Actuar de acuerdo al Corán (parte 4 de 5)

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Se narró bajo autoridad de ‘Ali Ibn Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “A aquel que recita y memoriza el Corán, haciendo lícito lo que es lícito en él, y haciendo ilícito lo que es ilícito en él, Al-lah lo hará ingresar al Paraíso y aceptará su intercesión para diez de sus familiares a quienes se les haya confirmado el Fuego” (At-Tirmidhi).
Éntonces, aquel que abandona esos asuntos (para evitar cometer un pecado) mantendrá su religión con honor y pulcra; y quien se adentre en ellos con valentía estará a punto de caer en lo ilícito, como un pastor que hace pastar (a sus animales) alrededor de una zona prohibida y están a punto de traspasar hacia allí. Ciertamente todo rey tiene una zona vedada, y la zona vedada de Al-lah son Sus prohibiciones” (Al Bujari, Muslim, At-Tirmidhi, Adu Dawud y An-Nasa’i).
Tanto lo lícito como lo ilícito son evidentemente claros en el Corán. Debemos evitar los asuntos que nos hacen sospechar, de acuerdo con lo que ordena el hadiz, por temor a caer en lo ilícito. A aquel que haga esto (evitar los asuntos sospechosos), Al-lah lo ingresará al Paraíso y aceptará su intercesión por su familia.
La intercesión es algo probado en el Corán y la Sunna, y todo aquel que recite el Libro Sagrado y actúe según él podrá interceder por otros dada su elevada posición y superioridad ante los ojos de Al-lah, el Altísimo. Los primeros por los cuales podrá interceder serán sus padres, y esto porque ellos son la causa por la cual es piadoso, incluso si ellos no eran gente del Corán. Ésto es solo posible para quienes Al-lah permita y a favor de quien &Éacute;l quiera. No habrá intercesión posible para quien no crea en Al-lah y Su Mensajero, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. De la misma manera que la intercesión por los padres es un hecho, la de los padres por su hijo también está confirmada en el Libro de Al-lah. Al-lah menciona la súplica por los padres: {¡Oh, Señor nuestro! Perdóname, así como a mis padres y a todos los creyentes el Día que se celebre el Juicio Final} [Corán 14:41]. Similarmente, &Éacute;l menciona la súplica de los padres por los hijos: {¡Oh, Señor mío! Haz que tanto mis descendientes como yo seamos fervientes practicantes de la oración. ¡Oh, Señor nuestro! Concédeme esta súplica} [Corán 14:40]. Podemos hacer una referencia también a la súplica de Ibrahim (Abraham), que Al-lah exalte su mención, por sus descendientes: {¡Señor nuestro! Haz surgir de entre nuestra descendencia un Mensajero que les recite Tus palabras y les enseñe el Libro y la sabiduría, y los purifique. Tú eres el Poderoso, el Sabio} [Corán 2:129] .
Dada la naturaleza de esta súplica, ellos tienen extrema necesidad en esta vida y la intercesión en el Más Allá. Se le permite la intercesión a los Profetas y Mensajeros, como también al Corán, al ayuno, a las buenas acciones, y a los siervos piadosos y aliados de Al-lah.
De acuerdo al hadiz arriba mencionado, uno no solo intercederá por sus padres, sino también por miembros de su familia para quienes se ha confirmado el Fuego del Infierno. Ésa es la distinción que Al-lah le concede a quien &Éacute;l quiere y como recompensa por recitar y memorizar el Corán y actuar según sus principios y leyes en esta vida, y con Al-lah está la mejor de las recompensas.
De la misma forma que el piadoso podrá interceder por sus padres y familiares, también lo podrá hacer, con permiso de Al-lah, por sus maestros y discípulos, aquellos que lo favorecieron, aquellos a quienes quiere y quienes lo quieren en (la religión de) Al-lah, Éxaltado sea.
Se narró de parte de Abu Shuraih Al Juza’i, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Él Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: ‘Sin duda el Corán es una soga y uno de sus extremos está en manos de Al-lah, y el otro en sus manos; aférrense con fuerza a ella para jamás salir del camino correcto y ser arruinados por eso’” (Ibn Abi Shaiba).
Al-lah dice en Su Libro: {He revelado el Corán en idioma árabe, y expuse en él toda clase de advertencias para que tengan temor de Dios o los haga reflexionar} [Corán 20:113].
Al-lah reveló este Corán solo para guiar a la gente, y son palabras que &Éacute;l continúa diciendo; es por eso que uno de sus extremos está en Sus manos y el otro es el Mus-haf, el cual está en las nuestras. Debemos aferrarnos a él ya que es esa soga fuerte entre nosotros y nuestro Señor a la cual ninguna falsedad puede tocar por delante o por detrás. Al-lah ha mantenido Su mensaje inalterado, libre de toda distorsión. Para confirmar esto, &Éacute;l, Altísimo sea, dice: {Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio} [Corán 15:9].
Si las cosas se ponen difíciles y la gente cae en disputas, si todos están confundidos a tal punto que nadie sabe qué hacer, aquellos que se salvarán serán los que se aferren al Libro de Al-lah (el Corán) y, luego de él, a la Sunna del Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, tal como encontramos en un hadiz que relataremos más adelante, si Al-lah quiere. 

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