Metodología profética de argumentación y refutación (parte 2)

1986 1017

Pedir un acto sobrenatural o milagros es un plan seguido a lo largo de la historia humana. Aunque el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se preocupaba por conducir a su gente a abrazar el Islam, y hacía lo posible para realizarlo, la educación divina que recibió de su Señor y las etiquetas proféticas que siguió le hicieron rechazar pedir el milagro. Cuando le pedían un milagro, les decía: "No he sido enviado para esto, sino he venido de Al-lah con lo que me Ha enviado. Ya os transmití aquello por lo que fui enviado a vosotros. Si lo aceptáis, seréis recompensados en esta vida y en la &Üacute;ltima. Si no lo aceptáis, tendré paciencia hasta que Al-lah, Glorificado Sea, Juzgue entre yo y vosotros"

Él Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, regresó triste a su familia, porque no pudo lograr lo que esperaba de su gente cuando les llamó, y vio que ellos se alejaban de él. Al-lah, Glorificado Sea, mencionó su obstinación y respondió a ella. Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español):
{Los incrédulos decían: No creeremos en ti hasta que hagas fluir para nosotros manantiales de la tierra. O poseas un huerto con palmeras y vides, y hagas brotar en él ríos. O hagas descender sobre nosotros un castigo del cielo como dijiste, o nos traigas a Al-lah y a los Ángeles para que les podamos ver. O poseas una casa de oro o asciendas al cielo, y aún así, no creeremos en ti a menos que nos traigas del cielo un libro que podamos leer [y en el que se mencione tu profecía]. Diles: ¡Glorificado Sea mi Señor! ¿Acaso no soy sino un ser humano enviado como Mensajero? Cuando los Mensajeros se presentaron ante sus pueblos, la mayoría no les creyeron y argumentaron: ¿Acaso es posible que Al-lah Énvíe a un ser humano como Mensajero? Diles: Si hubiera habido en la Tierra Ángeles que la habitaran, entonces sí les Habríamos enviado del cielo un Ángel como Mensajero. Diles: Al-lah És suficiente como testigo de mi veracidad. &Éacute;l Éstá bien informado sobre Sus siervos y les Observa.} [Corán 17:90-96]  
{Si existiera un libro revelado que pudiera mover las montañas, abrir la tierra, o hacer hablar a los muertos ése sería el Corán. Todos los asuntos dependen del Decreto de Al-lah. Acaso no saben los creyentes que si Al-lah Quisiera guiaría a todos los hombres. Y los incrédulos seguirán padeciendo calamidades que azotarán a su territorio y a sus alrededores por su incredulidad, hasta que les llegue el castigo con el que Al-lah les Ha amenazado. Al-lah no Quebrantará su promesa.}[Corán 13:31] 
La razón de no responder a sus peticiones consiste en que ellos no pidieron los milagros seriamente para ser guiados, sino que terca y burlescamente. Al-lah, Glorificado Sea, Supo bien que si ellos hubieran visto lo que pidieron, nunca creerían y persistirían desorientados en su extravío y desvío. Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {Y [los incrédulos de La Meca] juraron seriamente por Al-lah que de llegarle uno de los signos [que pidieron] creerían. Diles: Sólo Al-lah Dispone de los signos. Y ¿qué os hace pensar [¡Oh, creyentes!] que aún cuando les llegara [el signo que pedían] creerían? Y sellamos sus corazones y sus ojos como la primera vez, cuando no creyeron, y les dejamos desorientados en su extravío. Aunque les hubiésemos enviado los Ángeles o hecho que los muertos les hablasen, o hubiésemos reunido todas las cosas enfrente de ellos [como lo que pidieron] no habrían creído, a menos que Al-lah lo Hubiera querido. Sin embargo la mayoría de ellos lo ignoran.} [Corán 6:109-111]
Por lo tanto, la Sabiduría y la Misericordia divinas implicaron no realizar lo que pidieron los incrédulos, pues la Norma de Al-lah es que si una gente pide unos signos para creer y luego no cree, Al-lah, Glorificado Sea, la Castiga por medio de extinguirla de la tierra, como Hizo con la gente de ‘Ad, Zamud y Faraón. 
Lo que más indica que esta gente era terca y burlona, y que no era seria es que tuvieron el Corán que es uno de los signos y una señal evidente. Por eso, cuando pidieron lo que querían, Al-lah, Glorificado Sea, Dice (lo que se interpreta así en español) como respuesta a ellos: {Dijeron [los incrédulos]: ¿Por qué no le han sido concedidos signos milagrosos provenientes de su Señor? Diles [¡Oh, Muhammad!]: Al-lah És Quien Dispone de los signos, y yo sólo debo advertiros claramente. ¿Acaso no les basta que te hayamos revelado el Libro que se les recita? Por cierto que en él hay misericordia y exhortación para quienes creen. Di: Al-lah És Testigo suficiente entre nosotros; Conoce cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Quienes sigan lo falso y no crean en Al-lah serán quienes pierdan.}[Corán 29:50-52].
‘Abdul-lah ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, mencionó una narración cuyo contenido es: Quraish dijo al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam: ''Pide a tu Señor que Convierta el monte de As-Safa en un monte de oro, pues si lo Hace, vamos a creer''. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, les dijo: "¿Vais a creer?" Éllos dijeron: ''Sí''. Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le suplicó, Yibril (Gabriel), la paz sea con él, vino al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le dijo: ''Al-lah, Glorificado Sea, te Da los saludos y te Dice que si quieres, Va a convertirles este monte en oro, pero quien no creerá después de eso, le Castigará como no Ha castigado a nadie. Y si quieres, les Abrirá las puertas del arrepentimiento y la misericordia''. Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "La puerta del arrepentimiento y de la misericordia" Éntonces, Al-lah, Glorificado Sea, Reveló la aleya en que Dice (lo que se interpreta así en español): {No os Énviamos los signos que pedís porque los desmentiríais y os Castigaríamos, como lo Hicimos con los pueblos que os precedieron. Al pueblo de Zamud le Énviamos la camella como un milagro evidente, pero fueron inicuos [y la mataron]. Les Énviamos los milagros para atemorizarles [del castigo que sufrirían si no creían].}[Corán 17:59]"
Él fin de los jefes de Quraish con tales peticiones era hacer estallar una guerra mediática contra Ad-Da‘wah y los divulgadores y conspirar contra la verdad, para que las tribus árabes se apartaran del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Éllos sabían que pedían cosas que no tenían que ver con la naturaleza de esta Da‘wah, sin embargo, insistían en pedirlas. Además, declararon que si esto se hubiera realizado, no creerían en esta Da‘wah. Todo esto era un intento por su parte para mostrar la incapacidad del Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tomando esto como medio para impedir que la gente le siga.

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