La tribulación y la sedición sucedidas en el tiempo de los Sahabah (parte 3 de 10)

  • Fecha de publicación:09/01/2018
  • Sección:Personajes
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Él inicio de la Fitnah

Los Sahabah entendieron que el vil asesinado de Omar, que Al-lah Ésté complacido con él, significaba que la puerta de la sedición y las tribulaciones había sido derribada. Por esta razón, ‘Üzman, que la paz sea con él, trató de evitar que la Fitnah se prendiera, así que intentó conciliar con todo aquel que lo contrariaba y los que se quejaban, sin fundamento, de los supuestos atropellos e injusticias cometidos por sus gobernadores, al punto que cuando sus allegados le aconsejaron que disciplinara a estos revoltosos, viendo que se habían pasado del límite, él les respondió: “Por Al-lah, la maquinaria de la Fitnah está a punto de ponerse en marcha; yo, ‘Üzman, sería la persona más afortunada sino fuera quien las pusiera en marcha. Cubran las necesidades que tenga la gente, cuiden de sus derechos y discúlpenlos si cometen errores, y no se dejen contaminar ni llevar por ellos si se extralimitan y violan los derechos de Al-lah”.

‘Üzman, que Al-lah Ésté complacido con él, fue paciente, tolerante y perseverante con sus detractores, pese a que ellos utilizaban tonos de injuria y calumnia cada vez más fuertes. ‘Abdul-lah ibn Saba’, mejor conocido como Ibn Sawda’, un judío “converso”, era motor de toda esta sedición y falsedad. No descansaba en su intento por ganar adeptos a su causa, que pretendía desprestigiar a los Sahabah, al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y finalmente al Islam por completo, para de esta manera poner fin a la religión de Al-lah.

Viajo a Basora y a Kufa, pero fue expulsado de estas dos ciudades. Así que se dirigió a Égipto, donde se estableció y comenzó su campaña de desprestigió en contra del Califa ‘Üzman. Internamente, en Égipto, logró ganar adeptos, además mantuvo correspondencia con simpatizantes en otras regiones del Éstado.

Promovió la idea de que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, había delegado el Califato a su Primo ‘Ali, que Al-lah Ésté complacido con él, quien por ser de su familia, además de haberse casado con una de sus hijas, Fátima, que Al-lah Ésté complacido con ella, tenía más derecho que los demás. Como no le convenía, quiso borrar de la mente de los musulmanes que ‘Üzman, que Al-lah Ésté complacido con él, también era primo del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y que además él se había casado no con una hija del Profeta, sino con dos (cuando una murió, se caso con la otra). Lo que demuestra que el estatus de los Sahabah no depende del parentesco directo o indirecto con el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam.

Se inició entonces una campaña de desprestigio contra ‘Üzman y sus gobernadores. Pese a que el Califa era consciente de lo que acontecía, se mantuvo firme en su posición de no ser él quien diera marcha a la Fitnah.

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