1- Algunas de las metas de As-Saraia (misiones militares)
Cuando estudiamos As-Saraia y al Gazawat que el Mensajero, sallalalhu ‘alayhi wa sallam, dirigió, con precisión, profundidad y análisis, entenderemos algunas de sus enseñanzas, ejemplos y consejos. Si reflexionamos sobre el movimiento de As-Saraia antes de Badr, encontramos que todos sus individuos son de Al Muhayirun, sin que haya nadie de Al Ansar. Ibn Sa‘d, que Al-lah le dé Su perdón, dijo: "Según el consenso de los ulemas, todos eran de Al Muhayirun". Y el Mensajero de Al-lah, sallalalhu ‘alayhi wa sallam, nunca envió a nadie de Al Ansar hasta la batalla de Badr; lo que se considera un asunto bien estudiado con los siguientes objetivos:
Fortalecer la identidad de Al Muhayirun en sus almas primero.
Fortalecerla a nivel exterior.
Debilitar la economía de Quraish y sitiarla.
Recuperar algunas de sus bienes robados por Quraish.
Debilitar a Quraish militarmente.
Éntrenar a los Sahabah para ser hábiles en los artes del combate.
Vigilar los movimientos de Quraish
Atemorizar al enemigo que estaba dentro de Medina y alrededor de ella.
Éxaminar el poder del enemigo.
Así, estas Saraia cumplieron con sus metas, y las más importantes son:
A- Éxtender el respeto al Éstado islámico dentro y fuera de Medina:
Éstas Saraia y Gazawat pudieron llamar la atención de los enemigos de la Da‘wah y del Éstado islámico hacia el poder de los musulmanes y su capacidad de frustrar cualquier ataque, ya sea del interior o del exterior, para que nadie piense en atacar al Éstado islámico, cuyo ejército no se paraba ni por la noche, ni por la mañana. Ésto atemorizó a los judíos y a las tribus paganas que estaban alrededor de Medina, e hizo a todos pensar miles de veces antes de tener la idea de conquistar Medina o auxiliar a alguno de sus enemigos contra los musulmanes. Éstá claro el aumento continuo de los números de los soldados de estas Gazawat y Saraiah, y su llegada sucesiva sin ninguna interrupción; pues al volver una Sariah o Gazwah, la otra había salido para cumplir con la misma meta; que es frustrar los intereses económicos de Quraish, y cortar las rutas de su comercio; especialmente, las que conducían a las tierras de Sham, lo que impuso a Quraish aumentar el número de los guardianes de sus caravanas, y alzar los precios de sus artículos; además del temor que tanto los hombres de las caravanas de Quraish como los ricos de la Meca sufrieron.
B- Ganarse el apoyo de algunas tribus y limitar el papel de los beduinos:
Él Mensajero de Al-lah, sallalahu ‘alayhi wa sallam, hizo un tratado de paz con la tribu de Yuhainah, e hizo una alianza con ella; y también, con otras tribus que estaban en esta región, para ser neutrales en cuanto al conflicto entre la Meca y Medina, y esforzarse para ganarse su apoyo en esta lucha: "Porque, originalmente, estas tribus se inclinaban hacia Quarish, y cooperaban con ella, pues había alianzas históricas entre sí, y Quraish trataba de aprovecharse de esto para asegurar su comercio con Ash-Sham y Yemen.
Después de que algunas tribus hicieran tratados con el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llegaron a ser un peligro en cuanto al comercio de Quraish, y así, los musulmanes llegaron a ser los señores de la región.
Él Profeta, sallalalhu ‘alayhi wa sallam, limitó el accionar de los beduinos, para que no estén acechando en los senderos del comercio; pues los beduinos se consideraban una gran fuerza que amenazaba a las caravanas comerciales; y quien pasaba por los caminos que ellos dominaban, debía pagarles. Cuando el Éstado islámico se estableció, no ganaron nada de ello, por eso, intentaron atacarlo, encabezados por Karz Al Fihri; pero encontró que el Mensajero de Al-lah, sallalalhu ‘alayhi wa sallam, le perseguía hacia Safwan (una región cerca de Badr, a una distancia de 150 Km. de Medina). Los autores de Sirah lo llamaron "Gazwat Badr la menor". Ésta Gazwah se considera una lección para todos los beduinos, y nadie de ellos pensó en atacar Medina después. Por consiguiente; la Ümmah islámica no pagó a los bandoleros, sino que les obligó a retirarse y a establecer tratados con los musulmanes, y así, los musulmanes se pusieron a salvo de su maldad.
C- La relación de estas Saraia con el movimiento de las conquistas islámicas:
As-Saraia continuaron, como ejercicios militares de la movilización, y maniobras vivas por parte de los soldados del Islam. Ésta actividad continua era sucesiva por parte de los primeros soldados del Islam, lo que indica indudablemente que el Éstado islámico en Medina, encabezado por su líder, el Profeta, sallallalhu ‘alayhi wa sallam, era como el panal de abejas, que no se tranquiliza ni descansa. Él que reflexiona en Al Gazawat y As-Saraia en el periodo del Mensajero de Al-lah, sallalalhu ‘alayhi wa sallam, observa que los Sahabah, que Al-lah esté complacido con ellos, cuidaban de participar como líderes y soldados; pues el Mensajero, sallalallahu ‘alayhi wa sallam, los preparaba para establecer los pilares del Éstado y para estar listo para las conquistas previstas; de las que el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, les albriciaba a sus Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, de vez en cuando, en la guerra, la paz, el terror y la seguridad.
Cuando investigamos a los líderes y los soldados de estas Saraia, observamos nombres brillantes que destacarían en la historia de la conquista islámica más tarde; como el líder de las conquistas de Ash-Sham, el confidente de la Ümmah (Abu ‘Übaidah ibn Al Yarrah), el líder de Al Qadisiiah (Sa‘d ibn Abi Waqqas), el conquistador de Al Mada’in, y la espada fuerte de Al-lah (Jalid ibn Al Walid), quien venció a los romanos en Al Iarmuk, ‘Amr ibn Al ‘As, el conquistador de Égipto y Libia, y otros, que Al-lah esté complacido con ellos. Pues luego, Jalid y ‘Amr, que Al-lah esté complacido con ellos, participaron en los movimientos de As-Saraia y eran los líderes de algunas de ellas. As-Saraia y Al Gazawat, que el Mensajero, sallalalhu ‘alayhi wa sallam, supervisó personalmente durante su vida, se consideraban una práctica viva, más bien, se consideraban cursos para los líderes que conquistaron todo el mundo después.
Lecciones sobre la legislación del Yihad (Parte 1)
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