Así que al analizar la situación en la que se encontraban los árabes en aquella época y si la comparamos con la de las civilizaciones contemporáneas a ellos, que los rodeaban, nos es fácil comprender la sabiduría detrás de la elección de esa tierra para el nacimiento del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y del por qué fueron los árabes los primeros encargados de asumir la responsabilidad de la divulgación del mensaje divino al resto del mundo. No se trata de la razón que algunos dan de que los que siguen una creencia errada y las sociedades descompuestas no se pueden encaminar por la decadencia en la que se encuentra, hecho que para su gente es algo bueno y normal; mientras que los que no han llegado a ese nivel y se encuentra en la búsqueda de su progreso, tienen más posibilidades de rectificar su comportamiento. Pues no, no es esa la razón, ya que esta se aplica a una sociedad cuyos medios y fuerza son limitados, a la cual se le da la posibilidad de escoger entre dos caminos, uno fácil y el otro difícil. Sin lugar a duda, se iría por lo que es más fácil (lo cual no sucedió con los árabes, quienes, con todo y sus limitaciones, decidieron seguir un sendero que estaba lleno de obstáculos y dificultades y se enfrentaron a un mundo que se unió en su contra).
Sin lugar a duda, el éxito de la divulgación del Islam no depende del lugar donde fue revelado, si Al-lah hubiera decidido que la cuna de Su mensaje hubiese sido Bizancio o Persia, habría dispuesto los medios necesarios para que al final triunfara, en Sus manos están toda causa y todo resultado.
Sin embargo, Su infinita sabiduría estableció que la razón de la elección de la Península Árabe fuera la misma causa por la que decidió que Su Profeta hubiese sido analfabeto, es decir, para que no existieran dudas de la veracidad de Su mensaje. La sabiduría de Al-lah estableció que la sociedad de la que escogió a Su Profeta fuera también una sociedad analfabeta, en comparación con las grandes civilizaciones que la rodeaban, no le había llegado el progreso de sus vecinos ni su pensamiento, conocimiento y filosofía. Éste hecho, el analfabetismo del Profeta y de su pueblo, tiene como objetivo evitar que se genere la duda en las personas, misma que acrecentaría si el Mensajero hubiera sido una persona versada en el conocimiento de los libros antiguos y la historia de las civilizaciones, igual sucedería si proviniera de una sociedad reconocida por su progreso e historia, como lo fueron la bizantina y la persa, hecho que le permitiría a cualquiera alegar que lo que divulgó el Profeta era el conjunto de conocimientos provenientes de civilizaciones como estas. Ésto lo aclara Al-lah en el Corán cuando dice: {És &Éacute;l Quien eligió de entre los que no sabían leer ni escribir un Mensajero para que les recite Sus preceptos, los purifique y les enseñe el Libro y la sabiduría; antes de ello se encontraban en un extravío evidente} [Corán 62:2].
La voluntad divina dictaminó que el Mensajero de Al-lah fuera analfabeta al igual que la gran mayoría de la gente de su pueblo, para que de esta manera el milagro de su profecía y de las leyes del Islam fuera reconocido.
Éxisten otras razones importantes, de las cuales podemos mencionar:
1. És sabido que en esa tierra se encuentra la Ka’ba, el primer templo en la historia de la humanidad que se edificó para adorar únicamente a Al-lah. Én el valle en el que se encuentra fue el lugar donde el Profeta Abraham, padre de todos los mensajeros, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con todos ellos, divulgó también el mensaje de Al-lah. Así que era necesario que ese lugar santo se convirtiera en el lugar desde el cual iniciara la divulgación del mensaje que Al-lah le reveló a Su último Profeta y Mensajero, quien, además, descendía de Abraham.
2. La Península Árabe era un punto estratégico que se encontraba, como lo dijimos antes, en medio de las civilizaciones más importantes y destacadas de esa época. Lo que permitió que el mensaje del Islam fuera llevado a todos los lugares del mundo conocido en ese tiempo.
3. La lengua árabe fue el medio que ayudó a que este mensaje fuera divulgado y fue el medio que permitió su preservación para que nos llegara en el presente tal como fue revelado. Si reflexionáramos sobre las particularidades del idioma árabe y lo comparáramos con los demás, descubriríamos que era la lengua perfecta para esta misión.