Él desacuerdo acerca del botín conseguido en Bader (Parte 2)

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Las aleyas no mencionaron reproche, sino que mencionaron la realidad, y mencionar la realidad es más efectivo que cualquier reproche. 

Los Sahabah, que Al-lah esté complacido con ellos, aceptaron esta orientación divina. Las aleyas reveladas mostraron al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, qué tenía que hacer con el botín. Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea y a Su Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le Énseñó cómo se divide este botín.
 
Al-lah Dice (lo que se interpreta así en español): {Sabed que un quinto del botín de guerra que logréis Le corresponde a Al-lah, al Mensajero, sus familiares, los huérfanos, los pobres y los viajeros insolventes, [y el resto a los combatientes]; si es que creéis en Al-lah y en lo que le revelamos a Nuestro siervo el día que se evidenció la verdad de la falsedad [el día de la batalla de Badr ]: el día que se enfrentaron los dos bandos [los creyentes y lo incrédulos]; y Al-lah Tiene poder sobre todas las cosas.} [Corán 8:41].
 
Ésto ocurrió después de que sus corazones se purificaron de la confusión y tuvieron intención sincera respecto a la obediencia hacia Al-lah Quien Sabe lo oculto. Luego se pusieron las aleyas en práctica, así que ellos cumplieron con el sometimiento sincero hacia Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea.
 
Éste veredicto dice claramente que los cuatro quintos del botín, que los musulmanes lograron, se dividen entre ellos y que el quinto que queda es para Al-lah y Su Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam. También este ultimo quinto dedicado a Al-lah Glorificado y Énaltecido Sea y a Su Mensajero se devuelve también a ellos y se divide entre los lados mencionados, como fue autorizado en la Sunnah.
 
La orientación educativa en posponer la respuesta de la pregunta acerca del botín, indica que los juicios de la Shari‘ah se deben plantear después de preparar para ellos el ambiente psicológico y espiritual adecuado, para que ocupen su lugar adecuado en la mente y la conciencia.
 
De esta forma Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea, Alejó a sus siervos musulmanes de depender del otro en primer lugar y del botín en segundo lugar. Para que sean de los siervos sinceros que merecen Su auxilio y Su bendición Glorificado Sea.
 
Cuando se entregaron solamente al Creador y tuvieron una intención sincera en Al Yihad, Al-lah les Glorificó Dándoles el auxilio presentado por Su parte y les Otorgó más de lo que esperaban de Su gracia.
 
Fue narrado bajo la autoridad de Abdul-lah ibn ‘Amr, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Él Profeta sallallahu ‘alayhi wa sallam, salió en el día de Gazwat Badr con trescientos quince hombres de sus Sahabah, cuando llegó al lugar del combate dijo: ¡Oh Al-lah están hambrientos, hazles sentir saciedad! ¡Oh Al-lah están caminando descalzos, hazles tener algo para montar! ¡Oh Al-lah están desnudos, dales vestimenta! Así que Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea, les Hizo victoriosos en el día de Badr. Y todos volvieron llevando una o dos monturas, obtuvieron ropa y comieron hasta que quedaron saciados.” [Sunan Abu Dawud] [Al Albani: Hasan].
 
Por la justicia del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en la división del botín, es que dio de este botín a quienes no estaban presentes por su orden cumpliendo con unos encargos que él les hizo. Así que les dio su parte del botín y tenían la recompensa de Al Yihad, por lo tanto eran como quienes estaban presentes en el combate.
 
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tomaba en consideración las circunstancias de los soldados que a veces les impedían participar en el combate, porque Al-lah, Glorificado y Énaltecido Sea, no Impone a nadie sino en la medida de su capacidad, Al-lah Dice (lo que se interpreta así en español):
{Al-lah no Éxige a nadie por encima de sus posibilidades.} [Corán 2:286].
 
Por eso el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no imponía a los musulmanes cosas por encima de sus capacidades, sea eso en el tiempo de la paz o de la guerra.
 
Én Gazwat Badr, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, eximió a algunos Sahabah, que Al-lah se Complazca de ellos, porque sus circunstancias requerían que se encargaran de sus familias.
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, eximió a ‘Üzman, que Al-lah esté complacido con él, de salir en Gazwat Badr, porque su esposa Ruqaiiah, que Al-lah esté complacido con ella, estaba enferma y necesitaba quien la cuidara.
 
Fue narrado que ‘Abdul-lah ibn ‘Ümar, que Al-lah esté complacido con él, habló acerca del motivo de la ausencia de ‘Üzman, que Al-lah esté complacido con él, de Gazwaht Badr; dijo: "... respecto a su ausencia de Gazwat Badr, eso fue porque su esposa, la hija del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, estaba enferma, así que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: "tendrás la misma recompensa de quien estaba presente en Badr y tendrás tu parte del botín" [Al Bujari].
 
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, ordenó a Ümamah quedarse junto con su madre, ya que ella estaba enferma y necesitaba su ayuda.
Fue narrado bajo la autoridad de Abu Ümamah ibn Za‘labah, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta sallallahu ‘alayhi wa sallam, les informó acerca de la salida hacia Badr, así que Abu Ümamah, que Al-lah esté complacido con él, decidió irse con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pero su tío materno Abu Burdah, que Al-lah esté complacido con él, le dijo: ¡Sobrino! Quédate con tu madre. Así que Abu Ümamah, que Al-lah esté complacido con él, le respondió: ¡Quédate con tu hermana!
Luego mencionaron esto al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Por lo tanto el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam ordenó a Abu Ümamah quedarse con su madre y salió con Abu Burdah, que Al-lah esté complacido con él.
 
Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, volvió del combate, se enteró de que la madre de Ümamah, que Al-lah esté complacido con él, había muerto, así que rezó la oración fúnebre por ella.
 
Éstos valores morales sublimes y la consideración por los sentimientos de los soldados y sus condiciones familiares, resultan en una unión entre los lideres y los soldados y están incluidos en el arte de gobernar y comandar, algo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, practicaba en su expresión más alta.
 
Había entre los Sahabah, que Al-lah se Complazca de ellos, quienes tenían misiones especiales o quienes se quedaron heridos durante el camino, así que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, los hizo volver; entre ellos estaban:
 
1-Abu Lubabah, que Al-lah esté complacido con él: Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le encargó la responsabilidad de cuidar Medina durante su ausencia.
 
2-‘Asim ibn ‘Adi, que Al-lah esté complacido con él: Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo mandó en una misión a la gente de Al ‘Aliah en la ciudad de Medina.
 
3-Al Hariz ibn Hatib: Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo mandó en una misión al clan de ‘Amr ibn ‘Awf.
 
4-Al Hariz Ibn As-Simmah: Se cayó mientras caminaba y se lastimó, por lo tanto el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo devolvió de regreso.
 
5-Jawwat ibn Yubair, que Al-lah esté complacido con él: Se golpeó durante el camino con una piedra en su pierna, así que se devolvió desde As-Safra’.
 
También el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, daba a los herederos de los mártires y a sus familias su parte del botín.
 
Así que el Islam tomó la iniciativa antes de todos respecto a honrar a los mártires y cuidar a sus hijos y sus familias, desde hace catorce siglos.
 

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