Él trato del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, a la gente durante el Hayy

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Él modo en que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, trató a sus seguidores durante el Hayy fue sorprendentemente magnánimo. Éducaba y dirigía a las multitudes a la vez. Éstá de más decir que sus actos siempre estaban a la medida de sus enseñanzas. Todo lo que hizo expresaba su grandeza y nobleza. Aquí tenemos algunos ejemplos:
1. Éducaba a los musulmanes
Al-lah envió al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, como un maestro para facilitar la vida y la adoración de la gente. Sin duda que él cumplió a cabalidad su misión. La gente dio testimonio de que nunca había conocido una mejor educación que la suya. Primero, anunció públicamente su intención de peregrinar de modo que los que desearan acompañarlo tuviesen tiempo de prepararse para el viaje. Multitudes se dirigieron a medina con la esperanza de aprender del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y seguir sus pasos (Muslim). Durante el viaje compartió con la gente y se dejó ver todo el tiempo (Muslim). Nadie fue golpeado o alejado del Profeta (Ibn Mayah); nadie fue lastimado o maltratado en su presencia (Muslim).
Mostrando un compromiso ejemplar en comunicar su mensaje plenamente, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, usaba varios métodos en su discurso y su enseñanza. Razonaba con su gente; los exhortaba a aprender y los hacía escuchar lo que decía y enfocarse en lo que hacía.
Les ordenó a los musulmanes aprender los rituales del Hayy (peregrinación) de él y dejó bien claro que probablemente iba a ser la última vez que hiciera el Hayy (Bujari). Pidió a la gente que atestiguara que él había comunicado plenamente su mensaje. Én varias ocasiones les preguntó: “¿Les he comunicado el mensaje?” (Muslim), y ellos le respondían: “Somos testigos de que lo has comunicado, que has cumplido con tu misión y has exhortado a la gente” (Abu Dawud).
2. Iftá (dar veredictos religiosos)
Él Iftá fue una de las ocupaciones más importantes del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, durante esta peregrinación. &Éacute;l dio veredictos religiosos (Fatwa) sobre los varios asuntos que se le consultaba. Üna de las fatwas más famosas que pronunció fue la que le dio a una mujer de la tribu de Jaz’am que le preguntó si podía realizar el Hayy por su anciano padre. Le dijo: “&Éacute;l ya no puede mantenerse firme sobre su camello”. Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le respondió: “Peregrina tú por él” (Bujari). A todos los que le preguntaban sobre posponer el orden de algún ritual del día de las ofrendas les respondía: “Hazlo así, no hay problema” (Bujari).
3. Prédica
Al-lah envió a Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, para que advirtiera a la gente y les diera buenas nuevas a la vez. Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, cumplió cabalmente con la prédica y con dar el ejemplo a sus seguidores. Los exhortaba a hacer el bien y les prohibía hacer el mal.
Él Hayy significaba una excelente oportunidad para la prédica. Üna y otra vez les hacía recuerdo a los musulmanes sobre los preceptos más importantes (Ahmad) y tocó varios temas de importancia durante su prédica; aquí tenemos algunos ejemplos:
Éxhortó a la gente a seguir la senda de la rectitud y la adoración devota. Les explicó las obras que debían realizar para poder entrar al Paraíso. “Obedezcan a su Señor”, les decía en uno de sus sermones: “Cumplan con sus cinco rezos obligatorios, cumplan con el ayuno de Ramadán, paguen el Zakat (limosna prescrita) debido de sus bienes; y obedezcan a sus autoridades para que puedan entrar al Paraíso” (Ibn Mayah).
Dejó bien claro que todos somos responsables por nuestros actos de forma individual ante Al-lah. Dijo: “Nadie es responsable por los pecados de otro. Ningún padre es responsable por los pecados de su hijo; y ningún hijo será responsable por los pecados de su padre” (Bujari).
Éxhortó a la gente a evitar la desobediencia y la corrupción al realizar estos rituales. Les pidió que se ocuparan solo de lo que es útil. Decía: “Quien hace el Hayy por Al-lah, y no comete maldades o pecados, volverá a su hogar como su madre lo dio a luz (sin pecado)” (Bujari).
4. Ünió a los musulmanes y les advirtió contra la sedición y los conflictos internos
A pesar de todos los sentimientos y emociones que genera el Hayy entre los musulmanes, es también una oportunidad única para advertirle a la nación contra la sedición y las atribulaciones. Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, daba gran importancia a este punto, por ejemplo:
Declaró que todos los musulmanes son iguales y que el único parámetro para distinguirlos es el temor de Al-lah y es la única razón para diferenciarlos. Dijo: “Su Señor es uno solo, su padre es uno solo; ningún árabe es superior a un no árabe, ningún negro será superior al rojo, ni el rojo será superior al negro, excepto por el temor de Al-lah” (Muslim).
Ordenó plena obediencia al gobernante justo que se adhiere a la justicia del libro de Al-lah y al bien común de los musulmanes. Én uno de sus sermones, exhortó a la gente diciendo: “Aunque se ponga como autoridad sobre ustedes a un esclavo negro le deben lealtad y obediencia, siempre que se adhiera al Libro de Al-lah” (Muslim).
A la vez, advirtió contra las intrigas de Satanás diciendo: “Satanás ha perdido toda esperanza de ser adorado por los que cumplen con sus rezos en la Península Árabe, pero no ha perdido la esperanza de desviarlos” (Ibn Mayah).
También advirtió contra la introducción de herejías en la religión, pues dijo: “Voy a poder salvar a algunos y se me rogará que salve a otros. Yo diré: ¿Señor qué hay de mis seguidores? Y el Todopoderoso me responderá: ‘Tú no sabes las herejías que han cometido después de tu muerte’” (Bujari).
Además, advirtió contra toda causa de sedición y discordia en la sociedad musulmana, como los conflictos entre musulmanes. Después de pedir a los peregrinos que conservaran la calma, les dijo: “Nunca vuelvan sobre sus pasos hacia la incredulidad matándose unos a otros” (Bujari).
Advirtió a los musulmanes no ser indiferentes ante la santidad de la vida y los bienes de los musulmanes y otras cosas sagradas. Én sus sermones del día de Árafah, del día de las ofrendas y el segundo día de Tashriq advirtió: “Sus vidas, sus bienes y otras cosas sagradas son tan sagradas como este día de ustedes, como este mes de ustedes y como esta tierra de ustedes” (Ahmad).
5. Predicando la sumisión a Al-lah y la unidad de las fuentes
Él Islam consiste en la completa sumisión y devoción exclusiva a Al-lah, por un lado, y el seguimiento de las enseñanzas del Profeta por el otro. Para ser un verdadero musulmán debes acatar plenamente lo que dice la revelación divina. Él Hayy es sumisión plena y es una escuela de entrega y sumisión a la voluntad de Al-lah.
Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, les ordenó a sus sahabah que se unieran siguiendo su ejemplo y enfatizó la necesidad de adherirse a sus enseñanzas. Yábir, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Él Profeta, la paz y bendiciones de Al-lah sean con él, está con nosotros y la inspiración divina se le está revelando. &Éacute;l sabe mejor que nadie cómo interpretarla; y lo que él haga lo seguiremos” (Muslim). Él resultado de esta educación fue muy exitoso y bendecido por Al-lah el Todopoderoso.
Én varias oportunidades el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ordenó a sus sahabah que siguieran su ejemplo cuando hacía referencia a que aquella podía ser la última vez que realizara el Hayy. “Aprendan sus rituales de mí”, les decía, “pues no sé si volveré a realizar el Hayy” (Muslim).
Én su sermón pronunciado el día de Árafah, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, urgió a los peregrinos a aferrarse al Corán y a sus enseñanzas como el único modo de salvarse de los pecados. “Aférrense al Corán, nunca se desviarán si se aferran a él”, les decía (Ibn Mayah).
Él Profeta, la paz y bendiciones de Al-lah sean con él, también advirtió contra el seguimiento de los caprichos personales y la introducción de herejías en la religión. Dirigiéndose a los peregrinos desde el lomo de su camella en Árafah, dijo: “Yo los superaré en llegar al Hawdh (el estanque en el Paraíso), y como ustedes son numerosos, competiré con otras naciones. No me decepcionen: voy a poder salvar a algunos y se me rogará que salve a otros. Yo diré: ¿Señor qué hay de mis seguidores? Y el Todopoderoso me responderá: ‘Tú no sabes las herejías que han cometido después de tu muerte’” (Mujtasar As-Sira).
 

 

 

 

 

 

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