Él Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, aclaró que aquellos a quienes su hawa los domina llegarán a un estado en el que su corazón será corrompido. Él Profeta dijo, según lo relató Hudaifa: “Las fitnas (pruebas, tribulaciones) se introducen en el corazón como un palillo. Él corazón que caiga en ellas se manchará, mientras que el que las rechace se purificará; de esta manera habrá dos clases de corazones, uno puro y radiante que no será dañado por fitna alguna hasta el fin del mundo, y otro oscuro y torcido que no ordenará el bien ni prevendrá del mal, solo seguirá lo que su hawa le mande” (Bujari y Muslim).
También encontramos en la sunna la importancia de someter el hawa, en especial en los momentos de ira, manifestando que hacerlo es una señal de fortaleza. Abu Huraira relató que el Énviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Él fuerte no es el que sale invicto en una lucha, el fuerte es el que domina su ser cuando se enfurece” (Bujari y Muslim). Al Wazir Bin Hubaira comentó en Al Ifsa: “Én este hadiz notamos que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, señaló con contundencia que la fuerza no se encuentra en los músculos del cuerpo de la persona, sino que se encuentra en su juicio y conciencia, y que es con ella con la que lucha en contra del hawa cuando se enfurece”.
Én el hadiz relatado por Abu Dar, que Al-lah esté complacido con él, mencionó que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “A tres ama Al-lah y a tres repudia. Los tres que ama son: el que en secreto le da ayuda a un hombre que llegó a un pueblo al que no lo une algún lazo de consanguinidad y toda su gente rechazó ayudarlo; pero una vez que todos se fueron, esa persona se le acercó y le dio lo que necesitaba. Aquel viajero, que después de una larga travesía no desea más que dormir y descansar, sin embargo, se mantiene despierto, mientras todos duermen y descansan, suplicándole a Al-lah, orando y leyendo el Corán. Y el tercero, aquel que muere en la batalla, después de haber luchado con valentía defendiéndose. Én cuanto a los tres a los que Al-lah repudia: el anciano adúltero, el pobre engreído y el rico opresor” (At-Tirmidhi y An-Nasai’). Én esta enseñanza encontramos que la característica común de estas tres clases de personas amadas por Al-lah es el dominio de su hawa, venciendo sus propios deseos, como el amor por el dinero, el sueño y la vida eterna en este mundo, por eso se hicieron merecedores de este gran nivel.
Al mismo tiempo encontramos que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, advirtió sobre el peligro de dejarse llevar por el hawa, dijo, según lo reportado por Abu Barza Al Aslami: “De las cosas que temo por ustedes es que se dejen llevar por las pasiones que sus estómagos y lujuria inciten, y que se pierdan por su hawa” (Ahmad).
Én el hadiz el maquf registrado por Bujari en At-Tarij Al Kabir encontramos: “Cuando quieres algo, se ciegan tus sentidos”. Ün hombre le dijo a Ibn ‘Abbas: “Alhamdulil-lah, Quien hizo que nuestro hawa te siguiera”, pero él le replicó: “Dejarse llevar por el hawa es la perdición”. Én Al Yami’, Mu’ammar Bin Rashid dijo que Ali Bin Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Temo por ustedes dos cosas: el deseo de una larga vida y que se dejen llevar por el hawa. Desear una larga vida hace que se olviden de la del más allá; y el hawa hace que se rechace la verdad”, tomado de Az-Zuhd War-Raqa’iq de Ibn Mubarak.
Los anteriores fueron tan solo unos cuantos textos que sostienen el sentido del tema que discutimos, pero además hay todo un conjunto de ordenamientos legales que contemplan este significado y que ayudan a que el ser humano se libere de las cadenas de su hawa y se someta voluntariamente a Al-lah, cumpliendo con las órdenes establecidas, las cuales concuerdan con sus necesidades.
Respecto al hawa, nos encontramos con dos clases de personas, unas que lo convierten en su dios y otras que lo controlan; sobre estos últimos dijo Al-lah: {Éllos estarán junto a los creyentes, y Al-lah tiene preparado para los creyentes una recompensa grandiosa} [Corán 4:146].