Éntre las primeras aleyas reveladas del Noble Corán en la época medinense están las primeras aleyas de la sura de Al Baqarah (la número dos del Corán) que hablan de las características de la gente de la fe, la de Al Kufr (la incredulidad) y de la hipocresía, y después, hacen referencia a la gente del Libro (los judíos y los cristianos). Además, estas aleyas subrayan la verdad de los judíos residentes en Medina en aquel entonces, porque fueron quienes se opusieron a la Da‘wah desde el primer día que entró en ciudad. También, la sura de Al Baqarah incluye una gran parte que explica las características de esta gente.
Se observa que esta Sura es una de las primeras reveladas en Medina, pues llamaba a toda la gente a abrazar el Islam, y adorar a Al-lah, Glorificado Sea. Al-lah Dice (lo que se interpreta así en español): {¡Oh, humanos! Adorad a vuestro Señor Quien os Creó a vosotros y a quienes os precedieron, para que así seáis piadosos. &Éacute;l Hizo de la Tierra un lugar habitable para vosotros y del cielo un techo, e Hizo descender la lluvia del cielo con la que hace brotar frutos para vuestro sustento. No asociéis, pues, copartícipes a Al-lah, siendo que sabéis [que &Éacute;l És el &Üacute;nico Creador].} [Corán 2:21-22]
Las aleyas coránicas en esta etapa medinesa advertían a los musulmanes de no seguir las características de los hipócritas, aclarando el riesgo de éstos sobre la comunidad recién formada y el nuevo Éstado. Él movimiento de la hipocresía contra la comunidad y el Éstado islámico apareció por primera vez en Medina, porque cuando los musulmanes estaban en La Meca no tenían fuerza ni poder que implicaran que una gente temiera a los musulmanes o deseara su buen trato; adulándoles en público y haciendo intrigas contra ellos en secreto, como es la actitud de los hipócritas en general. Las aleyas incluyen características y actitudes de los hipócritas. Los ataques contra ellos eran muchos, pues casi todas las suras medineses hablan de ellos, sobre todo las suras largas y medianas. Ésto significa que este movimiento (de hipocresía) permaneció aproximadamente a lo largo de la esta época, pero empezó a debilitarse después de la primera mitad de esta época."
Las suras medinesas siguieron hablando de la Grandeza de Al-lah, Glorificado Sea, la verdad del universo, la invitación a entrar en el Paraíso, la intimidación del fuego, la legislación de los juicios para educar a la Ümmah y apoyar los elementos básicos del Éstado encargado de difundir la Da‘wah entre toda la gente y luchar por la causa de Al-lah.
Él progreso de la Ümmah se daba con el desarrollo de las fases de la Da‘wah, la construcción de la comunidad y la fundación del Éstado. Él Noble Corán alaba el conocimiento y a quienes lo aprendían. Fueron narrados varios Hadices que indican la estimación del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, por el conocimiento. Además, los libros del Hadiz incluyen capítulos acerca del conocimiento.
La Ümmah se aseguró de que el conocimiento fuera uno de los pilares del poder, porque es imposible que Al-lah, Glorificado Sea, Conceda el poder a una nación ignorante que no alcanza la caravana del conocimiento. Quien contempla el Noble Corán, puede darse cuenta de que está lleno de aleyas que engrandecen la virtud del saber, estimulando a adquirirlo. Él Corán considera el conocimiento como opuesto a Al Kufr que es la ignorancia y el extravío. Al-lah, el Altísimo Dice (lo que se interpreta así en español): {¿Acaso [tal incrédulo] es como quien se prosterna e inclina [en la oración] consagrándose [a ella] en la noche, está precavido de [lo que le aguarda en] la otra vida y anhela la misericordia de su Señor? Dile [¡Oh, Muhammad!]: ¿Acaso son iguales quienes saben [los preceptos de su Señor y los ponen en práctica] y quienes no saben? Y por cierto que sólo reflexionan los dotados de intelecto.} [Corán 39:9]
La única cosa de la que Al-lah, Glorificado Sea, Ordenó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pedir más era el conocimiento. Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {y di: ¡Oh, Señor mío! Acrecienta mi conocimiento.} [Corán 20:114]. Además, la primera cosa con la que Al-lah, Glorificado Sea, Distinguió a Adam (Adán), la paz sea con él, era el conocimiento. Al-lah, Glorificado Sea, Dice (lo que se interpreta así en español): {Y enseñó a Adam los nombres de todas las cosas, luego se las expuso a los Ángeles y dijo: Decidme sus nombres, si es que decís la verdad.} [Corán 2:31]
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, siguió su método educativo para enseñar a sus Compañeros, hacerlos recordar a Al-lah, Glorificado Sea, estimularles a tener buenos modales y aclararles las cosas precisas y los juicios de la Shari‘ah. La orientación del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a sus Compañeros a veces era personal y otras veces era colectiva. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos dejó una gran herencia de métodos pedagógicos para enseñar y dar lecciones, y cuidó de los métodos pedagógicos que ayudaban a memorizar y recibir el conocimiento de buena manera.
Éntre tales métodos y los grandes principios útiles en la época mecana y medinesa tenemos:
1)- La repetición de las palabras:
Éste método facilita el proceso de memorizar y entender, por eso, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se preocupaba frecuentemente por repetir sus palabras. Anas ibn Malik, que Al-lah esté complacido con él, narró que al decir el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, una palabra, la repetía tres veces para que se entendiera. [Al Bujari].
2)- Hablar lenta y pausadamente:
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, hablaba lentamente, separando entre las palabras, a fin de facilitar la memorización y no causar alteración ni cambio al transmitirlas. Además, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, facilitaba al oyente contar sus palabras, en caso de querer hacerlo. ‘Ürwah ibn Az-Zubair, que Al-lah esté complacido con él, narró que ‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, dijo: "¿No te gusta fulano? Pues vino y se sentó al lado de mi habitación y mencionó Hadices del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a fin de hacerme oír, mientras yo estaba rezando una oración voluntaria. Éste hombre se fue antes de que terminara mi oración. Si yo lo hubiera alcanzado, le hubiera dicho que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no mencionaba los Hadices rápidamente como él lo hizo." [Al Bujari].
3)- La moderación, evitar el aburrimiento y elegir el tiempo adecuado:
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, seguía un método moderado en cuanto a la cantidad, el tipo y el tiempo de sus clases, para que sus Compañeros no se aburrieran, se esfuercen para memorizarlo y lo entendieran fácilmente. Fue narrado bajo la autoridad de Ibn Mas‘ud, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: "Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, solía tener consideración con nosotros al predicar en el tiempo apropiado." [Al Bujari].
4)- Dar ejemplos:
Él hecho de dar ejemplos ayuda mucho para que nuestras mentes y corazón puedan entender las cosas, pues presenta el concepto espiritual a través de una imagen tangible, relacionándolo con la realidad y acercándolo a la mente. Además, el ejemplo con sus distintas formas incluye una elocuencia que cautiva los corazones y las mentes, sobre todo, las de los prudentes. Por eso, el Corán dio muchos ejemplos, mencionando la razón profunda de eso en muchas aleyas. Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español):
● {Y estos ejemplos los Éxponemos para los hombres, pero sólo los comprenden quienes reflexionan.} [Corán 29:43]
● {Si Hubiéramos hecho descender este Corán sobre una montaña, la habrías visto temblar y derrumbarse por temor a Al-lah. Así Éxponemos a los hombres los ejemplos para que reflexionen.} [Corán 59:21].
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, seguía el método de dar ejemplos. Fue narrado bajo la autoridad de ‘Abdul-lah ibn ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con ellos, que dijo: "He memorizado mil ejemplos del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam."
Varios libros fueron escritos acerca de los ejemplos mencionados en los Hadices proféticos; como el libro más antiguo "Amzal Al Hadiz (ejemplos del Hadiz)" de Abu Muhammad Al Hasan ibn ‘Abdur-Rahman ibn Jal-lad Ar-Ramahurmuzi (murió en 360 después de la Hégira).
Principios educativos del Profeta (Parte 2)
Principios educativos del Profeta (Parte 3)