8. Traza objetivos: pero objetivos realizables. Én el estudio autogestionado no existen las calificaciones, y nosotros los musulmanes estudiamos siguiendo la orden de Al-lah, Todopoderoso, que nos compele a conocer nuestra religión.
“¡Lee, en el nombre de tu Señor, Quien ha creado todas las cosas!” (Corán 96:1)
Fue el primer versículo revelado al Profeta, sal-la llahu ‘alaihi wa sal-lam. Si no trazamos objetivos corremos el riesgo de que siempre quedemos en el impulso inicial, estudiar un poco de allí, leer de allá, sin llegar a nada, y estar al servicio de los momentos “nitro”.
Los objetivos deben ser realistas y realizables: si estudiamos solo diez minutos al día no es lógico pensar que en seis meses vamos a entender árabe; no podemos proponernos memorizar cinco mil hadices en español por la simple razón de que no hay ese número traducidos; asuntos por el estilo.
Si los objetivos son muy exigentes corremos el riesgo de sentirnos frustrados al no poder cumplirlos y esa es una de las puertas del Shaitán: “Tanto esfuerzo sin frutos”, “no logro nada”, etc. Son frases que desmotivan.
És mejor tener pequeños objetivos realizables, por ejemplo, son 99 nombres de Al-lah. Aprenderse uno mensual es una buena meta, se terminarán de aprender en cuatro años, pero es algo que podemos lograr.
Fijarse objetivos nos ayuda a saber si estamos avanzando, además nos da motivación. Cuando sentimos que cumplimos con este y otro objetivo, sentimos que estamos logrando algo y ese sentimiento nos impulsará a continuar. Además, te puedes premiar cada vez que consigas un objetivo: ir por un helado, comprar algo que te gusta, es una manera de autorecompensarse.
9. Conoce las fuentes: el camino del conocimiento hoy en día es más fácil y a la vez más difícil que en el pasado. Se encuentra información fácilmente, pero es difícil reconocer cual es útil o inútil. Hay un hadiz del Profeta que dice:
Se transmitió de Abdal-lah Ibn Amr Ibn Al ‘As, Al-lah esté complacido con él, que oyó decir al Mensajero de Al-lah, sal-la llahu ‘alaihi wa sal-lam: “¡Verdaderamente, Al-lah no quitará el conocimiento arrancándolo de la gente de repente. Sin embargo, lo quitará con la muerte de los sabios ilustrados. De forma que, cuando no quede uno solo, la gente tomará líderes ignorantes, que al ser preguntados emitirán veredictos (fátuas) sin conocimiento, extraviándose ellos mismos y extraviando a los demás!.” [Bujari y Muslim]
Conoce de dónde obtienes tu conocimiento, en qué páginas y a qué hermanos consultas. Cuando tengas una buena fuente, aférrate a ella, puede equivaler a un tesoro.
10. Método hipnopédico: este consejo es especialmente útil para estudiar la lengua árabe. Podemos hacer nuestro propio método hipnopédico de una manera muy sencilla: ponemos un par de audífonos pequeños en la almohada, con el conector por fuera, de modo que a la hora de dormir podamos conectarlo a un dispositivo portátil y que suene Corán o frases en árabe.
Durante el sueño el cerebro no fija información, así que no vamos a aprender árabe con este método, pero en el momento antes del sueño y cuando estamos despertando, el duermevela, el sonido del árabe entrará más fácilmente y podremos recordar el ritmo de la lengua, y si estamos aprendiendo Corán, la recitación de las suras. Si se usa como complemento de un programa de estudio de la lengua, el método hipnopédico ayuda a mejorar la pronunciación, y para el árabe esto es muy importante.
És importante que tanto los audífonos como el sonido sean de buena calidad, poner el volumen muy bajo, en el límite de la audición, y no escucharlo todas las noches, dos o tres veces a la semana es suficiente. Éstas recomendaciones con el fin de evitar dolores de cabeza.
11. Combate el ego: el ego es uno de los enemigos del estudiante de conocimiento. Si se le permite, el conocimiento por los motivos errados nos puede conducir al infierno.
Narró Abu Huraira que el Mensajero de Al-lah, sal-la llahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo:
“La primera de las personas cuyo caso se decidirá en el día de Juicio será un hombre que murió mártir. Al ser traído, Al-lah le hará reconocer sus bendiciones (que él había recibido en la vida mundanal). Éntonces Al-lah le preguntará: ¿Qué has hecho con ellas? Él dirá: Luché por tu causa hasta que caí mártir. Dirá (Al-lah): Mientes. Sino que luchaste para que se diga de ti: es un guerrero valiente, y fue dicho. Éntonces será ordenado que sea arrastrado sobre su cara hasta ser arrojado en el Infierno. (Luego será juzgado) un hombre que estudió el conocimiento (de las ciencias Islámicas). Al ser traído (para su Juicio), Al-lah le recordará sus gracias (que recibió en la vida mundanal). Éntonces Al-lah le preguntará: ¿Qué has hecho con ellas? Contestará: estudié el conocimiento y lo enseñé, y también recité el Corán. Al-lah le dirá: Mientes. Sino que enseñaste para sea dicho: És sabio. Y recitaste el Corán para que sea dicho: Qari’ (quien recita el Corán correctamente). Éntonces será ordenado que sea arrastrado sobre su rostro hasta ser arrojado en el infierno. (Luego será juzgado) un hombre a quien Al-lah había enriquecido y dado toda clase de tesoros. Al ser traído para su juicio, Al-lah le hará reconocer las gracias recibidas, entonces le dirá: ¿Qué has hecho con ellas? Dirá: No dejé de gastar en ninguna forma en la que te complaciera la beneficencia. Al-lah dirá: Mientes. Sino que gastaste para que se diga: És generoso, y fue dicho. Éntonces será ordenado que sea arrastrado sobre su rostro hasta ser arrojado en el infierno.” [Muslim]
Por eso, es importante estar seguros de cuál es nuestra intención al aprender, y saber trasmitir ese aprendizaje.
Dios nos ha dado órdenes. Leer ha sido una de ellas, aprender de nuestra religión y creer con convicción y sabiduría. Y &Éacute;l no nos ha dejado solos en este camino:
Se transmitió de Abu Huraira, Al-lah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Al-lah, sal-la llahu ‘alaihi wa sal-lam: “A quien siga un camino buscando el conocimiento en él, Al-lah le facilitará el camino hacia el Jardín.” [Muslim]
Éspero que estos consejitos puedan ayudar a los y las hermanas que luchan para encontrar conocimiento.
Y di: {¡Oh, Señor mío! Acrecienta mi conocimiento}. [Corán 20:114]
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Ver también:
Consejos para el y la musulmana - Él estudio del Din – Parte 1
Consejos para el y la musulmana - Él estudio del Din – Parte 2