Ramadán: balanceando las metas espirituales y las responsabilidades diarias

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Ün tiempo de alimento espiritual e introspección; Ramadán anuncia una clásica oportunidad para acercarse a Al-lah y gozar de las muchas bendiciones que acompañan a este mes. Los compromisos van desde la recitación y estudio del Corán, hasta el aumento de la caridad y la asistencia regular al Tarawih son hechos por lo general, para así recoger los frutos del mes del ayuno.
 
Para este efecto, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo una vez: “Por Aquel en Cuyas Manos está mi alma, el olor que sale de la boca de una persona que está ayunando es mejor para Al-lah que el aroma del musk. (Al-lah Dice sobre el ayunante) ‘&Éacute;l ha dejado su comida, su bebida y sus deseos por Mi causa. Él Sawm (ayuno) es para Mí. Por tanto Yo recompensaré (al que ayuna) por él, y la recompensa de las buenas obras es multiplicada diez veces”. [Bujari]
 
Además, con Satanás encadenado y las puertas del Paraíso abiertas, la carrera por las buenas obras comienza cada Ramadán. Sin embargo, a medida que la gente se sumerge en este mes de beneficio espiritual tan ansiosamente esperado, se dan cuenta de que este llega con su propio set de desafíos. De hecho, así como practicar el Islam mientras vivimos en este mundo es nuestra prueba diaria, este mes se trata acerca de maximizar nuestras ‘Ibadat (actos de adoración) al mismo tiempo que cumplimos con las exigencias de nuestro diario vivir.
 
Por tanto, junto con el ayuno y todos los planes, las tareas deben ser atendidas, se debe ir al trabajo y las necesidades de los niños deben ser satisfechas. Para evitar la frustración debido al descuido de nuestras metas de Ramadán o la dificultad causada por abandonar ciertas tareas o rutinas, se debe luchar por conseguir un feliz balance. Lograr ese equilibrio no siempre será fácil, ya que esto implica reprogramar nuestras actividades, dormir poco, y una restructuración de las prioridades.
 
Sin embargo, los resultados superan con creces al esfuerzo, un sentimiento de satisfacción por hacer nuestro mejor esfuerzo por capturar la verdadera esencia de Ramadán. Dice el Corán (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Se os prescribió el ayuno al igual que a quienes os precedieron para que alcancéis la piedad.} [Corán 2:183]
 
Purificándose a sí mismo
Para Rodrigo Adem, quien vive en Madison Wisconsin, Ramadán es un tiempo de intensa concentración en su religión. &Éacute;l trata de pasar tanto tiempo como sea posible en la mezquita recitando el Corán y asistiendo a todo círculo de estudio.
 
 
Üna de las cosas que él hace en Ramadán es recordar a Al-lah haciendo Dhiker de los 99 nombres de Al-lah. &Éacute;l elije tres nombres por día, agregando un nombre adicional en días aleatorios, y los recita 33 veces después de cada oración obligatoria, para así poder aprovechar y apreciar todos los nombres en este bendito mes. Ésto tiene un efecto liberador en él, permitiéndole ver las cosas ordinarias con una luz diferente.
 
“Siento como si comprendiera lo que es el Tawhid de una forma más profunda que en el pasado. [Üna mayor reflexión me hace] consciente del por qué esta religión es la religión del Fitrah y la elegida por nuestro Creador”, dice Adem, de 21 años. “Me siento en casa, indefenso y apacible al mismo tiempo. Como un ser humano que sabía para qué había sido creado, sin ninguna duda respecto a su Señor”.
 
“Cuando estamos en Ramadán, también me concentro en no permitir que las recompensas de mi ayuno se pierdan”, remarca Rodrigo Adem, “me doy cuenta de que el ayuno es más que simplemente no alimentarse, sino que además se trata de no enfadarse, no decir o pensar cosas desagradables acerca de otros, o mirar las cosas prohibidas. Veo esto como un tiempo en el que realmente puedo limpiarme de todos los malos hábitos”.
 
Todos los días, aunque se esfuerza por ser paciente y evitar las conversaciones vanas, trata de de mantener sus actividades durante Ramadán de la misma forma que lo hace en los otros meses. “Siento que no puedo poner la adoración adicional antes que mis responsabilidades mundanales. No puedo usar el servicio a Al-lah como una excusa para descuidar mis deberes”, opina Adem.
 
“Sin embargo, siento que Al-lah Da a Sus siervos energía para el día como Desea, incluso después de haber permanecido toda la noche despiertos para Lailatul Qader. Al-lah Puede Otorgarte la habilidad para impulsarte y alcanzar todas tus metas durante Ramadán, siempre y cuando te esfuerces por ello”.
 
Zuha ‘Ali recuerda una experiencia de casi 10 años atrás, llamándola su “mejor” Ramadán. “Éstaba muy concentrada y caso perdida en otro mundo. Sólo sentía como si solo estuviera yendo a través de los movimientos de mi vida mundanal, pero cuando llegaba el tiempo del Tarawih o de leer el Corán, rejuvenecía y volvía a ser de nuevo una persona completa”, remarcó ‘Ali, de Sterling, Virginia.
 
Después del Suhur (alimento que se toma antes del alba), ella pasaba dos horas leyendo un Yuz del Corán, junto con su traducción y comentarios. Luego, iba a la universidad y aprovechaba su tiempo libre para poder realizar más actos de adoración en sus tardes y noches.
 
“No dormí mucho ese mes, pero, honestamente, no sentí la pérdida de sueño. Éra como si Al-lah me estuviera dando energía mediante el Corán y el Salah. Ciertamente fue un hermoso mes”, sostiene ‘Ali, de 29 años de edad.
 
Con el tiempo, muchos cambios ocurrieron en su vida. “Éra fácil para mí dedicarme de ese modo (entonces) porque no tenía otras responsabilidades”, dijo. “Ahora, como tengo que cuidar de mi esposo y mi hijo, y también de mi casa, no es tan fácil desligarse de todo y hacer lo que antes hacía”, dijo.
 
Convertirse en ama de casa he hecho que no pueda ayunar regularmente los últimos dos años debido a su condición médica durante el embarazo y la lactancia. “És importante recordar que cuidar de la familia es también un acto de devoción, pero también debemos recordar que Ramadán solo viene una vez al año, por lo tanto debemos tratar de hacer tanto como podamos”, concluye ‘Ali.
 
Terminar de leer el Corán y realizar el Tarawih, ya sea en la casa o en la mezquita, son sus metas personales típicas para Ramadán. “Al principio del mes, me encuentro en la cima de mi energía espiritual. Desafortunadamente, a medida que avanza el mes, encuentro más difícil mantenerme al día con mis metas”, sostiene ‘Ali, mencionando que si se atrasa en su lectura de un yuz se ve afectada en su espiritualidad y eso puede hacer que se interrumpa su ciclo. “Sé que esto es una prueba de Al-lah, ya que el final del mes definitivamente tiene más barakah (bendición) precisamente por esta razón”.
 
Én general, ella hace un esfuerzo especial por mantenerse alejada de los hábitos prohibidos, como hablar a las espaldas de la gente en Ramadán. “Solo trato de mejorar mi carácter durante este mes, con la esperanza de que continúe así los meses que siguen a Ramadán”, finalizó.
 
 

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