Cómo previno el Profeta Muhammad el problema de la violencia y el terrorismo (Parte 2)

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Las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no eran meras palabras, antes de decir algo él lo aplicaba, lo daba a conocer con su propio ejemplo. Éncontramos la puesta en práctica de la bondad en todos y cada uno de sus asuntos, y el trato hacia los demás, así fueran sus enemigos. ‘Ai’shah, que Al-lah Ésté complacido con ella, dijo: “Ün grupo de judíos vino al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y lo saludaron diciendo: ‘Assamu ‘Alaikum (que la muerte sea contigo)’ [lo hicieron burlándose del saludo de paz del Islam y para desearle irónicamente el mal al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam]. Como entendí el mensaje y su intención (continúa ‘Ai’shah), les respondí: ‘Y que Assamu sea con ustedes, además de la maldición’. Éntonces, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: ‘Cálmate ‘Ai’shah, Al-lah Ama la gentileza, la bondad y el buen trato en todos los asuntos y situaciones’”. [Bujari y Muslim] 

Él Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, inculcó en sus Sahabah, que Al-lah Ésté complacido con todos ellos, y en los musulmanes en general, el ser misericordiosos con quienes cometen equivocaciones y errores, y ser pacientes con ellos. Ésta característica, la misericordia en el trato hacia los demás, hace que la severidad, la agresividad, la violencia y el terrorismo desaparezcan por completo de nuestro entorno. La aplicación de las normas por parte del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, como una forma de enseñanza siempre fue la regla; en su biografía encontramos un sinnúmero de ejemplos que determinan su compasión, misericordia, bondad, gentileza y paciencia con la gente. Anas ibn Malik, que Al-lah Ésté complacido con él, nos relató: “Éstábamos en la mezquita con el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, cuando llegó un árabe del desierto y orinó en la mezquita. Éntonces, los Sahabah, enfurecidos, dijeron: ‘¡Detente!, ¡detente!’ Y el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: ‘No lo interrumpan, déjenlo que termine de orinar’. Y lo dejaron hasta que terminó de orinar. Luego el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, lo llamó y le dijo: ‘Ciertamente estas mezquitas no son para orinar o para la suciedad, sino que son para recordar a Al-lah, Poderoso y Majestuoso, para la oración y para recitar el Corán’, o como dijera el Mensajero de Al-lah. Y luego ordenó que se vertiera un balde de agua sobre la orina para limpiar y purificar el lugar”. [Bujari y Muslim] Én el anterior suceso vemos cómo el propio Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solucionó el problema e impidió que sus Sahabah actuaran bruscamente. Él hombre era un beduino, es decir, era ignorante además de tosco. Así que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, impidió que se le hiciera un mal, pues es sabido medicamente que interrumpir la orina o aguantarla es perjudicial para la salud, además, les dio una lección de amabilidad y buen trato a todos, y se ganó el corazón de una persona tosca y ruda. 
Otro valor, entre tantos, que no podía faltar es la moderación, virtud que aleja al musulmán del fanatismo y el extremismo en la religión. Al respecto, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “La religión es fácil. Quien se exige demasiado a sí mismo no la podrá soportar. No sean extremistas y traten de acercarse a la perfección. Albríciense con la recompensa que recibirán y fortifíquense con la oración por la mañana, por la tarde y con la oración nocturna”. [Bujari] 
No podemos dejar de lado la justicia en el trato hacia los demás, característica que nos aleja de la tiranía y la opresión en contra de los demás, lo que le asegura a la sociedad la tranquilidad y la paz. ‘Abdul-lah ibn ‘Amru Ibn Al ‘As, que Al-lah Ésté complacido con él, narró: “Ün hombre le preguntó al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam: ‘¿Cuál es el mejor de los musulmanes?’ Contestó: ‘Aquél de cuya lengua y mano están a salvo los musulmanes’”. [Muslim] 
Él Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no se limitó únicamente a enseñar y dar buenos ejemplos para prevenir este problema. Además, estableció y dio una serie de órdenes directas en las que se prohíbe el maltrato y la violencia. Én cuanto a las mujeres, encontramos que dijo: “No golpeen a las siervas de Al-lah”; y: “Muchas mujeres vinieron a donde la familia de Muhammad y se quejaron del maltrato que reciben de sus esposos. Éstos hombres son los peores”. [Abu Dawud] Én cuanto a los criados y trabajadores, le dijo a Abu Mas’ud, que Al-lah Ésté complacido con él, cuando lo vio golpeando a uno de sus sirvientes: “Ciertamente Al-lah Tiene más poder sobre ti que el que tú tienes sobre este siervo”, y jamás volvió a golpear a uno de sus sirvientes.

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