No hay duda en que la relación entre las narraciones coránicas y las virtudes morales es fuerte, ya que una de sus metas es recordar a la gente las buenas cualidades de las que puede sacar provecho el individuo, la familia, la comunidad, el país, la Ümmah, y la civilización, y Además, hacer que la gente aborrezca y se aleje de los malos modales, los cuales son causa de destrucción para las sociedades.
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, utilizó su influencia, su interacción con los Sahabah, que Al-lah esté complacido con ellos, para poder transmitir las virtudes morales del concepto teórico a la vida real y práctica, ya sea si tiene relación con la creencia, como saber que Al-lah, el Altísimo, nos Vigila, o si tiene relación con la adoración, como realizar los rituales que educan las conciencias, mejoran las habilidades y elevan las almas.
Con el progreso de la Da‘wah y al llegar a ser un Éstado, surgieron algunos deberes que venían de fuera del alma, como:
A) La legislación:
Fue puesta para proteger los principios éticos, como las penas que se aplican para castigar un delito, con las cuales se busca proteger al individuo y a la sociedad de la violación de sus derechos por parte de los demá, del honor (por el adulterio o la difamación de mujeres decentes [acusándolas de fornicadoras o adúlteras]), o del daño que se causa individuo así mismo al perder la razón utilizando sustancias embriagantes o alucinógenas.
B) La autoridad de la sociedad:
Se basa en lo que fue Legislado por Al-lah, Alabado Sea, de ordenar a la gente a hacer el bien y prohibirles de hacer el mal, además de aconsejarse entre los musulmanes, y que cada uno se preocupe de la responsabilidad del otro. Al-lah, el Altísimo, Ha legislado Az-Zakah, la oración, la obediencia a Al-lah, Alabado Sea, y a Su mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, para asistirnos en esta responsabilidad. Al-lah, el Altísimo, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta así en español): {Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el Zakât y obedecen a Al-lah y a Su Mensajero. Al-lah Tendrá misericordia de ellos; y &Éacute;l És Al-lah, Poderoso, Sabio} [Corán 9: 71].
Además fue la razón principal para ser la mejor nación. Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta así en español): {Sois la mejor nación que haya surgido de la humanidad: Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en Al-lah. Si la Gente del Libro creyera, sería mejor para ellos; algunos son creyentes pero la mayoría desviados} [Corán 3: 110].
Los efectos de esta autoridad fuero evidentes en la época en la que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, vivía en Medina.
C) La autoridad del Éstado:
Fue obligatorio establecerla por medio de bases éticas, para cuidar de la moral y extenderla entre el resto de los individuos e instituciones, convirtiéndolas en uno de sus deberes. Así, la moral islámica fue completamente perfecta, teniendo la sociedad del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como un sistema ideal debido al seguimiento de las leyes divinas.
Éstas son algunas líneas que hablan sobre el establecimiento de la creencia, del alma y de la ética en la época de La Meca. Y esa educación logró sus metas; pues hubo más de veinte de los primeros cincuenta Sahabah del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en islamizarse que asumieron grandes responsabilidades de liderazgo nacional después de la difusión de la Da‘wah en la era del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y después de su muerte. Así pues, se convirtieron en los grandes líderes de la Ümmah, además de otros veinte de los que la mayoría de ellos murieron como mártires o murieron en la época del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Én la primera generación, estaban las personalidades más gloriosas de toda la Ümmah. Én esa generación había nueve de los diez albriciados con el Paraíso. Y eran la mejor gente en esa generación después del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pues había entre ellos personas ejemplares que participaron en el establecimiento de la gran civilización islámica con sus sacrificios, como es el caso de ‘Amar ibn Yasir, ‘Abdul-lah ibn Mas‘ud, Abu Dhar, Ya‘far ibn Abu Talib, y otros, que Al-lah esté complacido con todos ellos.
De esa generación, surgieron también las mejores mujeres de la Ümmah como Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, y otros grandes ejemplos, como Üm Al Fadl Bint Al Hariz, Asma’ Dhat Al Nitaqayn, Asma’ Bint ‘Ümais, y otras, que Al-lah esté complacido con todas ellas.
La primera generación tuvo la mejor oportunidad para obtener esa educación en la creencia, la espiritualidad, la intelectualidad, y la ética, por el gran maestro de la humanidad, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, por eso fueron los líderes de la Ümmah y sus guías; pues el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, les educaba, mejoraba sus almas y les sacaba de las condiciones de Al Yahiliah.
Las personas más felices fueron quienes vieron al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, incluso si fue por una sola vez en su vida y creyeron en él, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Imagínense pues, entonces ¿cómo sería haber sido su compañero cada día, aprendiendo de él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tomando de su luz, escuchando sus palabras y recibiendo su educación?