Cuando leemos el Corán debemos tener en mente que debemos analizar cada aleya leída para comprender su significado y las enseñanzas que Al-lah nos Da. Hagamos ahora una pequeña reflexión sobre una de las aleyas en las que Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Que ciertamente Creamos al hombre con la más bella conformación.} [Corán 95:4] De este versículo, no solamente entendemos que la apariencia del ser humano es perfecta y completa, sino que además se puede afirmar que esta aleya se refiere a una de las más grandes dádivas que Al-lah Ha Concedido al hombre y con la que lo Ha Distinguido por sobre las otras criaturas; nos referimos a la lengua (el habla).
No hay nadie que pueda negar la importancia que tiene el habla en nuestras vidas, es por medio de esta capacidad que los humanos expresamos nuestra forma de razonar, nuestro conocimiento, lo que se mueve en nuestro interior y nuestros sentimientos. Por eso es que Al-lah, Altísimo sea, Dice (lo que se interpreta en español): {[Al-lah És] Él Clemente, Quien Énseñó el Corán, Creó al ser humano, y le Énseñó la elocuencia.} [Corán 55:1-4] Sin embargo, la lengua es un arma de doble filo, por un lado la podemos utilizar para recordar a Al-lah, recitar el Corán, hablar con verdad y virtud; pero, por el otro, puede ser usada para la mentira, la calumnia y el chisme (que Al-lah nos Libre a todos de este mal). Como prueba de esto tenemos el relato de Abu Hurairah, que Al-lah Ésté complacido con él, en el que nos menciona que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Ciertamente una persona puede pronunciar una palabra que Agrada y Complace a Al-lah sin darse cuenta, y por ella su grado en el Paraíso será elevado. Y ciertamente una persona puede pronunciar una palabra que Desagrada y Molesta a Al-lah sin darse cuenta, y por ella puede ser arrojada al fuego del Infierno”. [Bujari]
Tenemos, entonces, que la lengua puede ser la causa por la cual nos ganemos el Paraíso, esto si la usamos para recordar a Al-lah, alabándolo y glorificándolo, y ordenando el bien y advirtiendo sobre el mal entre otros. Éncontramos en la gran elocuencia de nuestro amado Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, el consejo que le dio a un beduino que le pidió que le señalara una acción que le hiciera ser merecedor del Paraíso, le dijo: “Alimenta al hambriento, da de beber al sediento, ordena el bien y prohíbe el mal. Si no puedes hacer nada de esto, entonces frena tu lengua y habla solo el bien y la verdad”. [Ibn Hibban] De igual forma, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos informa en el Hadiz: “Én el Paraíso hay unos cuartos desde los que se puede ver lo que está afuera y se puede mirar desde el exterior su interior, que Han sido Designados por Al-lah exclusivamente para la gente que se caracterizaba por su buen hablar y porque rezaban en la madrugada mientras que la mayoría de las personas estaban durmiendo”. [Ibn Hiban]; y en otro Hadiz dijo: “Protegeos del fuego aunque sea con medio dátil, y si no tienen ni eso, entonces con una palabra agradable”. [Bujari y Muslim]
No debemos olvidar que, así como nuestra lengua (las palabras que pronunciamos) puede hacernos ganar la complacencia de Al-lah y, por ende, el Paraíso, también puede condenarnos a arder en el fuego infernal. Le fue preguntado al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, sobre las obras que más hacen las personas y las hacen merecedoras del Paraíso, y respondió: “La Taqwa (el temor reverencial de Al-lah) y el buen comportamiento”; y cuando se le preguntó por las acciones que más comete la gente que las hace ir al Infierno, dijo: “Lo que sale de sus bocas y el seguir sus pasiones sexuales ilícitas”. [At-Tirmidhi e Ibn Mayah]. Lo anterior es reforzado por lo que se menciona en el Hadiz en el que Mu’adh, que Al-lah Ésté complacido con él, le preguntó al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “¡Oh Mensajero de Al-lah! ¿Seremos condenados por lo que sale de nuestras bocas?”; le respondió: “¡Claro que sí!; ¿es qué acaso habrá otra razón por la cual la gente será volteada sobre sus rostros en las planchas del Infierno, aparte de todo lo malo que dijeron?” [At-Tirmidhi]
Con todo lo bello que vivimos durante este mes sagrado de Ramadán y el maravilloso ambiente que hace que nuestra fe se incremente, debemos tener mucho cuidado con las palabras que pronunciamos y lo que hacemos, dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Quien no deja de decir malas palabras y hacer malas acciones, que sepa que Al-lah no Tiene necesidad de que esta persona deje de comer y beber”. [Bujari] Por lo tanto, el ayunante debe alejarse de todo lo que lo pueda llevar a pronunciar palabras que puedan perjudicar su ayuno, disminuir su recompensa o incluso conducir al castigo terrible del Infierno. Ni siquiera debe meterse en temas que no son de su incumbencia, y mucho menos presenciar reuniones donde se habla de los demás a sus espaldas. Dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Dice Al-lah: Toda obra del hombre es para él, excepto el ayuno que es para Mí y Yo Mismo lo Recompensaré”. [Bujari y Muslim]; y dijo también: “Él ayuno es una protección del fuego del Infierno. Él ayunante debe, pues, abandonar toda relación sexual con su esposa (durante el día) y todo mal comportamiento. Y si alguien lo agrede o insulta, debe decir: ¡Éstoy ayunando!” [Bujari y Muslim]