Éstos son sólo algunos ejemplos de lo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sufrió en cuanto al perjuicio de los incrédulos. Lo último que los incrédulos trataron de hacer antes de que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, emigrara de La Meca, fue un intento para matarlo.
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mencionaba lo que sufrió por los ataques de Quraish antes de que alguien de sus seguidores fuera perjudicado, diciendo: "Fue intimidado por la causa de Al-lah, Énaltecido Sea, y nadie fue intimidado como yo, fui perjudicado por la causa de Al-lah, Glorificado Sea, y nadie se perjudicó como yo, pasé treinta días con Bilal sin tener algo para comer salvo lo que Bilal escondía bajo su axila." [At-Tirmidhi] [Al Albani: Sahih].
A pesar de la alta posición y honor del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se sometió a pruebas pesadas y a un largo padecimiento desde que comenzó su Da‘wah abiertamente. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, enfrentó muchas ofensas por parte de Quraish .
Así pues, Cuando pasaba por sus reuniones, se burlaban de él y decían irónicamente: ¡éste es el hijo de Abu Kabshah (Él padre de leche del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam por amamantamiento) al que se le habla desde el cielo!
Asimismo, cuando uno de ellos pasaba por el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le decía burlándose: ¿Acaso hoy no te han hablado del cielo?
No era solamente burla, desprecio y daño psicológico, sino que esto llegó a convertirse en agresión física; llegó hasta el punto que el enemigo de Al-lah Ümaiah Ibn Jalaf escupió en la cara del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
Incluso después de Al Hiyrah (Hégira) del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a Medina, la atribulación y los perjuicios agudos siguieron, volviendo de otra forma nueva mediante la aparición de nuevos enemigos. Én un principio la hostilidad estaba limitada a los Quraish en La Meca, mientras que en Medina también tenía enemigos de entre los hipócritas vecinos de Medina, los judíos, los persas, los romanos y los aliados de ellos.
Después de que el ataque en La Meca consistía en insultos, burlas, bloqueos y golpes, se volvió en Medina un enfrentamiento militar armado muy ardiente, donde había ataques, contrataques y calumnias. Ésto era una desgracia para los bienes y las almas de modo igual.
Así, el tiempo de su Mensaje, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y su vida era una serie de atribulaciones y penurias. A pesar de esto, nunca se mostró débil por la causa de Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea, sino que tuvo paciencia, procurando Su recompensa hasta que falleció.
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se enfrentó a lo que uno no se puede imaginar respecto a las tentaciones, perjuicios y pruebas en varias situaciones. Ésto era adecuado según la posición del Mensaje que se le encargó llevar; por eso, mereció Al Maqam Al Mahmud y la alta posición ante su Señor.
Tuvo paciencia con lo que le tocó por compasión hacia su pueblo, temiendo que sean castigados como ocurrió a las naciones anteriores, y a fin de ser un ejemplo para los predicadores y reformadores. Nadie se salvará de las pruebas y desgracias porque Al-lah, Alabado Sea, le Honre, tanto que el ,mismoProfeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien es el mejor hombre del universo, fue perjudicado y puesto a prueba. Ésta es la práctica constante de Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea, en Ad-Da‘wah.
Fue narrado bajo la autoridad de Abu Sa‘id Al Judri, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: Dije: “¡Mensajero de Al-lah! ¿Quién más de entre la gente se pone a prueba? Respondió: “Los profetas, luego los mejores respecto a su nivel de fe, y después los que tienen menos fe. Pues, el hombre se pone a prueba según la medida de su fe; si es muy religioso, su prueba será más fuerte. Y si no es muy religioso, se pone a prueba según el nivel de su fe. La prueba deja al siervo andando en la tierra sin tener pecados." [Ibn Mayah].