Perlas de la Ciencia de la Sunnah
{Ni habla de acuerdo a sus pasiones. &Éacute;l solo trasmite lo que le ha sido revelado.}
[Corán 53:3-4]
La historia de la Sunnah
La era de los Compañeros y sus Seguidores - V
5. Memorización del Hadiz
Hemos aprendido del anterior artículo que los musulmanes –una generación después de la otra– hicieron todo lo humanamente posible para preservar los textos del Corán y de la Sunnah exactamente como los recibieron del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Además del esfuerzo extra que hicieron para desarrollar la metodología que vamos analizar en este parte de la historia de la Sunnah, los Compañeros, que Al-lah Ésté complacido con todos ellos, se beneficiaron con un talento que llegó de forma natural a ellos, uno talento verdaderamente adecuado para el verdadero propósito de esa metodología: la transmisión verbal de la Sunnah. Ésta cualidad única de los Compañeros, que Al-llah Ésté complacido con todos ellos era que disfrutaban de memorias poderosas. Éra fácil para cualquiera de ellos memorizar varios hadices y preservarlos en su integridad por mucho tiempo.
Ésta cualidad no era específica solo de los Compañeros, que Al-lah Ésté complacido con todos ellos, sino que era un rasgo común a toda la sociedad árabe en su conjunto. Muchos estudiosos –tanto musulmanes como no musulmanes– han establecido el hecho de que los árabes de esa época eran maestros del idioma, y su sociedad tenía una tradición oral fuertemente enraizada. Por ejemplo, se reporta que el famoso narrador y poeta, Hammad, había memorizado por lo menos cien poemas largos por cada letra del alfabeto árabe. Ésto es más de 2 800 piezas de poesía. La memoria poderosa era una fuente de orgullo para ellos y tenían más confianza en esta que en la escritura, pues creían que la escritura podía ser falsificada. Algunos incluso llevaban este orgullo hasta niveles extremos, no escribían nada por temor a que eso fuera tomado como señal de una mala memoria.
Obviamente, los Compañeros, que Al-lah Ésté complacido con todos ellos, que tenían más pasión por preservar la Sunnah que la poesía y la literatura, usaban esta potente cualidad para proteger y mantener la Sunna. Él Imam Ad-Damiri, que Al-lah Tenga misericordia de él, narró en su Sunnah que el Compañero Abu Hurairah, que Al-lah Ésté complacido con él, dijo: “Yo solía dividir la noche en tres partes. Én la primera hacía el Salah, en la segunda dormía y en la tercera la pasaba memorizando hadices”. Én realidad, todos los Compañeros, que Al-lah Ésté complacido con todos ellos, consideraban esto un honor y una bendición, porque eran animados a hacerlo por las palabras del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Que Al-lah ilumine a quienquiera que escuche lo que yo digo y lo memorice hasta que sea capaz de transmitirlo a otro. Tal vez la persona que lo escuche de él pueda tener un mejor entendimiento que él”. [Tirmidhi]
Por otro lado, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, también enseñó a los Compañeros, que Al-lah Ésté complacido con todos ellos, dos aspectos que aportan el balance necesario al uso de la memorización para transmitir sus hadices, a saber, la importancia de la escritura y la necesidad de ser moderado en todos los asuntos. Éste hecho, como ya ha sido explicado y como será discutido más a fondo próximamente, vino a complementar sus esfuerzos para establecer una metodología racional y bien estructurada.
Él fenómeno del "Poder de la Memoria" continuó siendo una característica general de la sociedad árabe durante los siglos tercero y cuarto de la Hégira, tiempo en el cual toda la Sunnah fue coleccionada en libros y registros. Pero la disminución de su prevalencia en la sociedad a medida que pasaba el tiempo, no minimizó el rol que la memoria jugaba en la preservación de la Sunnah. “Él poder de la memoria” o Dabt –la habilidad para la narración, como llegó a ser conocida más tarde– se convirtió en una parte esencial de los parámetros utilizados para juzgar la autenticidad. Juzgar el poder de memorización de los narradores es esencial en lo que conocemos como la ciencia de Al Yarh wa Ta’dil.