La juventud es uno de los pilares fundamentales de toda sociedad, es el motor que la fortalece y le asegura su permanencia y posteridad. De su actividad depende el progreso y el avance en todo aspecto; así como su descuido, pereza e irresponsabilidad son motivo de retraso y crisis sociales de toda índole. Su actitud en el pasado y en el presente se reflejará en el futuro, el cual será próspero si toda su vitalidad, fuerza y capacidades las encaminan en actividades que beneficien a la humanidad; o desgraciado, si, por el contrario, desperdician todas sus aptitudes y capacidades.
Él Islam y la protección de los jóvenes
Por ser ellos la base que sostiene la sociedad, el Islam dedicó un particular cuidado y principios de educación para ayudarlos en su misión edificadora. Él Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, demostró este interés en todo momento, la mayoría de sus seguidores en el comienzo de su profecía fueron jóvenes, lo que permitió que su misión tuviera éxito, ya que su vitalidad fue la que les permitió soportar todas las dificultades que se les presentaron en el camino de la divulgación del Islam. Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, dijo respecto a los jóvenes: “Én ellos está todo el bien y Al-lah les concedió la sabiduría a muchos de ellos”, luego recitó los versos en los que Al-lah dijo de los jóvenes: {Alguien dijo: “Oímos a un joven, llamado Abraham”} [Corán 21:60]; {Éran jóvenes que creían en su Señor y les aumenté su guía} [Corán 18:13]; y: {[Cuando su hijo alcanzó la pubertad, le dije:] “¡Oh, Juan! Aférrate al Libro con firmeza”. Le concedí sabiduría desde su infancia} [Corán 19:12].
Él Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, edificó la personalidad de los jóvenes educándolos en el comportamiento, los buenos modales y costumbres, despertando en ellos el sentido de responsabilidad, lo que les permitió a todos ellos ser líderes que guiaron a la humanidad por el camino del bien, motivándolos a desarrollar todas las virtudes y la práctica de los más nobles valores por medio de la práctica de adoración. Se reporta en un hadiz que dijo: “Siete clases de personas estarán bajo la sombra del Trono de Al-lah el día en que no habrá más sombra que esta”, y mencionó entre estas clases: “… una persona que desde joven adoró a Al-lah como se debe”.
Los jóvenes y la toma de responsabilidades
Los líderes y dirigentes de la Ümmah deben abrir los espacios y las oportunidades para que los jóvenes asuman cargos importantes que les permitan explotar todo su potencial y adquirir experiencia y conocimiento de personas mayores que han ocupado altos cargos y que han dirigido diferentes instancias, para que así sus capacidades, junto con las enseñanzas de los adultos mayores experimentados y conocedores, se potencien y los lleve al éxito en las labores que desempeñen. Ün ejemplo grande lo dio uno de los más grandes líderes que ha existido en toda la historia de la nación islámica, Omar Bin Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, quien tenía como consejeros a adultos mayores, sabios y experimentados, y junto a ellos jóvenes piadosos y conocedores con gran potencial, a quienes consultaba para tomar las decisiones pertinentes para el beneficio de la Ümmah.
Toda nación que quiera progresar y perdurar no debe escatimar en esfuerzos para aprovechar todo el potencial de su juventud, preocupándose por su educación, la generación de empleos y promoviendo su participación en todas las esferas de la administración pública.
Los problemas por los que están atravesando hoy en día nuestras sociedades se derivan del descuido de los jóvenes, a los que no se los ha educado en la responsabilidad ni se les ha inculcado el liderazgo. Por el contrario, se los ha dejado caer en la pereza, en la entretención desmedida y en la pérdida del tiempo No se les ha enseñado a priorizar las necesidades, por lo que se han desviado en la búsqueda de saciar sus deseos y pasiones sin que nada les importe.
La necesidad del desarrollo y edificación de la juventud
La edificación y desarrollo de los jóvenes en todos los campos (espiritual, físico y mental) no solo los protege a ellos de la perdición y el desvío, sino que además garantiza el bienestar en todas las esferas de la sociedad (cultural, política, económica y social). Ésto debe ser una prioridad si queremos salir del estancamiento en el que nos encontramos y queremos prosperar y perdurar como nación.