Fue narrado que el Imam Malik, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, se despedía de sus amigos luego haber completado sus lecciones sobre el conocimiento, con el fin de poder contemplar la vida de los Compañeros del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y estudiar los libros que los mencionan y leer sus historias, para así poder seguir sus pasos y e imitar sus ejemplos de la mejor manera posible. A pesar de que él no estuvo destinado a vivir con ellos, sus biografías fueron su provisión a través de su viaje por esta vida.
És de gran importancia mientas que nos encontramos en el espacioso oasis del mes de Ramadán el observar cuidadosamente la vida de los Compañeros y nuestros virtuosos predecesores, que Al-lah esté complacido con todos ellos. Debemos estudiar sus exitosos estilos de vida durante el bendito mes de Ramadán para que ellos sean nuestra guía y ejemplo ideal a seguir a lo largo de este sagrado mes. A continuación veremos lo que ellos solían hacer para prepararse para la llegada de Ramadán y para aprovecharlo de la mejor manera:
Invocaban a Al-lah, el Todopoderoso, para que les permitiera vivir hasta el siguiente Ramadán
Mu‘al-la ibn Al Fadhl, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Los Compañeros del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solían suplicar a Al-lah, el Todopoderoso, con seis meses de anticipación para que Prolongara sus vidas hasta la llegada de Ramadán. Luego solían suplicar por seis meses (después de eso) para que Aceptar las buenas obras que habían realizado en él”. Yahia ibn Abi Kazir, que Al-lah lo tengan en Su misericordia, dijo: “Éntre sus súplicas estaba: ‘Oh, Al-lah, Éntrégame a Ramadán y Éntrega a Ramadán a mí y Acéptalo de mí”.
Llamaban a Ramadán “Al Mutahhir” (el Purificador)
Fue narrado que Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, solía decir ante la llegada del mes de Ramadán: “¡Bienvenido a aquél que nos purifica de nuestros pecados!”
Buscaban el perdón de forma persistente
Fue narrado que ‘Abdul-lah ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él, solía hacer este Du’a’ (súplica) al romper su ayuno: “Al-lahumma inni as’aluka birahmatika al-lati wasi‘at kul-la shai’in an taghfira li” (Oh Al-lah, Te pido por Tu misericordia que abarca todas las cosas, que me Perdones).
Prestaban especial atención a la recitación del Sagrado Corán
Ibn Rayab, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Fátima, que Al-lah esté complacido con ella, narró que su padre, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le dijo que Yibril (Gabriel) repasaría el Corán con él una vez cada año, y en el año de su muerte lo repasó con él dos veces”. [Al Bujari y Muslim] Y dice el hadiz de Ibn ‘Abbas que este proceso fue realizado por la noche. [Al Bujari y Muslim]
Por consiguiente, esto indica que es recomendable recitar más el Sagrado Corán durante las noches de Ramadán. La razón de esto es que durante la noche hay menos distracciones, por lo que uno tiene más fuerza y voluntad y el corazón y la lengua se concentran más en la reflexión, como Al-lah, el Todopoderoso, dice (lo que se interpreta en español): {Por cierto que si te levantas a orar avanzada la noche encontrarás mayor quietud y podrás concentrarte mejor.} [Corán 73:6] Además, Ramadán tiene una relación especial con el Sagrado Corán, como Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta en español): {Én el mes de Ramadán fue revelado el Corán como guía para la humanidad y evidencia de la guía y el criterio…} [Corán 2:185]
‘Üzman ibn ‘Affan, que Al-lah esté complacido con él, solía recitar entero el Sagrado Corán una vez por día. Algunos de los Compañeros, que Al-lah esté complacido con todos ellos, lo hacían cada siete días en el Tarawih (oración nocturna durante Ramadán). Fue narrado que ‘Imran ibn Hudair dijo: “Abu Miylaz solía dirigir la oración nocturna en el vecindario durante el mes de Ramadán, completando la recitación de todo Corán cada siete días”.
Algunos de nuestros virtuosos predecesores solían completarlo cada tres noches, mientras rezaban durante las noches de Ramadán; otros en siete noches; y otros cada diez noches.
Qatadah, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, solía completarlo cada siete días, cada tres días durante el Sagrado mes de Ramadán, y cada noche durante los último diez días de este sagrado mes.