La razón por la que el Islam busca liberar al musulmán de sus pasiones (parte 1 de 2)

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La Shari’a islámica tiene un tono transcendental que busca inducir al ser humano para que cumpla con los propósitos divinos en su vida, de modo que el musulmán deje de lado sus pasiones y deseos, y someta su voluntad a las enseñanzas islámicas en todo aspecto de su vida. Él enunciado anterior no quiere decir que el Islam esté en contra de los deseos naturales del ser humano, pues en la ley islámica se reconocen dichos instintos, como, por ejemplo, el deseo de poseer bienes y el apetito sexual, impulsos que contempla, buscando que el musulmán los sacie correcta y legalmente, de acuerdo con lo estipulado por la Shari’a. Así se logra entender las razones por las cuales el Islam busca que el musulmán se libere del sometimiento al que lo quieren encadenar sus pasiones y deseos.

Ash-Shatibi dijo en Al Muwafaqat: “La razón islámica detrás de la liberación de la persona de la atadura de sus pasiones es que someta su ser voluntariamente, pues ella tiene la necesidad de hacerlo. Si revisamos las aleyas en las que Al-lah se refiere a las pasiones y los deseos (la manera en que el ser humano se deja arrastrar por ellos) notamos que se menciona de forma reprobatoria; este sentido fue señalado por Ibn ‘Abbas quien dijo: “Cada vez que Al-lah se refiere a las pasiones y los deseos (la manera en que el ser humano se deja arrastrar por ellos) lo hace con recriminación”.

La Shari’a fue establecida para ayudar al ser humano a fortalecer su voluntad y a someter sus pasiones, de manera que pueda cumplir con su propósito de vida. Én el hadiz relatado por ‘Abdul-lah Bin ‘Amru, que Al-lah esté complacido con él, dijo que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No es un verdadero creyente quien no someta sus pasiones al mensaje que me fue revelado”. Al Qari en Miqa Al Mafatih Fi Sharh Mishka Al Masabih, explicando el significado de hawa, palabra que en árabe se usa para señalar las pasiones, los deseos y las inclinaciones personales, término usado en el anterior hadiz, dijo: “Se usó esta palabra porque los deseos arrastran a la persona en esta vida hacia la calamidad, mientras que en la otra vida la hace caer en el abismo infernal”.

La primera sentencia del hadiz anterior fue interpretada por los expertos de dos maneras, una de ellas: “No es creyente”, es decir, que no tiene fe, que no cree. La segunda: “No es un verdadero creyente”, es decir, que su fe no está completa, que no se ha afianzado en ella. Ambas posiciones indican, independientemente que se hable de la falta de la creencia o de que esta sea incompleta, que un verdadero creyente es aquel que somete sus deseos, pasiones y sus inclinaciones personales a las ordenanzas establecidas en el mensaje que Al-lah le reveló a Su Profeta; de modo que si lo hace, su fe será completa.
Con base en lo anterior, Ash-Shatibi advirtió en Al Muwafaqat del peligro que significa el dejarse llevar por el hawa, dijo: “Toda acción basada en el hawa sin límites, en la que no se tiene en cuenta lo que es lícito y lo que es prohibido, e incluso pasa por alto la libertad de escoger entre el bien y el mal, es una obra considerada como corrupta, inaceptable y nula, ya que todo lo que el ser humano haga debe tener un motivo, algo que lo inste a realizarla; y si la razón no está basada en lo que el Islam indica, entonces son los instintos bajos los que las motivan”.

Ésta última explicación de Ash-Shatibi puede malinterpretarse y afirmar que contradice la opinión que tiene de que un objetivo de la Shari’a es garantizar que el ser humano logre lo que desee y se proponga, entonces, ¿cómo se pueden conciliar ambos enunciados? La respuesta que nos da se resume en el hecho de que la Shari’a tiene como propósito beneficiar al ser humano en todos y cada uno de sus mandatos, pero solo se puede lograr dicha intención ayudándolo a librarse de la influencia de su hawa.

Con tan solo echarle un vistazo a los textos de la sunna nos encontramos conque varios de ellos confirman el sentido de todo lo que hemos hablado anteriormente, además aclara los riesgos de dejarse llevar por el hawa al contradecir los objetivos de la Shari’a. Algunos de estos relatos hablan con menosprecio del hawa irracional y otros los señalan en el sentido de su contexto. Como ejemplo de dichos textos tenemos que la sunna expresa que el amor y el odio no pueden ser dejados a merced del hawa, sino que, por el contrario, deben ser basados en razones especificadas por el Islam; hecho que marca la diferencia en los niveles de la fe que son alcanzados por las personas, así lo encontramos en el hadiz relatado por Anas Bin Malik quien dijo que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Quien realice alguno de los siguientes tres actos encontrará el sabor o la delicia de la fe: que ame a los demás por y para Al-lah, que Al-lah y Su Profeta sean lo más amado para él, y que esa persona prefiera ser arrojada al fuego antes que volver a la incredulidad, después de que Al-lah lo salvó de ella” (Bujari y Muslim). 

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