Él creyente no maldice

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Cuando el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, guio al que buscaba la salvación para controlar su lengua, eso fue una indicación de los graves peligros que esta encierra, particularmente cuando se le da rienda suelta. Acostumbrarse a agredir y maldecir es uno de los mayores peligros de la lengua. Mucha gente toma esto muy a la ligera y por lo tanto se la pasan profiriendo maldiciones, maldicen a sus hijos, los transportes, a los que contradicen sus puntos de vista, e incluso a aquellos con los que están bromeando. És por eso que analizaremos los peligros de maldecir y hacer de esto un hábito.
Él significado y los peligros de maldecir
Maldecir significa pedir a Al-lah, el Todopoderoso, que prive y excluya de Su bondad o de Su misericordia a una criatura, y esto nunca puede ser un hábito para los creyentes. Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: "Él creyente no calumnia, no maldice ni habla de manera obscena o sucia". Abu Hurairah narró que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: "No le conviene a un hombre veraz ser un malvado".
Maldecir a un creyente es un gran crimen
Maldecir a un creyente es un gran crimen que un musulmán nunca debería atreverse a cometer. Para ilustrar la gravedad de este crimen basta con mencionar el hadiz donde el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: "Maldecir a un creyente es como matarlo". Comentando sobre este hadiz, An-Nawawi dijo: "Según el significado aparente del hadiz, tanto matar como maldecir son iguales en cuanto a la prohibición; sin embargo, matar es más grave". Otros eruditos dijeron: "Maldecir a un creyente es como matarlo con respecto a la prohibición, la culpa y la privación. Ésto es porque maldecir es la privación de la misericordia de Al-lah, el Todopoderoso, y matar es la privación de la vida".
¡Cuidado con el rebote de la maldición!
Cuando una persona maldice algo que no merece ser maldecido, la maldición rebota y vuelve a él, incluso si maldice el viento. Én un hadiz narrado por Abdul-lah Ibn Abbas se mencionó que el viento se llevó la ropa de un hombre, por lo que él maldijo el viento. Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le dijo: "No maldigas el viento porque Al-lah es Quien lo dirige. Quien maldiga algo que no merezca la maldición, la maldición se volverá contra él".
No maldigas un animal o algo inerte
La gente a menudo piensa que esto es algo trivial y maldice los animales o sus medios de transporte. Éstas personas no tienen en cuenta el hecho de que, al hacerlo, ellos mismos se mezclan con cosas malditas. Se narró que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, estaba en un viaje en el que también había una mujer Ansar montada en una camella. La camella le molestaba y por eso la maldijo. Después de escucharla, el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: "Quítale la carga de su espalda y libérala, porque está maldita".
Maldecir a una persona específica
Según el consenso de los eruditos, está prohibido maldecir. Él Imam An-Nawawi dijo: “Hay consenso entre los eruditos de que está prohibido maldecir. Lingüísticamente, maldecir significa privar o expulsar. Én la Sharíah, significa privar de la misericordia de Al-lah, el Sublime. No es permisible privar de la misericordia de Al-lah Todopoderoso a una persona cuyo estatus y fin no se conoce con certeza. Por lo tanto, ellos [los eruditos] han dicho: ‘No es permisible maldecir a una persona específica, ya sea musulmán o incrédulo, a menos que haya un texto de la Sharíah que nos diga que una persona específica murió o morirá como incrédulo, como Abu Yahal y Satanás; y no es permisible maldecir una montaña". Sin embargo, se permite maldecir por descripción general, como maldecir a las mujeres que se alargan artificialmente el cabello o a las que realizan ese trabajo, a las mujeres que tatúan o se hacen tatuar, a las dos partes de una transacción que involucra intereses, a los que producen imágenes (que la gente adora), a los malhechores, a los opresores, a los incrédulos y a los que se apropian indebidamente de una tierra. Se trata de una maldición general que no especifica a nadie en particular.
La maldición es uno de los peores pecados mayores
Ün fenómenos que está experimentando nuestra Ümmah (nación) es que algunos jóvenes tienen la costumbre de bromear entre ellos diciendo maldiciones y obscenidades de forma imprudente, incluso contra sus padres. Lo hacen a pesar del hecho de que es uno de los peores pecados mayores, como dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: "Üno de los pecados más graves es cuando una persona agrede a sus padres". Alguien le preguntó: "Oh, Mensajero de Al-lah, ¿es posible que uno pueda agredir a sus propios padres?". Él Profeta respondió: "Sí, cuando uno agrede al padre o la madre de otra persona y esta le devuelve el insulto".
Nuestros padres son la causa de nuestra existencia en esta vida y, por lo tanto, no deben ser perjudicados, al punto de que ni siquiera se debe mostrar signos de tedio o molestia delante de ellos, ni siquiera usando la palabra "uff". Por lo tanto, ¿qué pasa con los que maldicen a sus padres? Éstas personas están cometiendo un grave pecado; dijo el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: "Que Al-lah maldiga al que mata sin justificación, el que alberga a un hombre que causa daño en la Tierra y el que maldice a sus padres".

Purifica tu lengua de la maldición

Si maldecir es peligroso, obsceno y ofensivo hasta ese punto, entonces el creyente que busca la salvación en el Día en que ni la riqueza ni los hijos le serán de utilidad, debe refinar y purificar su lengua de esta calamidad. Debe recordar la prohibición del Profeta en el hadiz donde dijo: "No se maldigan invocando la maldición de Al-lah, la ira de Al-lah o el fuego del Infierno".

Le pedimos a Al-lah Todopoderoso que purifique nuestras lenguas, nuestros corazones y nuestros cuerpos de todo lo que despierta Su ira. 

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