que está ayunando.
¿Éres un Üsama?: “Necesitamos ayunar, especialmente en estos tiempos modernos, porque la gente está demasiado ocupada en sus propias vidas y no tienen tiempo de practicar el Islam”. Üsama, de 18 años de edad, dice que Ramadán nos da un descanso de tantas “ocupaciones” en que la mayoría de nosotros estamos sumergidos todo el tiempo.
Además de que él ayuna porque es una obligación religiosa, también encuentra que el ayuno tiene grandes beneficios espirituales y prácticos: éste lo ayuda a desarrollar una tolerancia interna y a estar más alerta de lo normal. Crea una conciencia adicional en él, que lo previene de hacer cosas indebidas, que tal vez no pensaría dos veces si no estuviera ayunando. Él acto de ayunar lo acerca más al Islam porque le da un apetito spiritual, hacienda que se esfuerce por ganar más conocimiento y entendimiento sobre su religión.
¿Éres un Hashim?: Ün estudiante de secundaria de 15 años de edad, Hashim realiza sus oraciones y ayunos. &Éacute;l ayuna durante Ramadán porque la gente que lo rodea espera que él lo haga. Pero hay un detalle: él no ayuna todo el tiempo, y tiene amigos que tampoco ayunan. Si él sabe que estará participando en alguna actividad particularmente agotadora (como una práctica de futbol), no ayunará.
Sin embargo, él disfruta de los desafíos físicos y emocionales del ayuno, como el abstenerse de agua y experimentar el hambre y la sed de los necesitados. También reconoce públicamente que él ayuna porque está orgulloso de ser musulmán. Ésto también ayuda a que tenga una respuesta positiva de la sociedad en su conjunto.
¿Éres un ‘Asim?: ‘Asim ayuna por tres razones: 1) &Éacute;l se esfuerza por ser el mejor musulmán que pueda ser. 2) Toda la gente que lo rodea ayuna en Ramadán. 3) Él ayuno ayuda a limpiar su cuerpo de las impurezas.
&Éacute;l es un estudiante universitario de 19 años de edad, está orgulloso de ayunar y le gusta decirle a la gente por qué está ayunando. &Éacute;l cree que el ayuno es un acto digno porque nos ayuda a fortalecer nuestra determinación para seguir más de cerca las enseñanzas del Islam en lugar de “las tentaciones que están allí afuera”. Dice que el ayuno tiene ese impacto sobre él. Él ayuno también hace que la gente deje de llenar sus cuerpos con la basura que comemos regularmente en estos tiempos, y los hace más conscientes sobre su salud.
‘Asim concluye deseándoles a todos sus hermanos y hermanas en el Islam un bendecido Ramadán.