Batalla Banu Qainuqa‘ (Parte 2)

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 1.       Las aleyas que se revelaron acerca de la alianza de Ibn Salul con los judíos y la disociación de ‘Übadah ibn As-Samit, que Al-lah esté complacido con él, de ellos

 Al-lah Dice (lo que se interpreta así en español): {¡Oh, creyentes! No toméis a los judíos ni a los cristianos por aliados. Éllos son aliados unos de otros. Y quien de vosotros se alíe con ellos será uno de ellos. Al-lah no Guía a los inicuos. Y verás que quienes tienen una enfermedad en sus corazones [la duda] van corriendo a ellos y les dicen: Tememos que nos sorprenda un revés. Pero puede que Al-lah os Haya deparado la victoria o algún otro Decreto Suyo, y entonces tengan que arrepentirse de lo que creían. Los creyentes dirán: ¿Son éstos quienes juraron solemnemente por Al-lah que estaban con vosotros? Sus obras habrán sido en vano y se contarán entre los perdedores. ¡Oh, creyentes! Si algunos de vosotros reniegan de su religión, Al-lah les Sustituirá por otros a quienes Amará y ellos Le amarán, y que serán compasivos con los creyentes, severos con los incrédulos, y combatirán por la causa de Al-lah sin temer algún reproche. &Éacute;sta es la Gracia de Al-lah que Concede a quien &Éacute;l quiere; y Allah És Vasto, Omnisciente. Vuestros aliados son sólo Al-lah, Su Mensajero y los creyentes que hacen la oración prescrita, pagan Az-Zakat y se inclinan [en la oración]. Y quienes tomen por aliados a Al-lah, a Su Mensajero y a los creyentes, [sepan que] quienes están con Al-lah serán los vencedores.} [Corán 5:51-56].
Ibn ‘Atiah, que Al-lah le dé Su perdón, dijo acerca de estas aleyas: Cuando la batalla de Badr terminó y ocurrió el asunto de Banu Qainuqa‘, el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quiso matarlos a todos pero ‘Abdul-lah ibn Übai ibn Salul era su aliado y ‘Übadah ibn As-Samit, que Al-lah esté complacido con él, también era de sus aliados como ‘Abdul-lah.
Cuando ‘Übadah, que Al-lah esté complacido con él, notó la intención del Mensajero de Al-lah y la lucha de los judíos contra Al-lah y Su Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue a él y le dijo: ¡Oh Mensajero de Al-lah! Me absuelvo de la alianza de los judíos y de su lealtad y solamente dirijo mi lealtad a Al-lah y a Su Mensajero”. Al contrario, ‘Abdul-lah ibn Übai dijo: “Y yo no me libro de ser leal a los judíos ya que los necesito, soy un hombre que teme las malas consecuencias de los asuntos”.
La diferencia está clara entre Ibn Salul quien se ahogó en la hipocresía y persistió en ella y ‘Übadah ibn As-Samit, que Al-lah esté complacido con él, quien se educó según el método profético, y así su alma y su corazón se purificaron de las maldades, su fe se fortaleció y su mente se iluminó, deshaciéndose de las huellas del fanatismo de Al Yahiliiah, los deseos y los intereses personales, prefiriendo el interés del Islam antes de cualquier otro. Así, era un ejemplo vivo del musulmán sincero y fiel a su creencia.
 

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