Él afecto divino: Sentir el amor de Al Wadud (parte 1 de 4)

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Introducción
La mayoría de las religiones teístas, incluyendo el Islam, afirman que el amor es uno de los atributos divinos de Dios, nuestro Creador. Amar al prójimo sin egoísmo y por Dios, o amar a otros como nos amamos a nosotros mismos son considerados como virtudes. Sin embargo, una crítica muy común que escuchamos hoy en día contra el Islam es que los musulmanes supuestamente adoran un dios enojado, vengativo, frío, distante, sin amor, que les enseña a odiar a todos los no musulmanes (nos refugiamos en Al-lah de esas palabras falsas). Én respuesta a esa acusación, como creyentes musulmanes debemos responder la siguiente pregunta: ¿Cuál es la interpretación adecuada del amor de Al-lah en el Islam? ¿ Y cómo influye el amor de Al-lah en el comportamiento de los creyentes musulmanes??
Éste artículo elucidará conceptos sobre el nombre de Al-lah “Al Wadud” (el Afectuoso), tal como es mencionado en el Corán. Miraremos el amor de Al-lah desde los siguientes ángulos: el amor de Al-lah por toda Su creación en general, el amor de Al-lah por los creyentes, el amor de los creyentes por Al-lah, y el amor de los creyentes por Su creación. Luego explicaremos el significado de “odiar por Al-lah” en el contexto del amor de Al-lah.
Él bello nombre de Al-lah, Al Wadud (el Afectuoso)
Él amor es parte de la esencia de Al-lah expresado en el nombre Al Wadud, el cual se suele traducir como “el Más Amoroso”. También se lo puede definir como “el Afectuoso” ya que está relacionado con la palabra wudd o widd, afecto o cordialidad. Éste es un tipo de afecto específico que se distingue de los términos en árabe hubb o mahabba, que son más generales para el amor –ambas se suelen utilizar como sinónimos–. Muchos musulmanes de las primeras épocas relacionaban la palabra Al Wadud con bellos nombres similares que denotaban la misericordia de Al-lah, como Ar-Rahim (el Misericordioso) y Al Gafur (el Perdonador).
Al Wadud aparece en dos versículos del Corán, ambos relacionados con la naturaleza clemente y misericordiosa de Al-lah.
Al-lah dice: {&Éacute;l es el Absolvedor, el Afectuoso} [Corán 85:14].
Y Al-lah dice, hablando sobre el Profeta Shu’aib, la paz sea con él: {Pidan perdón a su Señor y arrepiéntanse, porque mi Señor es Misericordioso, Afectuoso} [Corán 11:90].
Éste nombre es mencionado en un largo hadiz que enumera los noventa y nueve bellos nombres de Al-lah, a pesar de que la cadena de transmisores es débil de acuerdo a Tirmidhi, quien lo recopiló . Én otro relato, también recopilado por At-Tirmidhi y el cual también consideró débil, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, suplicó en su oración: “Ciertamente, Tú eres Misericordioso y Lleno de Amor”. A pesar de que el nombre Al Wadud no es utilizado extensivamente en el repertorio de hadices, su aparición en dos versículos del Corán es suficiente para establecerlo como uno de los nombres de Al-lah.
Los primeros musulmanes tenían dos perspectivas sobre el significado del mismo: la de Al-lah como Aquel que brinda amor, o Al-lah como objeto de amor. Al Bujari cita a Abu Al ‘Aliah cuando dijo que Al Wadud significa Al Habib (el Amado). Ésto es que Al-lah es Aquel amado por Sus siervos y criaturas. De acuerdo con Al Baihaqi, Al Wadud es “Aquel Que quiere lo mejor para Sus amados”. Al Gazali elaboró ese punto de vista escribiendo: “Al Wadud es Aquel que ama el bien para toda la creación y la trata de la mejor manera, y la elogia. És cercano en significado a Ar-Rahman (el Misericordioso)” (Al maqsad al asna fi sharh Asma Al-lah al husna). Al Baihaqi también recopiló la interpretación de Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, de que Al Wadud significa tanto “el Misericordioso” como “el Amado”, lo cual encapsula ambas acepciones (Kitab al asma’ was-sifat).
Ibn Al Qaiem resume estas dos posturas: “Al Wadud está entre los nombres de nuestro Señor Altísimo. Con respecto a esto hay dos opiniones: primero, que significa Aquel que recibe afecto. Al Bujari, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo en su trabajo auténtico que Al Wadud es eso. Segundo, significa Aquel que es Afectuoso con Sus siervos, o sea Aquel que los ama”.
Éstas dos interpretaciones no son mutuamente excluyentes sino complementarias. Ambas son verdaderas: Al-lah es el máximo receptor de amor a través de la adoración y gratitud de Sus criaturas y, al mismo tiempo, &Éacute;l otorga Su amor y misericordia a Su creación.
Ibn Al Qaiem también señaló cómo los dos versículos del Corán conectan este nombre al perdón de Al-lah: “Éstá unido a Su nombre ‘el Perdonador’ indicando que perdona el pecado y ama a aquellos que se arrepienten ante &Éacute;l”. Cualquier persona puede recibir el amor de Al-lah a través de un arrepentimiento sincero, sin importar cuánto haya pecado en el pasado. Todos tienen la oportunidad de volverse a Al-lah antes de estar en su lecho de muerte o hasta que termine este mundo, tal como dijo el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Ciertamente, Al-lah acepta el arrepentimiento de Sus siervos siempre y cuando no sea en el lecho de muerte” (At-Tirmidhi). Nadie se niega a sí mismo el amor de Al-lah a menos que escoja vivir y morir como un pecador sin fe. A pesar de que una porción del amor de Al-lah le llega a toda la gente, incluidos los pecadores, Su amor es una bendición que no debemos dar por sentada, no sea que olvidemos dar a Al-lah el amor que merece de nuestra parte.
La misericordia de Al-lah por Su Creación
Él amor de Al-lah llega a toda la gente y a todas las criaturas a través de Sus innumerables actos de compasión hacia ellos. Todos los días recibimos alguna bendición, ya sea nuestra salud, nuestra riqueza, nuestra familia, nuestro sustento, nuestras plegarias respondidas, o incluso en favores ocultos que no podemos percibir. Se nos da también una vida entera como oportunidad para arrepentirnos sinceramente por nuestros pecados y volvernos fieles creyentes. És realmente imposible reconocer el total alcance del bien con el que Al-lah nos trata en este mundo y con el que nos bendice dándonos el don preciado de la vida.
Al-lah dice: {&Éacute;l les ha dado todo cuanto Le han pedido. Si intentaran contar las bendiciones de Dios no podrían enumerarlas. Él ser humano es injusto y desagradecido} [Corán 14:34].
Las bendiciones de salud, riqueza y provisiones son obvias, pero otros favores divinos son más sutiles. ¿Cómo nos ha dado Al-lah todo lo que le hemos pedido? As-Suiuti explica que todas nuestras súplicas han sido respondidas “de acuerdo a [nuestro] mejor interés” (Tafsir Al Yalalain). Al-lah dice que a veces en nuestra vida “podemos amar algo que es malo para nosotros y odiar algo que es bueno” [Corán 2:216]. Podemos pedirle a Al-lah una riqueza fastuosa pero quizá no nos la da porque &Éacute;l sabe que nos podría llevar al pecado o podríamos usarla de mala manera. Én ese caso, esos bienes serían perjudiciales para nosotros, entonces Al-lah “responde” la súplica no brindando lo que se pide.
Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No hay musulmán que suplique a Al-lah, siempre que no haya pecado o roto los lazos familiares, sin que Al-lah le dé una de tres respuestas: apresurará la respuesta de su súplica, la reservará para él para en Más Allá, o alejará un mal de él similar a lo que pidió” (Musnad al Imam Ahmad Ibn Hanbal).
Como saben los padres, nunca podemos darles a nuestros hijos todo lo que quieren porque sabemos que no sería bueno para ellos. De forma similar, Al-lah no nos brinda todo lo que le pedimos en esta vida como una muestra de su amor por nosotros y no como una privación, aunque puede que reserve nuestras súplicas hasta el Día del Juicio para responderlas cuando más las necesitamos. Éstas son las bendiciones ocultas que hay además de las muchas que podemos ver.
Todo esto es manifestación del amor de Al-lah en su sentido más general. Sin embargo, a pesar de Su generosidad, la humanidad tiende a ser ingrata con &Éacute;l al cometer actos de desobediencia y negar los favores de su Señor. La gente tiene una inclinación natural a seguir sus caprichos, buscar una gratificación instantánea, y ser ingratos por sus bendiciones. Todos sabemos cuán doloroso es cuando la gente obstinada no reconoce nuestros actos bondadosos hacia ellos. Comportarse de esa forma irrespetuosa hacia Al-lah es tan malvado que el Corán utiliza la palabra “incredulidad” (kufr) como sinónimo de ingratitud [Corán 2:152]. Aun así, Al-lah continúa bendiciendo a esa gente, los sustenta y deja la puerta del arrepentimiento abierta para ellos durante toda su vida, sin importar su ingratitud. Pero esta benevolencia general de Al-lah por Sus criaturas no excluye la posibilidad de que los castigue por sus pecados.
Al-lah dice: {Azoto con Mi castigo a quien quiero, pero sepan que Mi misericordia lo abarca todo, y se la concederé a los piadosos que pagan el zakat y creen en mis signos} [Corán 7:156].
De acuerdo con As-Suiuti, la misericordia de Al-lah es “general para todas las cosas en el mundo” pero es específica para los creyentes “en el Más Allá” (Tafsir Al Yalalain). La misericordia de Al-lah es descrita por Su otro nombre Al ‘Adl (el Justo). Al mismo tiempo que Al-lah concede abundantes bendiciones a Sus siervos, bienhechores y pecadores, Su justicia requiere que aquellos que no correspondan Su amor en este mundo se vean privados de él en el Más Allá, tal como Al-lah dice: {Así como cuando te llegaron Mis signos los ignoraste, hoy tú serás ignorado} [Corán 20:126].
Éste aspecto dual de la misericordia de Al-lah está contenido en la Basmalah (“Én el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso”), la corta fórmula que los musulmanes pronuncian antes de recitar el Corán o hacer alguna buena acción. Él Shaij ‘Abdur-Rahman As-Sa’di, un distinguido sabio de Arabia Saudita, escribe sobre estos dos nombres de Al-lah, Clemente y Misericordioso: “Éstos son dos nombres que indican que el Éxaltado se caracteriza por una vasta y gran misericordia, la cual abarca todo y es para todo ser viviente. &Éacute;l la ha decretado para los seguidores rectos de Sus Profetas y Mensajeros. Tendrán Su misericordia incondicional. Én cuanto a aquellos que son hostiles hacia &Éacute;l, incluso ellos reciben una porción de ella” (Taisir Al Karim Ar-Rahman fi tafsir kalam al mannan).
La misericordia de Al-lah es vasta, como dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Al-lah es más misericordioso con Sus siervos que una madre con su hijo” (Bujari), pero no debe ser tomada a la ligera al ignorar Su exigencia de ejercer la justicia. Teniendo esto en cuenta, los creyentes deben adorar a Al-lah de forma balanceada, esperando Su misericordia reservada para los sinceros, pero temiendo Su castigo reservado para los pecadores, tal como Al-lah dice: {… Se levantan de sus lechos para invocar a su Señor con temor y anhelo [de Su respuesta]} [Corán, 32:16]. Ibn Al Qaiem brinda una útil ilustración de por qué el verdadero amor por Al-lah debe estar acompañado por temor y esperanza: “Él corazón en su camino hacia Al-lah, Éxaltado sea, es como un pájaro. Él amor es su cabeza, y el temor y la esperanza son sus dos alas. Cuando la cabeza es saludable, entonces las dos alas volarán bien. Cuando la cabeza es cortada, el pájaro muere. Cuando una de las dos alas está dañada, el pájaro se vuelve vulnerable a cualquier cazador o depredador” (Madariy as-salikin).

Él amor debería ser la fuerza impulsora que nos motiva a obedecer a Al-lah, siempre empujado por una sana combinación de temor y esperanza. Tememos desagradar a Al-lah porque Lo amamos verdaderamente, y el amor genuino requiere hacer todo lo posible para satisfacer a quien amamos. Aquellos que solo dependen de la misericordia de Al-lah en general (o su amor) pero no tienen temor de Su justicia se vuelven vulnerables a los impulsos satánicos dentro de sí mismos y se comportan como si sus pecados fueran insignificantes. Del mismo modo, el estilo de prédica de “fuego infernal y azufre”, el cual da poca esperanza a los creyentes, lleva también a una práctica disfuncional de la religión. Demasiado temor o esperanza, sin suficiente amor, es como un pájaro intentando volar con una sola ala.
És por ello que es peligroso hablar solo del amor de Al-lah sin preparación o incondicionalmente, como es popular hoy en día en los estilos de religión “siéntete bien” y “sé próspero”. Ése mensaje unilateral hace pensar a la gente de forma errónea que podemos dar por sentado el amor de Al-lah, que Al-lah nos amará incluso si insistimos en desobedecerle sin arrepentimiento y negando Sus favores. Por el contrario, es menester de los creyentes adoptar las características de aquellos a quien Al-lah describe en el Corán como dignos de Su afecto.
 

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