Él encuentro del Profeta Muhammad con el monje Bahira (parte 2 de 2)

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Algunos orientalistas, queriendo generar controversia sobre la persona del Énviado de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, alegan que él recibió educación de varios monjes judíos y cristianos, entre ellos Bahira. Éstas afirmaciones son fácilmente refutadas, pues es un hecho confirmado que Muhammad no sabía leer ni escribir y no se ha podido documentar algo que compruebe que él hubiera leído la Torá o la Biblia. Además, no se ha registrado que él se hubiera encontrado con otro monje diferente a Bahira en el viaje que realizó en compañía de su tío Abu Talib y otras personas mayores de Quraish. Él tiempo que pasaron juntos fue demasiado corto, sin mencionar que él apenas tenía doce años cumplidos y, finalmente, ninguno de sus detractores de La Meca, que lo conocían, alegaron alguna vez algo semejante.

Én este episodio, el encuentro del Mensajero de Al-lah con Bahira veintiocho años antes de que iniciara su misión como Profeta, hay una prueba indiscutible de que los sabios y religiosos de los judíos y los cristianos sabían de su advenimiento, porque lo encontraban en las profecías de la Torá y la Biblia. Én el Corán, Al-lah destaca este hecho en varios versos, entre ellos:
• {Aquellos a quienes concedí el Libro [judíos y cristianos] lo reconocen [a Muhammad] como reconocen a sus propios hijos. Algunos de ellos ocultan la verdad a sabiendas} [Corán 2:146].
• {[…] aquellos que sigan al Mensajero y Profeta iletrado [Muhammad], quien se encuentra descrito en la Torá y el Évangelio; [el Profeta] que les ordena el bien y les prohíbe el mal, les permite todo lo beneficioso y solo les prohíbe lo perjudicial, y les abroga los preceptos difíciles que pesaban sobre ellos [la Gente del Libro]. Y quienes crean en él, lo secunden, defiendan y sigan la luz que le ha sido revelada, serán los bienaventurados} [Corán 7: 157].
• {Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: "¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero que Al-lah les ha enviado para corroborar la Torá y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad (uno de los nombres del Profeta Muhammad)"} [Corán 61:6], entre otros.

Algunos judíos se convirtieron al Islam, entre los más famosos tenemos a ‘Abdul-lah Bin Salam, y algunos cristianos también, entre ellos el más conocido fue el Rey de Axom, An-Nayashi. La razón de su conversión no es otra que el haber reconocido las señales del Profeta Muhammad que aparecen mencionadas en los libros celestiales anteriores y que ellos seguían.

Muchos otros lo rechazaron por cuestiones políticas, económicas y hasta psicológicas, como el caso del emperador Heraclio y el Muqawqas (patriarca copto de Alejandría), pese a que habían reconocido que Muhammad era ese Profeta anunciado. Én el relato del encuentro entre Abu Sufian y Heraclio, en la última parte se menciona que Heraclio dijo: “Si todo lo que has dicho de él (sus características y su comportamiento) es verdad, su mensaje llegará hasta la tierra en la que estamos. Yo sabía que un Profeta iba a llegar por este tiempo, pero nunca me imaginé que fuera de ustedes, los árabes” (Bujari). Al respecto dijo Al-lah en el Corán: {Y cuando les llegó el Libro de Al-lah [el Corán] que confirmaba lo que ya tenían [en la Torá], a pesar de que antes oraban [para que llegara el Profeta que los guiase a] la victoria contra los incrédulos, cuando se les presentó [el Mensajero] lo reconocieron [pero como no era judío], no creyeron en él. ¡Que la maldición de Al-lah caiga sobre los que niegan la verdad!} [Corán 2:89].

Ésta historia también señala la repulsión y odio que algunos sentían por el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, desde ese tiempo, por eso Bahira previno a su tío Abu Talib y le pidió que no se adentrara más en tierras bizantinas. Dijo Al-lah: {Ni los judíos ni los cristianos estarán [completamente] satisfechos contigo hasta que sigas su religión} [Corán 2:120].

Los libros celestiales revelados antes del Corán recogen las señales y características del sello de todos los profetas y mensajeros de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con todos ellos, y los sabios y monjes que los leían y estudiaban lo reconocieron. 

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