Antes de todo, ¿alguna vez, estando a solas, has analizado y evaluado las cosas has dicho o hecho? ¿Alguna vez has tratado de contabilizar tus malas acciones del mismo modo que lo haces con tus buenas acciones? ¿Alguna vez has pensado en cómo rendirás cuentas antes Al-lah, el Todopoderoso, cargando contigo esa enorme cantidad de pecados? ¿Cómo puedes abandonarte a un estado que es tan peligroso de manejar?
Dice Al-lah, el Todopoderoso (lo que se interpreta en español):
{¡Oh, creyentes! Temed a Al-lah, y que cada alma considere cuánto ha realizado para [el Juicio de] mañana. Temed a Al-lah, porque Al-lah Éstá bien Informado de cuánto hacéis. No seáis como quienes se olvidaron de Al-lah [y Lo desobedecieron] por lo que &Éacute;l Hizo que se olvidasen de sí mismos [y no realizaran obras piadosas]. Éstos son los descarriados.} [Corán 59:18-19]
{Arrepentíos ante vuestro Señor y someteos a &Éacute;l, antes de que os sorprenda el castigo, y entonces no seáis socorridos.} [Corán 39:54]
Omar ibn Al Jattab, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Pídanse cuentas a sí mismos antes de que sean llamado a rendir cuentas, y evalúense a sí mismos antes de que sean evaluados, ya que rendirse cuentas a sí mismos hoy hace que sea más fácil mañana, cuando sean llamados a rendir cuentas, y que sean adornados con una apariencia grandiosa: aquel Día serán llevados a Juicio, y ninguno de sus secretos quedará escondido”.
Évidencias sobre la importancia de la autorrendición de cuentas
1. Omar ibn Al Jattab, que Al-lah Ésté complacido con él, escribió a uno de sus gobernadores designados diciendo: “Pídanse cuentas a ustedes mismos cuando están en la dicha, antes de la rendición de cuentas de aquel Día severo, porque quien se rinde cuentas a sí mismo mientras está en la dicha ganará la complacencia de Al-lah y alcanzará la felicidad; y quien permite que su vida y sus deseos ocupen toda su atención y esto haga que sea negligente, será un perdedor arrepentido”.
2. Al Hasan, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Él adorador estará en una posición segura mientras en tanto que se mantenga aconsejándose a sí mismo y continuamente pida cuentas a su alma”.
Maimun ibn Mihran, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Ün siervo no será piadoso hasta que se rinda cuentas a sí mismo más severamente de lo que un hombre hace con su socio de negocios; es por eso que se dijo que el alma es como un socio que no es confiable, al que, si lo llamas a rendir cuentas, huirá con tu capital”. Él Imam Ahmad, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, narró que Wahb, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Éstá escrito en la sabiduría de la familia de Dawud (David) que una persona inteligente no debe ser negligente en cuatro tiempos: un tiempo para suplicar a su Señor, un tiempo para rendirse cuentas a sí mismo, un tiempo con sus verdaderos amigos quienes le informan sobre sus errores, y un tiempo en el que está a solas consigo mismo y sus deseos lícitos, ya que este tiempo lo ayudará a través de los otros tiempos y reconfortará su corazón”. Al Hasan Al Basri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Él verdadero creyente es un guardián de sí mismo y continuamente llama a su alma a rendir cuentas por la causa de Al-lah. La rendición de cuentas del Día de la Resurrección sólo será fácil para aquellos que continuamente llaman a sus propias almas a rendir cuentas en la vida de este mundo. La rendición de cuentas del Día de la Resurrección sólo será difícil para aquellos que viven la vida de este mundo sin examinar nunca sus conciencias ni rendirse cuentas a sí mismos”. Ibn Abi Mulaikah, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “He conocido a treinta compañeros del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y cada uno de ellos temía poder ser afectado por la hipocresía, y ninguno de ellos decía que su fe era como la de Yibril o Mika’il”. Él Imam Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Quien contempla las circunstancias de los Compañeros del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, los encontrará haciendo muchas buenas obras con mucho temor, mientas que nosotros nos quedamos cortos en hacer buenas obras o incluso somos negligentes al respecto, y al mismo tiempo nos sentimos seguros (a salvo del castigo)”. Ésto es lo que Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo sobre sí mismo y el tiempo en el que vivió; entonces, ¡qué podemos decir acerca de nosotros mismos y del tiempo en que estamos viviendo!
Categorías de la autorrendición de cuentas
La rendición de cuentas es de dos clases, y ellas son las siguientes:
1. La primera clase: La autoexaminación antes de iniciar cualquier acción. És decir, que la persona debe examinar toda idea que viene a su mente y no tomar ninguna acción hasta que considere lo que es más conveniente, si llevarla a cabo o desecharla. Al Hasan, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Que Al-lah, el Todopoderoso, Sea Misericordioso con aquel que examina bien todo asunto y luego (decide) si es por la causa de Al-lah, el Todopoderoso, lo ejecuta; y si no, lo pasa por alto”.
2. La segunda clase: La autoexaminación después de realizar cualquier acción, y existen tres tipo de esto:
- La persona debe llamar a su alma a rendir cuentas y reprocharle por su negligencia en los actos de adoración a Al-lah, el Todopoderoso, por no haberlos realizado apropiadamente.
- La persona debe llamar a su alma a rendir cuentas por toda acción que realizó y que habría sido mejor para ella no haberla realizado.
- La persona debe dar una mirada crítica a todo acto permitido o habitual que haya realizado y preguntarse a sí misma por qué lo hizo. ¿Lo hizo por la causa de Al-lah, Glorificado sea, y la otra vida? Si es así, será recompensada grandemente. Pero si lo hizo por este mundo y disfrutes superficiales, entonces se perderá muchas y grandiosas recompensas.
Ríndete cuentas a ti mismo antes de que seas llamado a rendir cuentas (Parte 2)