Muhammad es el sello de todos los profetas, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con todos ellos, no hubo ni habrá ningún otro después de él; este es un principio en el que todos los musulmanes están de acuerdo y que todos deben conocer. Dijo el Profeta Muhammad: “Los profetas anteriores a mí y yo somos como una construcción en la cual se ha dejado una parte por completar. La gente pasaba por allí se asombraba por la construcción, pero aún más porque a una de sus esquinas le hacía falta un ladrillo... Yo soy ese ladrillo (que completó la construcción), soy el sello de los profetas”.
Él mensaje que Al-lah les reveló a todos Sus profetas comprende dos principios esenciales: el primero es al ‘aqida (la creencia) y el segundo son las leyes y comportamientos. Én cuanto a la ‘aqida no existe ninguna diferencia desde Adán, que la paz de Al-lah sea con él, el primer ser humano y Profeta, hasta el último Mensajero de Al-lah, Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pues esta establece la verdad absoluta sobre la unicidad total de Al-lah, y que todos Sus atributos son perfectos, se fundamenta en la creencia en el Día final, el juicio, el Paraíso y el Infierno. Así que todo Profeta divulgó estos aspectos de la misma manera; factor que indica que cada uno de ellos confirmaba el mensaje que se les había revelado a los Profetas que le precedieron, además que anunciaba la llegada de otro Mensajero que lo sucedería, que sería enviado a un pueblo y gente determinado, para que enseñara esa verdad absoluta que contenían todos los mensajes anteriores, es decir, que había que someterse, adorar y rendir culto únicamente a Al-lah, hecho que fue aclarado por Al-lah cuando dijo: {Les he legislado la misma religión [monoteísta] que le había encomendado a Noé, y que te he revelado a ti [en el Corán] y que le encomendé a Abraham, a Moisés y a Jesús, para que sean firmes en la práctica de la religión, y no creen divisiones} [Corán 42:13].
Así que no es lógico y es imposible afirmar que pudiera existir alguna diferencia en los mensajes que Al-lah les reveló a todos Sus profetas y mensajeros en cuestiones del ‘aqida, pues ellos solamente eran transmisores de un mensaje, por lo tanto, ellos no podían más que divulgar lo que se les revelaba, pues cualquier cambio en dicho principio, nos haría dudar de su veracidad. Por lo tanto es imposible creer que en algún momento Al-lah envió a uno de sus Profetas anunciando que &Éacute;l era una trinidad y que luego enviara otro a declarar que &Éacute;l es Üno y &Üacute;nico; si algo así hubiera sucedido, no se podría afirmar que fueran veraces, porque se contradecirían.
Én cuanto a la jurisprudencia la cuestión es completamente diferente, ya que además de ser reveladas abren la posibilidad de evolucionar en base al desarrollo temporal de las diferentes sociedades y sus necesidades, todo esto hace que las leyes sean diferentes entre un mensaje y otro; ya que el origen de las leyes va ligado a las exigencias y necesidades de la humanidad en esta vida y la del más allá. La misión de cada Profeta se limitaba a una nación determinada y no iba dirigida a toda la humanidad, razón por la cual las leyes que se contemplaban en ese mensaje eran exclusivas para esa nación y sus necesidades.
Él Profeta Moisés, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, por ejemplo, fue enviado al pueblo de Israel únicamente. Debido a la situación de su gente, que acababa de ser liberada de la opresión, la esclavitud y el politeísmo. Las leyes que Al-lah les dio eran severas, donde la permisibilidad no tenía cabida. Luego de un tiempo Al-lah les envío al Profeta Jesús, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, a quien le dio una ley más permisiva, obviamente sin ir a los extremos. Al respecto Al-lah dijo: {He venido para confirmar [las enseñanzas originales de] la Torá y para permitirles algunas de las cosas que les estaban prohibidas} [Corán 3:15].
Én el anterior versículo encontramos que Jesús, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, está aclarando que en cuanto a la creencia no difirió en absoluto con los preceptos que Al-lah también le había revelado a Moisés en la Torá, pero sí en cuanto a las leyes, pues lo que Jesús recibió de Al-lah abrogaba o abolía ciertas cosas de las leyes mosaicas.